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La importación de energía en marzo fue la mayor en 17 años

Uruguay alcanzó el pasado mes la mayor importación de electricidad en 17 años, y por segundo mes consecutivo, cerca de un cuarto de la demanda fue provista con energía importada de Brasil. Esta situación obedece al impacto de la sequía sobre los embalses y al impulso de los precios de compra favorables de electricidad desde el vecino país.
El dato fue presentado por la consultora SEG Ingeniería, en base a datos de UTE, en un informe que dio cuenta además de que la matriz de generación totalizó un aporte renovable del 74,9% en el tercer mes de 2023; de hecho la energía eólica acumuló, por segunda vez, seis meses consecutivos como la principal fuente de producción eléctrica del Uruguay. La demanda total en el mes de marzo de este año fue de 1.092 Gwh, y para cubrirla se recurrió a la importación de 333 de ellos, procedentes de Brasil. Por otra parte se concretó la exportación de 46 Gwh hacia la República Argentina. La mayor fuente de generación, la eólica, otorgó al sistema 364 Gwh (45,0%), seguida por la térmica, con 203 (25,1%), las represas sumaron 128 Gwh (15,9%), la quema de biomasa entregó 78 Gwh (9,6%) y la de fuente solar fue de 36,4 gwh, el 4,5% del consumo del mes. → Leer más

Deportes

Los intendentes recibirán información de primera mano

Si bien Conmebol dio a conocer cuáles serían los estadios que recibirían los partidos del Mundial 2030 en caso de que Uruguay, Argentina, Chile y Paraguay pudieran ser confirmados como sede, la realidad es que todavía no hay nada definido. La Confederación Sudamericana de Fútbol presentó al Estadio Centenario, el Parque Central y el Campeón del Siglo como escenarios en nuestro país, pero la idea de las autoridades de nuestro país, tanto del gobierno como de la AUF, es que el Interior tenga su sede.

Está claro que Maldonado pica en punta. Pero tal como indicó EL TELEGRAFO el pasado 1º de abril, se planteará lo trabajado por la Corporación 2030 en el Congreso de Intendentes a los efectos de pensar qué otra sede podría plantearse sin ser Montevideo, y específicamente el Centenario. Maldonado y Colonia podrían estar dentro de los candidatos a recibir actividad. Es que es imposible pensar al Parque Central como sede mundialista ya de por sí por su ubicación. Y el Campeón del Siglo tendría que adecuarse en cuanto a exigencias.

El jueves, el Congreso de Intendentes en Trinidad se abrirá con la visita de Michael Boys, el chileno secretario ejecutivo de la Corporación 2030 que integran los cuatro países que aspiran a ser sede conjunta.

Boys trabajó para la FIFA, tiene en claro los requerimientos, y expondrá ante los intendentes cuáles son los requisitos para aspirar a ser sede de un grupo mundialista.

La presentación, de la que formará parte también el secretario nacional del Deporte, Sebastián Bauzá, pretende dejar información a los intendentes.
El Centenario es, lógicamente, número puesto. Maldonado, por todo lo que significa la hotelería, aeropuerto y demás, parece ser la sede posible en el Interior más factible, pero no lo es el actual Domingo Burgueño Miguel si no hay remodelaciones de todo tipo, estacionamiento incluido.

Otra posibilidad pasa por Colonia y el Supicci, otro escenario que debería remodelarse, pero también hay que tener en cuenta, por ejemplo, los centros de entrenamiento. Y, en ese sentido, se está lejos.

“Hoy no podemos albergar ni una semifinal, pero tenemos siete años. Cuando miras prospectivamente los eventos que vienen hacia adelante, la tendencia es elegir no sólo la sostenibilidad ambiental, sino la sostenibilidad económica, financiera, laboral”, dijo Boys a medios chilenos en febrero.
La fuerza de Sudamérica radica en el festejo de los 100 años de la primera Copa del Mundo que se celebrarán justamente en 2030. Montevideo fue sede de aquella primera cita de 1903, siendo Uruguay el primer campeón. Y se lo quiere capitalizar.

Los cuatro países apostarán justamente a la sostenibilidad, a volver a las raíces del fútbol. Y la carta viene bien jugada por el momento, sobre todo si se tiene en cuenta la relación del presidente de la Conmebol, y vice de la FIFA, Alejandro Domínguez, con Uruguay, y que el título logrado por Argentina en Qatar es otra ficha importante a poner sobre la mesa.

Pero además, el propio Domínguez puso sobre la mesa, hace algunos días en Paraguay y ante el propio presidente de la FIFA, Gianni Infantino, un aspecto que seguramente también jugaría a favor: FIFA no puede repetir la decisión del Comité Olímpico Internacional cuando no eligió en 1996 a Atenas como sede de los 100 años del primer Juego Olímpico allí desarrollado, lo que intentó reparar en 2004. → Leer más

Opinión

Principio de recesión, y con un año marcado por interrogantes

A partir de los últimos datos conocidos, el Uruguay entró “técnicamente” en recesión en el cuarto trimestre de 2022, algo que podía parecer impensable teniendo en cuenta el desenvolvimiento del primer semestre de 2022, el primer año de recuperación y posible consolidación tras la pandemia.
Pero el azote de la sequía, de consecuencias devastadoras para una economía de base agropecuaria, ha sido notoriamente el factor de mayor incidencia para que se dieran estos números, aunque no el único, por cuanto subsisten importantes parámetros que perjudican el desempeño de la economía, sobre todo para las actividades de exportación, con notoria repercusión en la competitividad.

Ergo, el ingreso en el primer trimestre de 2023, se hizo con un arrastre recesivo acentuado por la persistencia de la sequía, que genera interrogantes respecto a lo que cabe esperar para el resto del año, con una base negativa, es cierto, pero también con un principio de recuperación al comenzar a revertirse el déficit hídrico que socavó los recursos provenientes del agro.
Un análisis del economista Javier De Haedo, para el suplemento Economía y Mercado, del diario El País, señala que los datos de las cuentas nacionales del cuarto trimestre y del 2022 completo, que “como siempre que termina un año incluyen la actualización de las cifras de los anteriores, sorprendieron a todos”, a la vez de considerar que los números fueron contundentes: el tercer trimestre generó una caída de 0,7 por ciento desestacionalizada, con relación al segundo (antes 0,1) y el cuarto, una de 1,3, que si se expresara como se hace en los Estados Unidos, anualizada arrojaría un duro -5,1”.

Pregunta “¿qué fue lo que ocurrió para que de manera inesperada para unos y de manera tan contundente para otros, se cayera la estantería? La sequía, notoriamente, contribuye a explicarlo, afectando al menos al sector primario y a la generación de electricidad. Pero no solo ella, como surge del análisis desestacionalizado de las cifras sectoriales, en los trimestres tercero y cuarto la caída en la actividad económica sectorial fue generalizada, casi total”.

Considera el economista que hubo un “inadecuado manejo del shock externo recibido desde el otoño pasado, cuando revirtió la tendencia favorable en nuestros precios de exportación, y en alguna medida el shock exógeno también negativo que dio lugar la sequía desde la primavera. Un shock exógeno negativo impacta enfriando la actividad económica y dando lugar a cambios en los precios relativos (suba del tipo de cambio relativo al promedio de los precios de la economía). Acá no ocurrió eso, sino que el tipo de cambio continuó bajando en esos términos y al enfriamiento importado se le sumó el autóctono”.

En buen romance, el economista evalúa de forma muy negativa la persistencia del desfasaje del tipo de cambio (léase atraso cambiario) que considera se mantiene fundamentalmente para no perjudicar a los productores del agro, pero a la vez afecta negativamente a otros sectores “que también agregan valor en nuestra producción, ya sea compitiendo en el exterior mediante exportaciones o dentro de fronteras frente a importaciones”.

Por su lado, el economista Aldo Lema, en nota en el mismo suplemento, evalúa el panorama con otro perfil, algo más optimista, por cierto, aunque basándose en las mismas cifras, a grandes rasgos, que Javier De Haedo, por cuanto reflexiona que “2022 se caracterizó por una economía que promedió 4,9 por ciento de crecimiento, pero que fue de más a menos, con gran impacto de la sequía hacia el cierre del año. Durante el segundo semestre, el Producto Bruto Interno (PBI) desestacionalizado se contrajo respecto al primero y en el último trimestre quedó estancado versus igual período de 2021”.

Sin embargo, considera que “como la pandemia, la sequía se trata de un shock de oferta que si bien ya empieza a revertirse, tiene impactos de primer orden en las exportaciones y de segunda vuelta en la demanda, sobre todo en el consumo de los hogares y las inversiones de los sectores relacionados. Aunque de difícil cuantificación aún, es probable que se haya restado al menos dos puntos porcentuales al crecimiento interanual del primer trimestre, que habría sido negativo”.
Es decir, tenemos un principio de 2023 de crecimiento negativo, por el arrastre que mencionábamos, pero también porque no se han corregido otros factores que inciden en este pobre desempeño de la economía.

Lema se formula además la interrogante de si “habrá sido este el peor momento”, ya que si la economía fue de más o menos en 2022, puede esperarse que la cosa sea al revés, y que vaya de menos a más en el curso de este año.
Cosa que es entendible si la tomamos como formulación de deseos, pero que es preciso aterrizar en base a elementos tangibles, que por ahora solo suman interrogantes respecto a cualquier análisis, sobre todo porque se pretendería obtener resultados distintos repitiendo la misma fórmula que hasta ahora se ha venido aplicando, con el uso abusivo de la desgastada herramienta del atraso cambiario.

No es algo menor que se hayan restado dos mil millones de dólares a la economía como consecuencia de la sequía, porque es mucho dinero que ha dejado de circular en un ámbito tan pequeño como es la actividad interna, y en este caso es atendible igualmente la tesis de Lema de que el año puede ir de menos a más cuando se note la reversión de los efectos negativos de la sequía y las cosas vuelvan gradualmente a la normalidad.

Pero este solo factor no alcanzaría para mover significativamente la aguja hacia la sustentabilidad del crecimiento, si es que ello se logra a lo largo de este año, conviniendo en el mejor de los casos que no se dé ningún elemento negativo de convulsión procedente del exterior, como ha ocurrido.
Es que el entorno regional sigue sin favorecernos y la apuesta extrarregión es por lo menos incierta. Sí es posible y necesario tratar de acotar el gasto estatal, mantener criteriosamente las cuentas fiscales, promover inversiones y poner énfasis en la recuperación salarial sin descuidar la situación de las empresas, a la vez de situar el tipo de cambio en un equilibrio que hasta ahora está lejos de darse, para dejar de encarecernos en dólares y quedar en la mejor posición posible para aprovechar oportunidades. Si ello no ocurre, estaremos otra vez con el tenedor en la mano cuando llueva sopa. → Leer más