La celebración del Día Nacional del Campo Natural, que se desarrolló a comienzos de la presente semana en el establecimiento Cerro del Bombero de la familia Bazzano Falcone, de la zona de Merinos, departamento de Paysandú, dejó una reflexión clara y precisa entre quienes aplicaron tecnología en los últimos años: el proyecto gestión del pasto fue una herramienta fundamental para poder tratar mejor el predio, sobre todo en estos tres años difíciles de sequía y tan variable desde el punto de vista de los costos de los precios.
“Para nosotros fue muy significativo participar en este proyecto”, reflexionó ante el requerimiento de EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Juan Bazzano de León. “Toda la información que generamos, nos sirvió para tomar medidas puntuales, totalmente distintas, como destetar o no destetar, como suplementar o no suplementar”.
El titular del establecimiento anfitrión explicó que “nos permitió sobrellevar una situación bastante compleja debido al déficit hídrico que hemos tenido, que fue muy grave en estos tres años que coincidió con el proyecto mismo”.
Recordó una charla con el ingeniero agrónomo Marcelo Pereira Machín, técnico del Plan Agropecuario; “yo le decía en broma, ‘nunca me dijiste que era sin agua el proyecto’. Pero bueno, a pesar de todo eso, logramos sobrellevarlo, con dificultades, pero sobrellevarlo al fin y poder seguir adelante”.
Consultado sobre las enseñanzas que dejaron esos años de déficit hídrico, expresó que “primero que nada cambiamos el sistema productivo. Pasamos de un ciclo completo a un ciclo incompleto, y debido a la gran variabilidad climática nos dimos cuenta que era la mejor opción para nuestro predio”.
En la jornada del pasado lunes “mostramos animales de un año y de 14 meses, con un estado de desarrollo que si hubiésemos seguido con el sistema anterior tradicional, que manteníamos dos categorías de novillos, no hubiésemos logrado lo que se observa ahora. Suponiendo que venga un año malo, tenemos como una especie de fusible, porque nos permite manejar esta categoría, que son más chicas, en forma más sencilla que animales de mayor tamaño que consumen más ración”.
Sobre la primavera actual, Bazzano señaló que “hace más de ocho años que no había una primavera así. Si bien la primavera pasada fue buena, pero fue saliendo de la sequía. Pero la actual es excepcional”.
Bazzano sostiene que se están dando una cantidad de características que la hace excepcional. “Aparte de la herramienta de gestión del pasto, utilizamos las herramientas tecnológicas que nos permiten ver cómo está el ganado por dentro, digamos haciendo diagnóstico de actividad ovárica para tomar, sumado con el pasto, decisiones de manejo”.
RODEOS IMPRESIONANTES
El vicepresidente del Instituto Plan Agropecuario, ingeniero agrónomo Francisco Donagaray, sostuvo al hacer una evaluación del proyecto Gestión del Pasto, que “ha sido muy bueno. Es un gran desafío largarse a hacer un proyecto en cuatro años. Empezamos con 30 laboratorios y ya está dejando muchas enseñanzas”.
Aclaró que es un proyecto en el cual “los técnicos no le dicen a los productores lo que tienen que hacer, se fijan lo que hacen los productores y toman nota y aprendan de eso. Por lo tanto creo que es un proyecto importantísimo y que en el correr de este año que queda para adelante, la gente de Marcelo Pereira van a sacar muy buenas conclusiones y resultados de este proyecto”.
Indicó que “esta es la segunda primavera buena tras la sequía de tres años, pero esta es mejor que la pasada, porque la del año pasado venía de una sequía importante, pero este año la verdad que los campos de basalto y por supuesto los rodeos están impresionantes”, dijo.
Mientras observaba el lote de piezas de cría en Cerro del Bombero, más se asombraba sosteniendo que “el campo natural está en su esplendor, y es brutal andar caminando y ver un lote de piezas de cría y no ver los terneros por la altura del pasto, es increíble”, enfatizó el productor.
Agregó que “todo el rodeo se lo ve bien desarrollado, todo sano, y eso significa en un rodeo de cría, que si las cosas siguen normalmente, la próxima preñez va a ser muy buena, porque las vacas ya tienen grandes chances de parir, como pasó este año por la buena condición corporal”. Además, sostuvo que “el país está lindísimo. El otro día fue por la ruta 5 a Tacuarembó y las banquinas están imponentes”.
SENSIBILIZAR A LA POBLACIÖN
El ingeniero agrónomo Gustavo Garibotto explicó que “esto se enmarca en la celebración que por ley votada por todos los partidos políticos, hace tres años que se declara el 11 de noviembre de cada año como el Día Nacional del Campo Natural y tiene como principal objetivo sensibilizar a la población, sobre la importancia que tiene este recurso, este bioma pampa, que es sobre el que descansa”.
Entiende que es fundamental para toda la sociedad “porque solamente teniendo campos naturales sanos, vamos a poder tener el asiento de la biodiversidad que vive asociado a este bioma, que es el único que tenemos en el Uruguay. Porque asociado a eso, vamos a tener la posibilidad de tener suelos fértiles que mantengan la materia orgánica, que la incrementen, porque vamos a poder secuestrar carbono en definitiva”.
Y precisó que “un Uruguay sin campo natural, sin campos naturales sanos y saludables, es un Uruguay que dejaría de tener sentido, así de dramático es”.
Y es un día de celebración justamente por eso, “porque Uruguay, a pesar de los pesares, sigue manteniendo un porcentaje relativamente alto de campo natural en relación sobre todo al resto de los países con los cuales compartimos este bioma. Pero la luz amarilla, color anaranjada, es que en los últimos 20 a 25 años, hemos perdido un porcentaje importante de ese campo”, dijo Garibotto.
Aunque aclaró que los números no son exactos, explicó que “estamos en el entorno del 60% de campo natural, muy heterogéneo. Dentro de eso consideramos campos que están mejor manejados, otros peor manejados, pero en definitiva, todo eso es más o menos un 60% cuando, nuestros vecinos tienen bastante menos. Pero el asunto es que hace pocos años nosotros teníamos 80 a 85%”, recordó.
“O sea que se perdió un porcentaje muy elevado en relativamente poco tiempo. ¿Por qué?”, se pregunta. “Por algo que llamamos el cambio en el uso del suelo, que es simplemente el hecho de destinar ese mismo recurso natural a otros usos agropecuarios. Y el desafío en esto, no es ir en contra de esos otros usos, sino cuál es la forma racional de combinarlos sin seguir deteriorando nuestro principal recurso, que es el campo natural”.
LA IMPORTANCIA DEL OVINO
El presidente del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL, Alfredo Fros, recordó que es clara la concentración de ovinos en nuestro país, que están en el norte y en tres departamentos: Salto, Paysandú y Artigas. Ahí tenemos el 50% de los ovinos y básicamente todos en campo natural.
Días atrás en una charla realizada en el centro del país, “se decía de lo importante del ovino para el campo natural, porque en muchas zonas lo vemos. Pero a medida que avanzamos hacia el sur, claramente donde no está el ovino vemos cómo avanzan algunas malezas, como es el caso del senecio”.
El titular de la institución ovina remarcó que “el campo natural y el ovino tienen una buena química, y cómo es importante cada uno de ellos para funcionar. Yo creo que el norte tiene esa oportunidad, con ese volumen de ovinos, de hacer ese manejo mixto entre vacunos y ovinos y tener ese equilibrio”.
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