El principal problema del país para la mitad de los uruguayos –casi el 47%– es la inseguridad o delincuencia, en general, seguido de la falta de trabajo, los salarios y la pobreza, que le importa a un tercio de los uruguayos, según la encuestadora Cifra. En este sentido, no han cambiado sustancialmente las expectativas de los ciudadanos, con la excepción de una pandemia que cambió la preocupación por la salud y el problema de sobrevivir económicamente ante los elevados índices de envíos al seguro de desempleo –durante 2020 y 2021– hasta entrado el año 2022.
Pero mantener los puestos de empleo, al menos en el Interior del país y particularmente en las localidades limítrofes, ha sido un problema prioritario al norte del río Negro, donde aún el desempleo es muy alto.
Con todo esto, los políticos perciben que las filtraciones de la fiscalía hacia los medios de prensa en casos de elevada exposición pública, los hechos investigados en torno al exsenador Gustavo Penadés, o la reciente renuncia del presidente del directorio del Partido Nacional, Pablo Iturralde, no lideran en las consultas ciudadanas.
Este desinterés por los “grandes temas” políticos ya fue corroborado por la empresa Factum el año pasado. Un 54% de la población no conocía a Penadés y el 70% desconocía la denuncia realizada por Romina Papasso.
Las verdaderas preocupaciones del electorado varían según la zona y las circunstancias personales. Por ejemplo, el país atravesó por una de las sequías más importantes del último siglo y también se reflejó en las consultas. Por un lado, debido a que los pequeños productores agropecuarios necesitaron un respaldo del Estado en la rápida resolución de fondos para seguir adelante. Por el otro, una importante zona del territorio –como el área metropolitana– tuvo dificultades para acceder al agua potable.
Sobre este punto en particular, conviene recordar que hace justo un año, en mayo de 2023, las autoridades de OSE evaluaban continuar hasta el mes siguiente con la mezcla el agua de diferentes fuentes para abastecer a Montevideo. Había esperanzas que junio llegara con precipitaciones, que luego no se dieron en la medida de las necesidades del país.
El escenario cambió radicalmente apenas doce meses después, tanto que el gobierno decretó hace pocas semanas, una emergencia agropecuaria por exceso hídrico en zonas de Rocha y Treinta y Tres. También el litoral soportó una nueva creciente que desplazó a miles de personas y Montevideo mostró su vulnerabilidad con el anegamiento de calles y avenidas principales.
Estas crisis hídricas en más y en menos se deben a que los eventos climáticos extremos llegaron para instalarse por lo que quienes sufren estos vaivenes para producir o trabajar, ahora están alertas sobre las propuestas del futuro gobierno sobre una gestión de esos riesgos. Sin embargo es un tema sobre el que particularmente no se presenta con el énfasis necesario.
En el medio, ganan renglones las iniciativas para no aumentar impuestos, desburocratizar los ámbitos estatales y avanzar en una reforma del Estado.
Falta sólo un mes y, según la última consulta de Factum, solo el 11% de los potenciales votantes tiene claro que el 30 de junio son las internas, y no se trata de elecciones obligatorias. Más aún, hay un tercio que no tiene claro el día de la consulta y casi un 40% prefirió no opinar.
Al cruzarse las respuestas entre quienes probablemente y seguramente irán a votar, se desprende que un 28% está seguro de ir a las urnas el último día de junio.
Es un clima similar a las internas de 2019, donde los partidos fundacionales votaron mejor que el Frente Amplio y sólo el Partido Nacional obtuvo el 41% del total de los votos.
Hoy, es un escenario pospandemia, después del profundo déficit hídrico y la guerra entre Rusia y Ucrania que provocó una crisis energética, la desaceleración del crecimiento económico de los países a nivel global y los impactos en el mercado de las materias primas porque ambos son proveedores de insumos para los sectores de la producción animal. Así y todo, como si nada de esto hubiese ocurrido en los últimos cinco años, las preocupaciones vuelven al similar escenario de 2019.
Es que, mientras los partidos insisten sobre sus temas, la población va para otro lado. Por eso, ¿a quién le hablan los políticos?
Porque si las preocupaciones son similares a las de hace un lustro, las percepciones sobre las soluciones a esos problemas ya son distintas. La ciudadanía cree que la solución a los problemas de la inseguridad no dependen de un gobierno o de dos y ni siquiera de un signo político.
Es decir que trasciende a los gobernantes de turno, a diferencia de la economía. Por eso este año, a pesar de ser tan electoral, será importante para observar lo que resuelva el gobierno en los aspectos vinculados a la economía. Y ese es el punto que cuestionan los indecisos. Y en general, esa masa de población resuelve los resultados de las elecciones. No está nada dicho y aún no se publicó el diario del lunes. Pero la clase política debe modificar su mensaje porque al menos en el Interior, no se nota esa cercanía que pretenden impulsar desde los aspectos discursivos. → Leer más