Automóvil Dodge Dart 270, la solidez al servicio del confort

El Dodge Dart, fabricado por el grupo Chrysler Corporation, era un coche compacto muy popular tanto entre el público consumidor como en el circuito de carreras. Fue concebido como un vehículo de bajo precio y estaba destinado a competir con la creciente popularidad del Volkswagen Beetle, el Ford Falcon y el Rambler AMC.
Si bien la primera aparición del modelo tuvo lugar en 1956, cuatro años más tarde regresaría como un vehículo de producción regular, cuya primera generación se ubica entre el 60 y el 62.
Más tarde, en 1963, renació como un verdadero compacto, mientras su alineación continuó evolucionando incluyendo modelos como el Demon, el Swinger, el Dodge Dart Sport y el poderoso GTS.
Esta brevísima reseña del modelo viene a cuento de un ejemplar Dodge Dart 270, fabricado en 1968, que se puede apreciar en calles sanduceras; se trata de un sedán cuatro puertas que tiene como impulsor un motor a nafta de 4.424 cc, pintado en su tonalidad original (azul marino), con neumáticos 13 de fábrica y frenos a cinta, patines y campanas.
La primera impresión que produce este Dodge es la de solidez y confortabilidad; su impecable presentación, tanto en lo que refiere a la parte mecánica como a la carrocería y detalles interiores, es resultado del esmero de su tercer y actual dueño, Fernando M. Llambías. Marcelo y Mauricio Wildemauwe lo compraron en tiempos de cero kilómetro y luego lo adquirió Hugo Llovet, en 1977, quien lo tuvo en su poder hasta diciembre del 2008, cuando lo adquirió su actual propietario.
Nos comentaba Llambías que luego de usar el Dodge durante un corto período de tiempo, decidió iniciar un proceso de restauración profunda, en el que contó con la invalorable colaboración de Néstor Uccellini en la mecánica.
“Se procedió al desguace total del auto por intermedio del señor Coquet y luego se inició la recuperación mecánica: se hizo el motor a nuevo, el radiador, el tanque de combustible, el sistema de frenos, la restauración del diferencial, se trajo la caja de cambios de Estados Unidos, al igual que los acrílicos de las luces traseras, entre otros elementos.
Se pintó manteniendo el color original y posteriormente Fernando Mussio hizo la sustitución del cielorraso, que originalmente era celeste y ahora es blanco tiza”, explicó Llambías.
Luego de algunos inconvenientes, en octubre del 2016, Llambías trasladó el auto a Montevideo, donde Juan Reboledo se encargó de conducir el final de la restauración delegando las tareas de chapa en Walter Jara, las de electricidad en Roberto Orges, mientras que Sergio Russi encaró los trabajos de alfombrado y tapicería en cuero natural. Una vez culminada la restauración, las rutas nacionales pusieron a prueba al Dodge Dart 270 en abril de este año, con un viaje a Maldonado para luego traerlo en marcha hasta Paysandú, trayectoria que realizó en óptimas condiciones, llegando a la convicción de que se trata de un coche con una “tenue de route” admirable y que posee todos los elementos para convertir un largo viaje en un verdadero placer de la conducción.