Altos costos y bajos precios dificultan la recuperación de empresas agropecuarias

La ecuación económica siempre depende del momento en que se ha comercializado el ganado.

El ingeniero agrónomo Carlos Molina, técnico del Instituto Plan Agropecuario, a cargo de la elaboración de los resultados de las Carpetas Verdes, de las que aún no están los datos definitivos, manifestó que los números procesados hasta el momento “nos dejan un año muy bueno desde el punto de vista de la producción de pasto. Por suerte, después de tres años muy malos, este ha sido un año bueno con una excelente primavera y un muy buen verano”.

La contracara de esta buena situación climática fueron los excesos de lluvia en el otoño, que “afectaron a las pasturas implantadas, pero no tanto al campo natural. También fue complicado para los ganados, que no encontraban un lugar seco donde echarse. Sin embargo, en términos generales, las precipitaciones de otoño no perjudicaron al campo natural de manera significativa”.
Teniendo en cuenta el año, desde el punto de vista climático, se logró “una excelente producción de pasto, que hacía bastante tiempo que no veíamos algo así” dijo el técnico, y agregó que, en las mediciones objetivas a través de las imágenes satelitales, “en este 2023-2024 logramos medir algunos de los registros más altos en los 24 años que tenemos información”.

Molina explicó que en las carpetas se verá reflejada esta situación “con más kilos de producción”, aunque advirtió que este año “se vendieron menos animales”. La caída en la venta se debe a que “hubo menos terneros y terneras a la venta por varios motivos. El principal es que la parición fue mala. No estamos hablando de este ejercicio, sino del anterior, donde la tasa de parición fue pobre, rondando entre el 62% y 64% a nivel nacional”.
El profesional señaló que además de la menor producción de terneros, “los productores aprovecharon para recomponer el stock, que había sido afectado por los años de sequía. Entonces, hubo más producción, pero con una estructura diferente a la de un año normal: menos ventas, pero animales más pesados”.

Los costos

Desde el punto de vista de los costos de las empresas ganaderas en el último ejercicio, Molina dijo que “probablemente tengamos niveles similares a los del año pasado, que fue un año de costos altos”. En este sentido recordó que el ejercicio 2022-2023 “fue el año con los costos más altos de toda la serie, en el entorno de los 110 dólares por hectárea, sin incluir renta ni intereses. Esto fue debido al uso intensivo de suplementación por el impacto del clima”.

Si bien reconoció que este año se registra una menor utilización de la herramienta de la suplementación, “los costos no bajarán mucho porque estructuralmente siguen siendo altos: los salarios, los seguros, las tarifas, en general, la vida cuesta más. Entonces, aunque se reducirá el costo de la suplementación, otros componentes seguirán siendo elevados”.

Los precios

Por el lado de los precios, la ecuación económica siempre depende del momento en que se ha comercializado el ganado, pero este año esa decisión de venta será determinante en los resultados. “El primer semestre, de julio a diciembre de 2023, fue un período de precios muy bajos, sobre todo para el ganado gordo. En el segundo semestre, los precios mejoraron un poco, pero el promedio anual está 15% por debajo del 2022-2023. En el primer semestre, el promedio estuvo un 25% por debajo”, explicó Molina.

En el caso de los criadores, que tienen como objetivo la venta de los terneros en la zafra, “los precios fueron mejores: entre un 10% y un 14% más que el año anterior”, indicó el profesional. “En resumen, será un ejercicio con resultados algo mejores que el 2022-2023, que fue muy pobre en términos corrientes. El 2023-2024 podría ser un poco mejor en dólares corrientes, pero en moneda constante estará por debajo”.

Empresas sin recuperarse

Debido a estas variables, de costos altos y valores que se han retraído entre los ejercicios, “es esperable que una empresa no logre recuperarse completamente en un año, especialmente si los precios y los costos no son favorables”, teniendo en cuenta que se viene de la “sequía más importante de los últimos 70 años en Uruguay”.
Molina señaló que en los datos que se han procesado, se observan “empresas con algo más de dólares corrientes, pero también con dificultades financieras mayores”, particularmente “hay empresas con situaciones financieras complejas que deben ser analizadas. Estar endeudado no es necesariamente malo, lo preocupante es estar mal endeudado”, dijo.
Desde su punto de vista, el desafío para 2024 y 2025 será “gestionar adecuadamente estas situaciones financieras”. En este sentido recordó que las empresas con mejores resultados económicos son las que “trabajan con más pasto. La gestión eficiente del pasto ofrece menor riesgo, más flexibilidad, y mejor capacidad de adaptación, además de ser beneficioso para el medio ambiente”.