Cuando Estados Unidos prohibió a los principales fabricantes de chips del mundo, como Nvidia, vender tecnología avanzada a China, fue sin duda un duro golpe.
Estos son esenciales para crear potentes modelos de inteligencia artificial, capaces de realizar toda una serie de tareas humanas, desde responder a consultas básicas hasta resolver complejos problemas matemáticos.
El fundador de la empresa DeepSeek –modelo más barato que el de las empresas estadounidenses–, Liang Wenfeng, dijo en entrevistas con medios locales que la prohibición de los chips era su “principal reto”.
Mucho antes de la prohibición, DeepSeek adquirió una “importante reserva” de chips Nvidia A100, según estimaciones entre 10.000 y 50.000, informó el MIT Technology Review.
Se calcula que los principales modelos occidentales de IA utilizan unos 16.000 chips especializados. Pero DeepSeek afirma que entrenó su modelo de IA con 2.000 chips de este tipo y miles de chips de menor calidad, lo que hace que su producto sea menos costoso.
Algunos, entre ellos el multimillonario tecnológico estadounidense Elon Musk, han cuestionado tal logro, argumentando que la empresa no puede revelar cuántos chips avanzados utilizó realmente dadas las restricciones.
Retos y oportunidades
Sin embargo, los expertos afirman que la prohibición de Washington supuso tanto retos como oportunidades para la industria china de la IA.
“Eso ha obligado a empresas chinas como DeepSeek a innovar” para poder hacer más con menos, afirma Marina Zhang, profesora asociada de la Universidad Tecnológica de Sídney. “Aunque estas restricciones plantean retos, también han estimulado la creatividad y la capacidad de recuperación, alineándose con los objetivos políticos más amplios de China de lograr la independencia tecnológica”. La segunda economía mundial ha invertido mucho en grandes tecnologías, desde las baterías que alimentan los vehículos eléctricos y los paneles solares hasta la inteligencia artificial.
El Laboratorio Nacional de Ingeniería para el Aprendizaje Profundo y otras iniciativas respaldadas por el Estado han ayudado a formar a miles de especialistas en IA, según Zhang. Y China tenía muchos ingenieros brillantes por contratar.
Talento local… y joven
Por ejemplo, el equipo de DeepSeek, según medios chinos, está formado por menos de 140 personas, la mayoría de las cuales son lo que se conoce “talento local” de universidades chinas de élite.
Los analistas occidentales pasaron por alto la aparición de “una nueva generación de empresarios que dan prioridad a la investigación pionera y al avance tecnológico a largo plazo frente a los beneficios rápidos”, afirma Zhang.
Las mejores universidades chinas están creando una “cantera de talentos de IA en rápido crecimiento” en la que incluso los directivos suelen tener menos de 35 años.
“Habiendo crecido durante el rápido ascenso tecnológico de China, están profundamente motivados por un impulso de autosuficiencia en la innovación”, añade.
El fundador de Deepseek, Liang Wenfeng, es un ejemplo de ello: un hombre de 40 años que estudió IA en la prestigiosa Universidad de Zhejiang. En un artículo del medio tecnológico 36Kr, personas familiarizadas con él afirman que es “más un friki que un jefe”.
Y los medios de comunicación chinos lo describen como un “idealista técnico”: insiste en mantener DeepSeek como plataforma de código abierto.
De hecho, los expertos también creen que la floreciente cultura del código abierto ha permitido a las nuevas empresas poner en común recursos y avanzar más rápido.
A diferencia de las grandes empresas tecnológicas chinas, DeepSeek dio prioridad a la investigación, lo que le ha permitido experimentar más, según expertos y personas que trabajaron en la empresa.
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