El impacto humano modifica los hábitos de los mamíferos

Un grupo de investigadores de la Universidad de Rhode Island (URI) utilizó cámaras que capturan los movimientos de animales para estudiar los patrones de actividad de más de 400 especies en todo el mundo. Este innovador trabajo reveló hallazgos sorprendentes sobre cómo mamíferos adaptan su comportamiento a su entorno.
Los autores analizaron datos del llamado Proyecto Global de Actividad Dietética Animal. Según ellos, este generó uno de los conjuntos de datos más grandes de cámaras trampa jamás recopilados, utilizando observaciones de más de 20.000 sitios en 38 países. Los investigadores recolectaron un total de 8,9 millones de observaciones sobre las actividades de mamíferos terrestres, lo que permitió crear una biblioteca de estimaciones de actividad diaria de 445 especies, de acuerdo lo que describieron en el trabajo, que fue publicado en Science Advances.

Comportamiento diurno

El equipo, compuesto por más de 200 colaboradores, descubrió que menos de la mitad de las clasificaciones diarias de las especies, tales como diurnas, nocturnas o crepusculares, coincidían con las estimaciones previamente publicadas en la literatura de referencia. Esta discrepancia llevó a los investigadores a revisar y ampliar su comprensión de cómo los animales se comportan a lo largo del día.
Brian Gerber, ecólogo de la URI y líder del estudio, señaló que “lo más sorprendente es que cuando te enseñan que un animal es diurno o nocturno, eso no siempre es correcto”. Este hallazgo, de acuerdo a los especialistas, refleja la flexibilidad de los animales en cuanto a sus patrones de actividad, que no son tan rígidos como se pensaba. Por ejemplo, los osos negros americanos demostraron ser tanto diurnos como catemerales (que pueden estar activos tanto de día como de noche) dependiendo del lugar y momento.
En un comunicado divulgado por URI, se informó: La idea del estudio surgió hace 18 años, cuando Gerber se encontraba en Madagascar estudiando las fosas, el mamífero nativo más grande de ese país, para su maestría y vio cuánta variación había cuando estaban activas. En 2017, Gerber, ahora en URI, determinó una metodología para explorar el tema de los fenotipos diurnos de los animales con colegas de otros campos”.

Todas las especies

“El proyecto se destaca por su escala, alcance y temática. El estudio examinó 445 animales terrestres en total, desde bisontes americanos hasta zorilas, utilizando datos de cámaras en una variedad de entornos, incluidos desiertos áridos, selvas tropicales, tundra ártica y praderas de sabana. Gerber se sorprendió por la variabilidad del momento en que las especies estaban activas”, plantearon en el comunicado.
Al tiempo que resaltaron: “El estudio examinó cómo la ‘huella humana global’ general afecta la actividad diurna. Debido a que los investigadores analizaron datos tanto de áreas urbanas como silvestres, observaron que algunas especies se volvieron más diurnas y otras más nocturnas. En general, un tercio de las especies se vieron afectadas por la medida de la huella humana. ¿Y cómo se relaciona esto con el típico observador de vida silvestre que observa desde la entrada o la terraza, tal vez una ‘alondra’ humana, que ve un mapache deambulando por la puerta principal o avista un ciervo al otro lado del patio?”

El trabajo no solo analizó las variaciones de actividad en función de la especie, sino también el impacto del entorno en esos comportamientos. Se descubrió que, cuando los mamíferos se encuentran en diferentes hábitats, sus patrones de actividad pueden cambiar significativamente. En particular, los investigadores notaron que la presencia humana tiene un papel clave en la modificación de estos patrones. En zonas urbanas, algunas especies se volvieron más nocturnas, mientras que otras adoptaron comportamientos diurnos. En general, un tercio de las especies estudiadas se vieron afectadas por la huella humana, la cual influye directamente en su actividad.