Solicitada: Caballos sueltos; caballos ajenos

Desde hace ya un tiempo importante, más precisamente años, varios ciudadanos venimos notificando por este medio la presencia de un sinfín de caballos sueltos en las calles de Paysandú, observados tanto en el corazón de la ciudad, así como en sus zonas aledañas.

Varios intendentes han pasado, varios artículos explicando lo que se puede o lo que no se puede hacer, pero al final y para pesar de la población, no se ha hecho prácticamente nada al respecto. En ocasiones lo han utilizado como muletilla de campaña política, pero una vez en el poder tanto las intenciones como las acciones concretas se han desvanecido. En estos años hubo varios accidentes con caballos sueltos en las calles o en avenidas de la ciudad de Paysandú, los más graves han llevado a la muerte de las personas y otros, como el más reciente de esta semana, politraumatizado, que hasta la fecha no se sabe cómo sigue su estado de salud.

Cuando leía el periódico el pasado 11/9, hacía memoria y recordaba cuando el Sr. Nicolás Olivera compartió en su cuenta de Twitter en 2022 una foto de un camión con una carga de madera de la empresa forestal Montes del Plata, cortando un camino de tierra, y dijo que fue “un acto criminal”, que muestra el “desprecio” de la multinacional a los “caminos y el cumplimiento de la ley”. Recordando ese tuit pensé en el valor que cada uno les damos a las cosas. Está claro que para la intendencia actual es importante o muy importante el cuidado de los caminos vecinales y, por los hechos, son más importantes que atender el problemón que tiene Paysandú ciudad con el sinfín de caballos sueltos, que desde hace años y años, andan libres o con piolas de tiro deambulando por toda la ciudad. Si hubiera un interés realmente genuino por solucionar este problema ya las voces se hubieran levantado, acciones se hubieran tomado y hoy no tendríamos que estar pensando qué va a ser de este pobre muchacho de 23 años que no sabemos si va a continuar con vida y en caso de continuar, cómo va a ser su “nueva vida”.

Como ciudadano del Uruguay que vive en esta hermosa ciudad de Paysandú, le preguntaría públicamente por estas líneas al Sr. Nicolás Olivera si lo que está haciendo él y su equipo de mirar para otro lado con este tema de los caballos sueltos ¿no es un acto criminal? ¿O son más importantes los caminos de balastro que la vida de un Oriental? ¿O tenemos que esperar que se accidente un hijo de un político importante para hacer algo con este tema? No me queda más remedio que caerle a esta intendencia, ya que son quienes están gobernando actualmente y quienes tienen el poder de resolver este tema. No me olvido de intendencias que antecedieron a la actual, las cuales tampoco hicieron nada al respecto, esto no va de partidos políticos, esto va de actitud y racionalismo con las cosas. A mí me encantan los animales y me encantan los caballos, pero no se me pasa por la cabeza criar un caballo o una vaca en las orillas de las veredas, en los parques municipales, en los paseos públicos, en la costanera del río Uruguay, en la costanera del arroyo Sacra, en los bordes de las avenidas, etc., y ande por donde se ande en Paysandú, está tapado de caballos sueltos o atados en espacios públicos. Existe desde el 2009 la Ley N° 18.471, donde claramente hay varios ítems para poder resolver el problema de los caballos sueltos. Por ejemplo los siguientes ítems de esa ley atribuyen estas responsabilidades a quienes tengan animales a su cargo, sean o no sus propietarios: Mantenerlo en condiciones físicas y sanitarias adecuadas, dándole alojamiento, alimento y abrigo en condiciones adecuadas según su especie. No abandonarlo ni dejarlo suelto en lugares públicos de libre acceso. Reparar los daños que el animal pueda provocar a otro animal o persona. Prevenir que el animal cause perjuicio o deterioro al medio ambiente. Impedir su permanencia en la vía pública sin supervisión directa. Recoger la materia fecal en la vía pública. Según esta ley, la autoridad competente del bienestar animal es el Instituto Nacional de Bienestar Animal, dependiente del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP). Para cumplir con sus cometidos, el Instituto podrá entre otras cosas: Confiscar preventiva o definitivamente los animales que sean un peligro grave y cierto para la salud de otros animales o la integridad física o salud de las personas, aplicar las sanciones establecidas por la ley y recurrir a la fuerza pública cuando sea necesario para el cumplimiento de sus cometidos, así como denunciar ante las autoridades competentes a los infractores de la presente ley, entre otros cometidos. Gobernar una ciudad o un departamento, implica tomar decisiones, para ello hay que establecer normas, leyes y políticas para organizar y mantener el orden, la justicia y el bienestar general. Por lo tanto, quienes gobiernan tienen la responsabilidad y el deber a su cargo de hacer las acciones antes mencionadas o mejor dicho, ejecutarlas. Ya ha pasado mucho tiempo, ya han pasado muchas víctimas de accidentes con caballos, ¿qué más vamos a seguir esperando para que de una buena vez por todas terminemos con este tema?

Martín Rodríguez Díaz

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