El Banco Central del Uruguay junto al Ministerio de Economía y Finanzas, la Oficina de Defensa al Consumidor y Defensa de la Competencia, la Agencia para el Gobierno Electrónico (Agesic), bancos privados y empresas financieras, han lanzado una campaña destinada a informar a la población y desarrollar medidas, incluso legales, tendientes a mejorar la seguridad frente a posibles fraudes financieros a través de los sistemas digitales, atendiendo un déficit del que hemos alertado reiteradamente desde estas páginas.
Se trata de un paso clave para que se termine de consolidar un sistema de pagos que, tras una reticencia inicial de los uruguayos por abandonar el uso del efectivo, ha avanzado en los últimos años hasta captar la mayoría de los movimientos de dinero entre nuestra población, aunque siempre ha tenido esa sombra de inquietud por casos que trascienden en los que los usuarios son afectados por maniobras fraudulentas, que a la postre podrían haberse evitado si se hubiera desplegado la campaña que ahora se pone en marcha conforme se producía la migración hacia el dinero electrónico. Aunque tardía, es bienvenida, porque todavía persiste la falta de información en términos claros y al alcance de todos.
La campaña hará foco en los cinco tipos más comunes de estafas, entre ellos el primero es el “Otorgamiento de credenciales y datos sensibles”, lo que incluye el phising, smishing y otras técnicas de fraude relacionadas con la obtención de datos personales y factores de autenticación (contraseñas, PIN, entre otros). El segundo es la “Suplantación de identidad”: que abarca casos de Business Email Compromise (BEC), así como páginas y correos fraudulentos que imitan los oficiales de las entidades financieras. El tercero con las “Estafas en marketplace y fraudes del tipo cuentos del tío”: los que requieren una acción por parte del usuario y simulan situaciones de urgencia o emergencia. Hay muchos casos, muy sonados, como el del WhatsApp que dice llegar desde un familiar residente en el exterior que necesita de una ayuda para sobrellevar un problema, o la venta de contenedores u otros productos a bajo precio por Facebook en los que se solicita un depósito previo. El cuarto tipo de estafa en que se enfocará la campaña es el “Uso indebido de los instrumentos financieros electrónicos”: lo que incluye fraudes relacionados con tarjetas de débito y crédito, instrumentos de dinero electrónico y plataformas de home banking. El quinto refiere a los “Ofrecimientos de créditos e inversiones fraudulentos”: que consiste en propuestas realizadas por entidades no registradas, con el propósito de estafa. Aquí encuadran casos como los de las bandas de prestamistas que recurren a la violencia para recuperar el dinero prestado en condiciones muy onerosas, de los que ha habido numerosas denuncias en diferentes puntos del país.
Además esta campaña, que lleva por título “Que no te defrauden”, busca también promover el uso responsable y seguro de los instrumentos financieros electrónicos, haciendo hincapié en la necesidad de verificar la autenticidad de las fuentes, cuidar los datos personales y reportar cualquier actividad sospechosa. Es fruto del trabajo realizado por el Comité de Ciberseguridad y Prevención de Fraudes y Estafas, conformado en setiembre de 2023, en el marco del acuerdo para fortalecer la prevención de fraudes a cuentas mediante ataques cibernéticos. El presidente del Banco Central, Washington Ribeiro reconoció que ha existido un aumento en las denuncias por delitos y fraudes financieros, pero descartó que la situación se pueda calificar como alarmante, en la medida que la cifra de reclamos es baja “en comparación a la cantidad de transacciones que se realizan a diario”. No obstante señaló que todas las acciones que se realicen para colaborar con los damnificados “son válidas y necesarias”.
Las historias de personas que han caído en este tipo de maniobras —muchas de las cuales se pueden leer mediante una rápida búsqueda en Internet— son dramáticas y muestran lo complejo de las organizaciones que están detrás, que suelen involucrar además a personas del exterior del país.
Dice un reporte del diario El País que entre 2019 y junio de 2023 hubo 1.547 personas imputadas por estafa en Uruguay y 1.449 fueron condenadas por este mismo delito, según datos de Fiscalía. Se ha observado, indica la publicación, un salto desde el 2020, inicio de la pandemia, cuando el país pasó de tener 281 imputados a 400. Desde entonces la cifra se ha mantenido por encima de los 300 casos al año. Sí han crecido las denuncias. Mientras en 2018 se registraban en total 6.400 denuncias, en todo 2021 fueron 14.300 al cabo del año. En 2024 han sido 15.732 solo en el primer semestre, por lo es muy posible que este año supere el récord que se estableció el año pasado, que cerró con 23.321 denuncias.
Más allá de esta campaña que se ha lanzado ahora, sería muy prudente como norma general atender el consejo del presidente del BCU, quien recomendó tener “como eje principal la precaución. Siempre duden, sean precavidos, cuiden sus contraseñas, cuiden su información personal y ante la duda de una llamada extraña o de una comunicación extraña por mail o por la vía que sea, siempre consulten al familiar involucrado o a su propia institución financiera, sea un banco, sea una institución emisora de dinero electrónico, sobre las implicancias que esa información tiene, si es verdadera, si no es verdadera, y actúen posteriormente en respuesta a ello”.
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