
Las lluvias de las últimas horas llegaron en excelente momento para las chacras de soja y maíz que, fruto de la corta sequía que se había instalado, estaban empezando a sentir los perjuicios en su estado.
La buena noticia de estas precipitaciones es que en líneas generales se podría decir que llegaron a todo el territorio nacional, variando el acumulado en cada caso.
El desarrollo de los cultivos de maíz y soja es bueno, pero necesitan de un clima benévolo que los acompañe para obtener altos rendimientos, especialmente en la soja que, con un precio que oscila en U$S 360 por la tonelada, requiere de altísimas productividades para cerrar el ejercicio con ganancias, o al menos sin pérdidas de relevancia.
En el caso del maíz, el panorama es similar. Los cultivos sembrados temprano venían mostrando todo su potencial, pero necesitaban de alguna lluvia ya cerca del período crítico. Los cultivos de segunda no obstante, requerían de forma imperiosa las lluvias que llegaron en el momento justo, para terminar de instalarse, “armar” las chacras y empezar a demostrar sus posibilidades en las semanas que vienen previas a la cosecha.
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