Lo político sobre lo económico

“Se está muy lejos de tener un acuerdo con UPM”, señaló el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, el pasado 28 de setiembre en momentos en que el entonces director de la Asesoría Macroeconómica de esa cartera del Estado, Andrés Masoller, renunciara por discrepancias en torno a las negociaciones con la empresa finlandesa. Pero el presidente Tabaré Vázquez, muy presto, declaró el jueves a radio Sarandí que la semana próxima –la que comienza en dos días– se firmará un acuerdo con UPM para la instalación de una nueva planta procesadora de celulosa, que estará ubicada –según él mismo confirmó– en el departamento de Durazno.
En menos de 15 días, el gobierno brindó mensajes contradictorios en torno a esta inversión millonaria de la que nadie sabe muchos detalles, más allá de que la firma pondrá 4.000 millones de dólares y el Estado otros 1.000 millones para mejorar la infraestructura. Uno de los temas fundamentales para la empresa fue resolver el transporte de esa madera a la planta. En un principio se pensó en dos formas: a través de la vía terrestre y a través de la fluvial con barcazas que navegarían por el Río Negro hasta el corte con la ruta 5. Pero finalmente la empresa decidió que utilizará solo las carreteras uruguayas.
Así como rige un convenio de confidencialidad, en el que no se puede decir por ahora de qué se trata el acuerdo hasta que esté rubricado –los finlandeses además dijeron que entraron en un período de silencio acerca de las tratativas que llevan más de un año–, queda claro que, aunque no se mencione, el gran perdedor de todo esto es el Ministerio de Economía y Finanzas.
Esas “concesiones” a UPM que molestaron a Masoller, finalmente, se impusieron. El exjerarca renunció a su cargo semanas atrás y planteó al diario El País que fundamentalmente fue “por desacuerdos con la forma en que se está llevando adelante la negociación con UPM”, lo que movilizó a la oposición a cuestionar al gobierno.
“Hemos avanzado mucho a tal punto que estamos ya casi cerrando con UPM. Si no surge nada, espero que en el correr de la semana que viene ya tengamos el acuerdo hecho, a consideración por supuesto del gobierno nacional en el Consejo de Ministros y de las autoridades centrales de UPM. Pero los equipos negociadores llegaron a un acuerdo en el 99% de los temas tratados”, dijo el mandatario a radio Sarandí. “La negociación fue muy intensa, de horas y horas de trabajo y reuniones con nuestros equipos y con el de UPM. De haberse otorgado todo lo que se pedía, el acuerdo se habría cerrado en un día, en un mes y vamos un año y tres meses negociando”, añadió Vázquez.
También aclaró que ni bien se firme el acuerdo, se conocerá el texto y se responderán “todas las preguntas que se nos quieran hacer”. Los periodistas de Sarandí le preguntaron si las diferencias de enfoque con Astori, en este tema, tienen que ver con que este último tiene una visión más “economicista” y Vázquez una visión más “política”. El presidente contestó que no pueden separarse ambas visiones. Aseveró que si UPM realizará una inversión muy importante, generando puestos de trabajo y capacitación, “desde el punto de vista económico es una excelente ecuación para el país, y entonces es bueno desde el punto de vista político”. “Creo que a lo largo de estos 12 años hemos visto que la llegada de inversiones extranjeras mejoró las condiciones de vida de los uruguayos”, concluyó.
Está bastante claro que imperó la urgencia política en este asunto, más allá de que es incuestionable que al país le viene bárbaro una inversión millonaria de este calibre. La cuestión política es muy entendible, por cierto (hay elecciones en 2019 y las obras comenzarían no antes de ese año según la Cámara de la Construcción y los propios sindicatos). El ministro de Economía, en base a cuestiones económicas y financieras, veía más lejos acercar las partes. Quedó en evidencia cuando la renuncia de Masoller, en momentos en el que Astori observaba a distancia un plan en común con UPM.
“Estamos muy lejos de tener un acuerdo respecto de UPM. No se resolvió el tema. Y no es una discusión fácil. En la medida en que no está resuelto y no se puede abundar en detalles sobre un acuerdo no definido, no me parece sano discutir públicamente los acuerdos y las diferencias que hay sobre las decisiones que se toman, que son absolutamente normales. Nosotros trabajamos mucho en equipo y tenemos una gran capacidad de decisión colectiva de las cosas que hacemos. Una vez que decidimos, no creo que corresponda decir: ‘Fulano discrepó con esto, Mengano discrepó con lo otro’, sino que es la decisión del ministerio y vamos todos atrás de ella”, dijo por entonces.
Astori prosiguió –recordemos, a fines de setiembre– en un tono en el que denotaba que las cosas estaban lejos de concretarse. “El criterio que tiene la cartera en las negociaciones es apuntar a que la inversión arroje un balance beneficioso para el país. Hay muchas cosas a analizar, no solo económicas, sino también ambientales y jurídicas”. Sostuvo que en todos los planos UPM tiene exigencias, pero el gobierno también plantea “muchas exigencias”. Exigencias que, al final, parecieron alivianarse para lograr un acuerdo que se firmará, como ha dicho el presidente Vázquez, en los próximos días. Ya nos enteraremos de los detalles. Paciencia.