Cuestión de poder

Una mutual de futbolistas afín al poder de turno, a las directivas de la empresa Tenfield –dueña de los derechos de televisación del fútbol uruguayo–, electa por los agremiados en el ecuador de su mandato, por un lado. Un grupo de jugadores exitosos en Europa y con la selección uruguaya –ese oasis en el desierto del deporte más popular del país–, la mayoría de los colegas que se desempeñan en los clubes locales que ya no se sienten representados por la gremial, por otro.
Hoy el fútbol profesional de Uruguay está en conflicto porque éstos, nucleados en el movimiento Más Unidos que Nunca (MUQN), pretenden que la mutual convoque una asamblea y que se acate lo que allí se determine. Con la intención de acabar con el gobierno de Enrique Saravia al frente de la gremial, dos años antes de su finalización. Esta semana, MUQN se mostró dispuesto a parar el fútbol –tuvo el apoyo de los entrenadores y árbitros–, al tiempo que el Parlamento, a través de la Comisión Especial de Deporte de la Cámara de Diputados citó a las dos partes para acercar posiciones.
La actual comisión directiva de la mutual fue votada por los afiliados y, según el reglamento, tiene toda la potestad para seguir en el cargo y concluir el mandato en 2019 como está estipulado. Los futbolistas reunidos en el movimiento MUQN bien podrían esperar a ese tiempo para saltar a la palestra. Pero no. Argumentan que es hora de que Saravia y su gente den un paso al costado porque no han defendido los intereses de los jugadores como corresponde, como ocurrió con las idas y vueltas acerca de los derechos de imagen. O sea, la mayoría de los socios de la mutual no quieren a los actuales jefes y piden que se vayan. Pero el estatuto de la mutual no dice nada que obligue a la directiva a entregar los cargos. Por más que se haga una asamblea y los repudie.
La movida de MUQN comenzó alrededor de un año y medio atrás. Una victoria significativa del movimiento fue haber logrado la rescisión en diciembre pasado del contrato de derechos de imagen que tenía Tenfield. Este hecho desvinculó formalmente a la empresa con la mutual, si bien Juan Ricardo Faccio, que integra el Tribunal de Honor de la mutual, es empleado de Tenfield. Hasta ese momento había un acuerdo que Más Unidos que Nunca denunció que fue firmado a espaldas de la asamblea por la directiva de Saravia y la mutual pidió disculpas en su momento.
Luego, MUQN prosiguió con manifestaciones públicas de los jugadores ingresando a la cancha con carteles del movimiento, como hicieron Luis Suárez y Diego Godín en un partido que enfrentó al Barcelona y el Atlético de Madrid por la liga española. “¡Por nuestro fútbol, digno, transparente e independiente!”, tuiteó Suárez tras el cotejo junto a una foto con Godín, su compañero en la selección uruguaya. Al mismo tiempo, mediante unas 590 firmas de jugadores locales, se exigió el pedido de renuncia de la actual directiva de la mutual.
El colectivo MUQN entiende que existe un sistema perimido y machacan que la comisión directiva de la mutual funciona irregularmente porque hay dos directivos que no son socios. Pretenden que renuncie la directiva en pleno, por la relación que existe entre la mutual y Tenfield a la que acusan de haber cedido los derechos de imagen de los futbolistas sin haber planteado el tema en una asamblea ni haber logrado la autorización de ellos. Al paro se llegó porque MUQN quiere que Saravia y sus compañeros se alejen. Lo buscaron por medio de la Justicia y no lo consiguieron debido a que el fallo del pasado 12 de octubre fue negativo.
Para el titular de la mutual y sus muchachos esto no es otra cosa que un tema de poder y dinero. Aseguran que lo que hay detrás de esta movida de los jugadores, es el interés de Diego Lugano y Godín en llegar a tomar el poder o el gremio de los jugadores, y que en el fondo está la lucha entre estos dos referentes y Paco Casal, el dueño de Tenfield. Desde el punto de vista del MUQN, se trata de mejorar las condiciones de trabajo de los futbolistas.
A todo este panorama enrevesado se sumaron las mediaciones, entre ellas –como queda dicho– de la Comisión Especial de Deporte de Diputados y de, claro está, José Mujica, el expresidente que con aires de mesías gusta de estas instancias. Hasta ahora, no han aportado mucho a la cuestión. Más bien, han entreverado todo. La sugerencia de la Comisión de pedirle a los concurrentes de la mutual, su presidente Saravia y su abogado, Eduardo Sassón, de no fijar la fecha de asamblea el jueves mismo, como estaba previsto y anunciado (el martes) por el propio gremio, empantanó más aún el conflicto. Para MUQN era uno de los requisitos que esperaba para levantar el paro.
Para redondear, alguna de esas frases que Mujica siempre tiene reservada y que por alguna misteriosa razón, en el exterior lo aplauden a rabiar y lo convierten en un rock star. De buena relación con ciertos jugadores de la selección, también es muy cercano a Saravia –integró la lista 609– y del propio Paco Casal (en su momento, Mujica decidió clausurar el expediente de la DGI a Casal). “Se quejan de Paco, pero a ver quién pone la platita”, espetó Mujica. Flor de mediador se consiguió el presidente de la AUF, Wilmer Valdez, para esta lucha de poderes en nuestro pobre fútbol o fútbol pobre.