Jacinto Rivero, el Forrest Gump sanducero

Jacinto Rivero vuelve a las andadas. Vuelve a dejar el arbitraje en el fútbol para sumergirse en su otra pasión: las carreras de largo aliento.
El desafío planteado es nada menos que el Mundial de Ultramaratón, en el que correrá de manera ininterrumpida durante 24 horas, en la irlandesa Belfast: desde el mediodía local del 1º de julio, hasta la misma hora del día siguiente.
La expectativa de Rivero es enorme. Está claro que el objetivo no pasa por ser campeón, sino por superar su mejor marca. Eso sí: primero aguantar esas 24 horas durísimas, en las que se revolverá en soledad dado que no viajará con su equipo.
Son 11 (entre damas y varones) los que integran el equipo uruguayo. Rivero, octavo en el ranking nacional y 20º en el sudamericano, fue llamado a participar por estar entre los nueve mejores de nuestro país.
“La preparación, dentro de las posibilidades ha sido satisfactoria”, explicó. Y aclaró que “lógicamente necesitaría más descanso y menos horas de trabajo”. Rivero planificó en soledad el entrenamiento, “apuntando a cierto kilometraje por día, porque por mis tiempos, el trabajo y demás es complicado”. Pero recorrió unos 150 kilómetros durante varias semanas, con un mínimo de 100, en rutas, avenidas de la ciudad e incluso alguna escapada a Termas de Guaviyú, al mejor estilo de Forrest Gump, el personaje que inmortalizó en el cine el actor Tom Hanks.
“Intenté adaptarme al horario, pasé mucho tiempo entrenando de madrugada, y muchas veces he ido por eso a trabajar sin dormir como forma de entrenar ese aspecto, porque mucho pasa por el aspecto mental”, dijo.
Mientras el equipo de Estados Unidos entrena en Portugal para luego viajar a la sede del Mundial, la de Rivero fue una preparación a pulmón. De la misma manera que la forma de financiar esta participación.
Danilo Alza, quien lo acompaña en la búsqueda de recursos, dijo que es difícil porque “el ultramaratonismo no es popular, pero hemos encontrado que Jacinto en realidad se ha transformado en un producto para Paysandú, por su figura, su personalidad. Y por ese primer paso que hicimos cuando unió Montevideo con Paysandú para ayudar a Aprodime. La gente lo conoce y si bien no hay aporte oficial de ningún tipo para pasajes, estadía, comida, seguros, equipos y zapatillas buenas, la gente de Paysandú compró todos los bonos colaboración, y algunas empresas también se sumaron” para intentar llegar a los 5 mil dólares necesarios.