Se realiza en el Centro de Convenciones de Punta del Este, el 28º Congreso Latinoamericano de Avicultura (OVUM 2024), considerado el mayor congreso avícola del continente. El mismo finaliza este viernes y reúne a importantes actores de la avicultura del continente y el mundo.
Joaquín Fernández, presidente de la Asociación Latinoamericana de la Avicultura (ALA), precisó que esta “es la primera vez que nos toca ser anfitriones de nuestros colegas productores de huevo y carne aviar de todo el continente”. Y agregó que “América Latina es la principal región del mundo en producción y exportación de productos avícolas”, una posición “liderada por nuestros hermanos y vecinos de Brasil que hoy nos acompañan en una numerosa delegación”, agregó.
Señaló que “la avicultura en el continente enfrenta desafíos ineludibles” y que “somos el principal proveedor de proteína aviar del mundo, lo que nos da una enorme responsabilidad y nos genera muchas oportunidades teniendo en cuenta la seguridad alimentaria que todo el mundo busca” a través de los “alimentos de calidad y accesibles, producidos con un enfoque de sustentabilidad económica y ambiental”.
Sobre los “grandes desafíos sanitarios” destacó que “se renuevan y cada vez son más complejos, lo que nos lleva a actualizar permanentemente nuestros sistemas de gestión” para poder seguir dando “garantías de calidad, sanidad e inocuidad” que requieren todos los consumidores.
A nivel de calidad, las exigencias “son cada día mayores, no solo por cuestiones regulatorias, sino también por el propio consumidor que cada día es más exigente. Hoy tenemos un consumidor mucho más informado, con poder de voz al alcance de su mano o de su celular; un consumidor más sensible a la calidad de lo que consume; más preocupado y ocupado por su salud y bienestar”, y eso “también es una buena noticia” porque genera oportunidades “ya que nuestros productos son cada día más demandados y el consumo aumenta”, reflexionó.
Fernández señaló también que “el mundo es muy competitivo” con un “mercado dinámico” y todos “pelean por ganar la atención del comprador final”, además de que hay “otros alimentos que también compiten”.
En otro orden el presidente de ALA también se refirió a la “responsabilidad” que tienen los empresarios de desarrollar y adoptar la tecnología, innovación de sistemas productivos, calidad, eficiencia y rentabilidad, así como la “calidad de los empleos para nuestra gente y capacitación permanente”.
Mencionó que una de las características de la avicultura es que en su mayoría está compuesta por “empresas familiares, tanto a nivel industrial como en las diferentes etapas de cría”. Pero “empresa familiar no quiere decir artesanal ni rústica, se puede ser empresa familiar y al mismo tiempo tener una gestión profesional”, aseveró. A eso se agrega “el enorme impacto social” de la actividad avícola, que “mantiene a la gente en sus comunidades” creando y distribuyendo riquezas y oportunidades.
Protección comercial
El doctor Ricardo Santini, presidente de la Asociación Brasileña de Proteína Animal (ABPA), presidente del Consejo Mundial Avícola y vicepresidente de la Asociación Latinoamericana de Avicultura, dijo a Todo El Campo que “infelizmente” hay países que usan la protección comercial “con cambios de reglamentos como los límites de residuos o estándares privados, pero también es importante que eso no sea hecho, porque cuando se toman medidas de protección a la industria local, también se está quitando a la población la posibilidad de acceder a cortes más baratos”. Por eso “debemos tener un comercio libre”, también lo genético, para de esa forma ayudar a las industrias locales y garantizar la seguridad alimentaria básica, dijo. Santini manifestó que la bioseguridad alcanza por sí sola para controlar problemas sanitarios como la gripe aviar. “Brasil produce 15 millones de toneladas de pollo, se faenan 25 millones de pollos por día, y no tuvimos un caso de gripe aviar en la producción; sí hubo en aves silvestres, solamente”.
Eso no se logró vacunando, sino “fortaleciendo la bioseguridad”.
En Brasil “está en discusión” el tema de la vacunación. “Muchos productores de huevos hubieran querido vacunar para proteger sus planteles, pero lo que nosotros decimos es que debemos proteger los planteles de todos y el dinero que llega a Brasil por las exportaciones, porque si se vacuna se cierran las exportaciones”, señaló.
Agregó que como presidente del Consejo Mundial Avícola se reunió con la directora de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), la Dra. Emmanuelle Soubeyran, a la cual le pidió corregir la imposibilidad de exportar cuando las aves son vacunadas: “Le pedí que se reconozca, por ejemplo, que Uruguay es un país libre de influenza aviar con vacunación, algo que reconocimos en el caso de la aftosa. Ese es el tipo de evolución que tenemos que hacer”.
Ya sabemos cómo la gripe aviar se puede controlar, sabemos que no pasa a las personas y lo que hay que proteger son las aves, aseveró.
Pero detrás de ese debate sobre la vacunación y la exportación, “hay algo mucho más grande que es la genética, la exportación de material genético”. “Es necesario quebrar estar barreras para que se mantengan los intercambios de materiales genéticos entre los países, porque si no las industrias locales se acaban; ese es el desafío que tenemos”, finalizó.
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