Eran pocos, pero pletóricos de recuerdos de Eduardo Franco

Como siempre un puñado; como siempre mucha emoción; como siempre fanáticos de verdad de una música que identifica adonde sea a Paysandú, que colma el corazón de emociones. “Si sumamos, en realidad quienes somos de Paysandú somos muy pocos; la gran mayoría de quienes están aquí vienen de otros lados. Pero Paysandú es así”, dijo Nelson Medeiros Franco, primo de Eduardo y Leonardo Franco, chofer del conjunto durante los años dorados.

Y sí, en avenida España, en el lugar donde fue ubicado el busto en bronce a Eduardo Franco, como cada 1º de febrero fanáticos de diferentes partes del país, de Argentina, Bolivia y otros países –y tan pocos sanduceros que podían contarse con los dedos– se reunieron al atardecer para depositar una flor en homenaje al cantante y voz líder de Los Iracundos, fallecido el 1º de febrero de 1989.
Varios fanáticos, convocados por Julio Baccaro, hablaron de su pasión por la música de Los Iracundos y especialmente por Eduardo Franco. Fueron hablando de lo que en ellos y sus vidas provocó esta música con sello sanducero, de lo que sienten cada año cuando retornan a Paysandú, a homenajear a Eduardo Franco, a este lugar donde volver a escuchar sus canciones suena diferente, suena a origen.

Eran pocas decenas de personas, pero reunían miles de recuerdos. La felicidad de estar en el lugar adecuado en el momento justo se veían en sus rostros. Celebraban la vida de Eduardo Franco el día en que se conmemora su muerte. De ese triunfador de la vida y del amor.