(EL ESPECTADOR)
La Asociación de Productores de Leche y otras gremiales del sector plantearon a los secretarios de Estado, en la sede del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, su preocupación por la interrupción de la llegada de leche a las plantas, que comenzó en Mercedes el sábado 1° de julio y luego se extendió a todo el país.
En diálogo con la prensa, Aguerre explicó que el conflicto se desencadenó con el cierre de una empresa y la situación de tres trabajadores.
Hoy se encuentra en un cuarto intermedio y las partes se reunirán el viernes 21. “El tema que le interesa al gobierno fundamentalmente es la generación de un ámbito que permita llegar a un mecanismo de prevención de este tipo de conflictos”, adelantó el jerarca. “No se puede pensar que el tema se circunscribe a uno de los agentes de la cadena y por eso se genera un ámbito para discutir la problemática en esta lógica”, recalcó.
Calificó al conflicto como “totalmente desproporcionado frente al problema y, sobre todo, tratándose de una cadena productiva como la lechera”. Agregó que “este tipo de medidas, como interrupción del ordeñe, del transporte o del recibo de leche, se deben tomar cuando no existen otros caminos”. “Ojalá se genere un mecanismo que permita evitar esto”, subrayó.
Agregó que “en este caso las empresas de transporte deben garantizar que la leche se levante, porque si el camión de la empresa pincha o existe un conflicto sindical, es un problema de la empresa de transporte”. Consultado acerca de la información de 35.000 litros de leche tirados, señaló que el gobierno no tiene cómo corroborar si fue esa cantidad, pero no tiene por qué dudar de la información proporcionada por Conaprole.
Resta resolver “la preocupación por el endeudamiento generado en los años pasados”. Repasó que la remisión de leche este mes cerró en un 8 % por encima de la del mismo mes del año pasado y, si se toman los seis primeros meses del año, hay un 3 % más que en igual período de 2016.
BEBA INTOXICADAFUE DADA DE ALTA
(EL PAÍS)
La beba de 11 meses, hija de una pareja de turistas argentinos que sufrió una intoxicación de cocaína, éxtasis y anfetaminas en Punta del Este fue dada de alta por los médicos del Sanatorio Cantegirl. Los padres fueron procesados sin prisión, por omisión de los deberes inherentes a la patria potestad, por lo que su abuela, que estaba en Argentina, viajó a Maldonado para hacerse cargo de la pequeña. El matrimonio, la abuela y la pequeña Felicitas se encuentran en una casa de un barrio residencial de Maldonado donde los dos padres deberán permanecer durante los próximos 60 días a disposición judicial.
El padre, de 48 años, aficionado a la meditación y las filosofías orientales, y su madre, maestra de educación preescolar, de 25 años, fueron procesados por el juez de feria de Maldonado Gerardo Fogliacco.
Aunque no quedó firmemente establecido cómo resultó intoxicada la beba, fuentes del sanatorio Cantegril informaron a El País que en la fiesta que se celebró en la casa la noche del 25 de junio, los padres quedaron dormidos luego de haber consumido diversas drogas y la niña, al despertarse sola, pudo tomar contacto con los restos que había en la casa. Una vez que fue llevada al hospital por sus propios padres se le diagnosticó un “trastorno” de conciencia. “Llegó un poco adormecida, pero mejoró rápido”, contó la fuente. En los tres días que estuvo internada, se le realizaron chequeos que descartaron problemas en el corazón. En ningún momento fue internada en el CTI. La Justicia comprobó que la niña ingirió accidentalmente tres tipos de drogas: metanfetaminas, anfetaminas y éxtasis, y que la cocaína pasó al organismo de la bebé por vía de amamantamiento. El juez calificó como “preocupante” que la madre, consumidora de drogas, sigue empecinada en amamantarla y que su marido “minimiza la situación”. El médico forense que la atendió dijo que por esta ingesta “puede llegar a haber secuelas neurológicas” y, que incluso pudo llegar a la muerte.