En las últimas horas se conoció un dato sumamente preocupante, considerando que apenas estamos transitando la segunda semana del invierno, y todo un clásico de esta estación son, lamentablemente, los incendios ocasionados en los ductos de chimeneas faltos de mantenimiento. Por lo tanto nunca está de más recordar que es necesario hacer una limpieza periódica para garantizar que todo funcione como es debido. De lo contrario, puede generarse una situación incómoda que además puede dar lugar a un inconveniente mayor, si el fuego se propagase en la misma vivienda o a inmuebles contiguos.
Pero además de ello, en las últimas horas trascendió otra preocupación, y es que en lo que llevamos de 2025, seis personas perdieron la vida a causa de intoxicación por monóxido de carbono. Sumado a ello, se registraron otros cincuenta casos de intoxicación severa, lo que está marcando desde ya un crecimiento significativo con respecto a las cifras del año pasado.
La inquietud es tal que la Unidad Académica de Toxicología del Hospital de Clínicas emitió un comunicado urgente indicando medidas para evitar este tipo de situaciones indeseadas. En una entrevista con el informativo de radio Uruguay, la doctora Carolina Juanena llamó a “tomar conciencia y prevención, porque se trata de algo que podemos prevenir”.
El monóxido de carbono se genera en todos los métodos de calefacción que utilizan llama, eso incluye “las estufas a leña en todas sus versiones, incluso las más modernas, con pellets, las estufas a gas, braseros y estufas de panel, cocina a gas”. Pero llamó la atención sobre un aparato que ha generado mucha preocupación: el calefón a gas, “que ha ido aumentando su uso, pero que ha ocasionado intoxicaciones muy severas por estar mal instalado, dentro del baño”. En ese sentido explicó que es necesario que este aparato se ubique fuera de esa habitación. “Son muy pocos los que pueden instalarse dentro del baño, en general la mayoría son para estar afuera. Eso genera adentro de un ambiente confinado, como es el baño, con mucho vapor de agua, en general con escasa ventilación, altas concentraciones de monóxido de carbono y podemos decir que los casos más graves se han vinculado a ese escenario”, afirmó. “Tiene que estar siempre afuera, incluso afuera de la casa, si es posible. A veces puede ser en otra habitación contigua, etcétera, pero siempre son habitaciones que van a haber grandes niveles de monóxido de carbono en el ambiente”, agregó.
Explicó que el monóxido de carbono “compite con el oxígeno en nuestro organismo a nivel de los glóbulos rojos, y evita que podamos transportar oxígeno a nuestros tejidos, generando hipoxia, que puede provocar desde síntomas leves e inespecíficos, como malestar o dolor de cabeza, náuseas y vómitos, hasta pérdida de conocimiento, convulsiones”, e incluso la muerte, relató. Y en casos en los que no provoque la muerte también puede generar secuelas importantes y permanentes. “Los primeros síntomas pueden no ser percibibles, pero si eso avanza podemos tener pérdida de conocimiento, debilidad muscular y podemos no lograr salir del lugar”. De allí que se lo denomine como “el asesino silencioso”, porque “es altamente tóxico y no tiene olor”. De hecho, una de las recomendaciones en las que enfatizó fue en no dejar nada encendido al irse a dormir, ya que de esa forma se pierde total control de la situación y el riesgo aumenta, al tratarse de una situación silenciosa absolutamente.
“No lo podemos percibir, no genera irritación, no tiene olor, no es el olor a gas de la garrafa, ese no es el monóxido, el monóxido se genera cuando hay combustión, cuando hay un fuego, llamas, entonces no es un gas que podamos percibir y que podamos alertar y decir ahora voy a ventilar. Por eso, una medida de prevención siempre es mantener ventilación, a pesar de estar calefaccionando un lugar”, por más que esto pueda parecer contrario a la lógica de la eficiencia energética.
Otra recomendación general es, por ejemplo, “si voy a calefaccionar toda la tarde porque voy a estar en un lugar trabajando, siempre dejar aunque sea una rendija de alguna ventana, no cerrar las puertas completamente, mantener un intercambio con el exterior para que pueda entrar oxígeno”. Del mismo modo recomendó especialmente “no utilizar hornallas ni hornos a gas para calefaccionar los ambientes, puede ser muy peligroso porque la hornalla no está pensada para calefaccionar un ambiente y después de cierto tiempo va a empezar a generar monóxido de carbono. Entonces no es un método seguro para calefaccionar”.
Si bien las personas de cualquier edad pueden verse expuestas y sufrir las consecuencias de una intoxicación como las que se plantean, que muchas veces puede ser, además colectiva, porque hay varias personas compartiendo el mismo espacio, hay algunas edades en las que se detectan determinados riesgos a los que refirió la doctora Juanena. Un ejemplo son los adultos mayores, “que permanecen en el hogar muchas horas tal vez con una estufa o con algún método de calefacción”. También hay un riesgo asociado a los niños más pequeños a raíz de que tienen una mayor frecuencia respiratoria. Pero una situación muy llamativa es el caso de los adolescentes “específicamente en el baño, con esto del calefón a gas. El adolescente tiende a pasar más tiempo en el baño y es un escenario que empezamos a ver en estos últimos años, de adolescentes sanos con intoxicaciones gravísimas dentro del baño”.
Se trata de situaciones que son fácilmente prevenibles o evitables, pero que muchas veces, por darlas por obvias se terminan omitiendo las medidas de mitigación necesarias para mantener la seguridad. Por eso nunca está de más mantenerse alerta para y tomar los recaudos necesarios. → Leer más