Al alcance del ciudadano

Desde principios de junio, Uruguay cuenta con un Observatorio Ambiental Nacional, una plataforma de información ambiental de libre acceso que aporta insumos para la toma de decisiones institucionales y, al mismo tiempo, acerca esa información a la gente.
Se trata de la concreción de una herramienta prevista por la ley 19.147, con la finalidad de centralizar, organizar y difundir la información ambiental generada en los diversos ámbitos del Estado, que ha sido desarrollada por el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (Mvotma), a través de la Dirección Nacional de Medio Ambiente.
Quien acceda a esta plataforma podrá encontrar 25 indicadores, 200 capas de información geográfica e imágenes satelitales, más de 2.500.000 datos abiertos y 3 aplicaciones ciudadanas. Algunos módulos están destinados a presentar información en distintos formatos y otros apunta a la interacción y al aporte ciudadano a partir de diferentes aplicaciones que permiten realizar denuncias, compartir información de monitoreo de costas y avistamiento de especies, así como un mapa de organizaciones y grupos ambientales.
Es posible realizar un seguimiento de la calidad de agua y aire, cambio climático, ecosistemas, emisiones contaminantes, residuos, biodiversidad, ordenamiento territorial, así como un paquete de indicadores de gestión. También se accede a mapas y herramientas interactivas y de análisis que permiten una mejor comprensión de los temas ambientales, así como a datos abiertos generados por el ministerio y otras instituciones vinculadas con la gestión ambiental, para su reutilización y combinación con otros conjuntos de datos. Asimismo, están disponibles documentos e informes generados o recopilados por el Mvotma, así como listados de los proyectos de investigación relativos al ambiente.
Tanto las imágenes como los productos derivados, tales como mapas de usos y coberturas del suelo y la evaluación de sus cambios, se encuentran disponibles en un visualizador desarrollado en software libre, que permite organizar y representar la información geográfica de relevancia para la gestión del territorio, la toma de decisiones y conocimiento del estado del ambiente. A través de una interfaz intuitiva, se accede en tiempo real y de forma interactiva a los datos del organismo y el usuario puede visualizar, consultar y descargar los datos en todos los tipos de navegadores web, plataformas digitales y dispositivos electrónicos y cargar información propia o de terceros.
La web del Observatorio presenta una gran variedad de productos obtenidos a partir de sensores remotos que facilitan el estudio, control y seguimiento de diferentes eventos, referidos a la calidad del agua (cianobacterias, concentración de clorofila, etcétera), la emisión y control de las autorizaciones ambientales (referidas a forestaciones y explotaciones mineras), la dinámica de la superficie terrestre (usos del suelo, estadísticas de cambios de cultivo, forestaciones, monte nativo, pastizales naturales, etcétera) y zonas de riesgo (como zonas inundables con monitoreo en tiempo real).
Aunque seguramente con el correr del tiempo se irán incorporando otros cursos de agua, actualmente se puede acceder a una serie de parámetros e informaciones de interés ambiental de cuencas hidrográficas de río Santa Lucía, Negro, Cuareim y Río de la Plata, por ejemplo.
Las aplicaciones disponibles para el aporte de información de parte de los ciudadanos refieren a temas de monitoreo costero y observadores de fauna y flora, contándose también con un directorio de organizaciones ambientales.
Estas herramientas permitirán, por ejemplo, que las personas puedan enviar información georreferenciada sobre situaciones de afectación a la costa (floraciones algales, manchas negras en agua o arena; marea roja; situaciones de ballenas muertas; acumulación medusas, mortandad de peces, etcétera) o identificar y ubicar las especies de nuestro país como forma de concientizar sobre la protección de la biodiversidad.
En la sociedad actual, las personas utilizan más información y esta se transforma en un recurso económico que tiene un impacto cotidiano en la vida de la gente. Pero aún hay mucha información que se desaprovecha: millones de datos imperfectos, complejos y no estructurados de información a los que es posible agregarles valor para hacerlos más entendibles y útiles para la gente.
Los gobiernos han comenzado a abrir datos y generar innovación sobre la base de la tendencia de datos abiertos, promoviendo redes de información que garanticen el acceso efectivo de los ciudadanos. La creación de este Observatorio Ambiental Nacional se inscribe en esa línea. Y es bienvenido. El cúmulo de información que ofrece puede servir para mucha cosa, en particular para que sea apropiada y trabajada por técnicos, académicos, profesionales, empresas y la población en general.
Los alumnos de una escuela o liceo podrían trabajar con estos datos para aprender diferentes cosas a partir de información real de lugar donde viven. Quienes realizan periodismo de datos encontrarán allí una fuente útil para ampliar diferentes coberturas o cruzar información que genere noticias de interés para su audiencia, los grupos ambientalistas podrán acceder de forma sencilla y rápida a múltiples datos e informaciones, los investigadores pueden encontrar allí una fuente confiable y reducir presupuesto y quién sabe cuántas cosas más pueden realizarse. Es de esperar que así sea, porque también puede pasar que esa información no sea utilizada en todo su potencial.
De cualquier manera, es indiscutible que la nueva herramienta trata de poner al alcance de la población y la sociedad civil información que durante mucho tiempo fue patrimonio exclusivo del Estado. Y ese es un avance sustancial en materia del derecho al acceso a la información y el conocimiento de los uruguayos.
La participación ciudadana es clave para una gestión ambiental efectiva y eficiente, para ello es necesario que los ciudadanos conozcan los procedimientos y procesos institucionales que la guían, tengan posibilidad de acceder a la información generada y puedan participar efectivamente para incidir en las políticas desarrolladas.