Solicitada: Fútbol juvenil en Paysandú: una vergüenza que no puede seguir

El fútbol juvenil debería ser un espacio de crecimiento y oportunidades, pero en Paysandú se ha convertido en un negocio sucio donde los méritos honestos no existen. Lo que ocurrió en la selección Sub-18 es una muestra descarada de cómo algunos técnicos manipulan los procesos para su propio beneficio, sin importarles el esfuerzo ni el compromiso real de los jugadores… con el apoyo de su propia institución, que respalda sabiendo lo que hace y que se beneficia directamente.

En este proceso, muchos futbolistas fueron dejados de lado en favor de otros que sí contaban con “favores” que poco tenían que ver con el deporte. No se trata de suposiciones, sino de hechos evidentes: el equipo fue eliminado de manera vergonzosa y quedó claro que la prioridad no era competir ni avanzar en el torneo, sino asegurarse de que ciertos jugadores tuvieran minutos para luego ser llevados al club de origen del técnico, después vimos que Salto le dio una paliza a Tacuarembó, que nos humilló, el fútbol sanducero mostrando esa cara que lamentablemente nos acostumbramos a ver, siempre pensando en la chiquita.

Por si fuera poco, y en realidad lo más importante, el trato hacia los jóvenes fue asqueroso desde la primera práctica. Insultos muy groseros, gritos y degradación constante como método de motivación solo demuestran la mediocridad de quien dirige. No se potenciaron jugadores de selección, solo se los destruyó. A la vista están los resultados. Este tipo de manejos oscuros vienen ocurriendo desde hace tiempo, ya que el mismo DT estuvo en Sub-20 y ya es hora de que se denuncien abiertamente. La Liga de Paysandú no puede seguir permitiendo que la selección juvenil sea utilizada como una vidriera personal para técnicos que solo buscan su propio beneficio. El fútbol merece respeto, y los jóvenes lo merecen también. Con dolor en el alma escribo esto y confieso que no lo hice antes –durante la competencia– ya que creí que esto era casual y esperé que no afectara tanto a mi nieto. Sé que no juega como Suárez, pero verlo sufrir cada día por la forma en que fue tratado en el club de la colina todavía hoy, aunque él ya ni fuera citado por la mala educación de ese señor, hace que una se plantee hasta dónde se va a llegar con el destrato hacia gurises que sólo quieren estar y representar a la blanca. El fútbol es un refugio para todos, y este señor, a una semana del papelón que le hizo pasar hasta a sus protegidos, que son de su propio club, no midió ni lo hará el daño que le hizo a estos chiquilines. Obviamente ya no les escribió más… quedó así. Se usa y se tira.

Abuela enojada