Por categoría, jerarquía y mejor plantel, Gremio se quedó con la Copa Libertadores con total justicia. Se impuso anoche de visitante por 2-1 ante Lanús y conquistó la tercera de su historia, luego de los éxitos conseguidos en 1983 y 1995. No hubo esta vez proeza del granate que venía de remontada en remontada. Resultó ser una fiesta completa del equipo de Porto Alegre. Los goles de Fernandinho, a los 27, con un zurdazo demoledor, y Luan, a los 42, con un golazo tras un toque suave por encima del arquero, hicieron trizas los sueños de los 45.000 hinchas de Lanús.
No bastó el descuento a los 72, de tiro penal, de José Sand; la reacción del club argentino llegó demasiado tarde. Gremio ya venía de ganar como local por 1-0, con un tanto que arribó cerca del final a través de Cícero.
La escuadra brasileña tomó el control del juego ni bien comenzó el partido y superó los nervios de la final, fue más en todo momento y manejó los tiempos a placer en gran parte del encuentro. Le puso una presión insoportable a Lanús en sus movimientos de salida desde el fondo y el granate se mostró confuso y enredado.
Impecable Jaílson, imparable Arthur, movedizo Ramiro, talentoso por ráfagas Luan y contundente Fernandinho. En el arco tuvo a un formidable Marcelo Grohe. El campeón se clasificó directamente a las semifinales del Mundial de Clubes este diciembre. Se medirá con el vencedor de la llave de cuartos de final entre el africano Wydad Casablanca y el representante de Concacaf, el mexicano Pachuca.