“Estamos jugados”, dice Mónica Laurino. Lo dice con énfasis, en medio de la obra de reforma del viejo edificio del Parador Zona B en el Balneario Municipal, que en diciembre pasará a ser el parador Sol y Arena, la mayor inversión privada en muchos años en la zona de playa. En una primera etapa, la familia Sequeira-Laurino (el matrimonio de Marcelo Sequeira y Mónica Laurino, junto a sus tres hijas) invierte 120.000 dólares en las reformas de estructura y equipamiento básico (mesas, sillas, instalaciones de cocina) para modificar el paisaje costero, que tendrá como frente una estructura de 27 metros de largo por 4,8 metros de alto.
Ese diseño, al igual que toda la reforma, es del arquitecto Flavio Echart Kuc, quien recorre la obra mostrando cada parte y cómo será transformada diciendo “estoy fascinado”. Sostiene que “es un proyecto muy lúdico, divertido para diseñar. Para mí, humildemente, es una bendición poder generar a escala urbana este proyecto”.
“Es algo que le faltaba a Paysandú”, agrega Marcelo Sequeira. “Pasábamos por acá y veíamos abandonado al lugar. A su vez, queríamos tener un emprendimiento familiar en este rubro, porque ya trabajamos como familia en mi actividad en electricidad industrial y steel framing. La idea era abrir un poco el abanico, tener otro negocio”.
Así respondieron a la licitación convocada por la Intendencia Departamental de Paysandú en setiembre pasado. Con la intención de “brindar un servicio diferente, amplio, abarcativo, incluyendo el área de playa que siempre ha estado desatendida” y un horario de atención extendido desde la mañana a la madrugada “con servicio de desayuno, almuerzo, tarde y cena”, agrega Echart.
Luana Moreira, quien culmina estudios de administración estará al frente de esa parte en la empresa y su madre Mónica (quien le puso nombre al parador), que tiene estudios en gastronomía, ocupará otras áreas de dirección. No obstante, Marcelo subraya que “tenemos profesionales idóneos en cada sección. Por ejemplo, un chef de Montevideo asesora en el menú. Y habrá unas veinte personas trabajando con nosotros formando un equipo, que esperamos brinde un servicio diferencial. Hemos estado realizando las contrataciones y ese trabajo ya ha culminado”.
Sol y Arena parte del antiguo edificio del arquitecto Oscar Garrasino, al que se lo rodea con steel framing y estructuras de madera en pallets. Con áreas exteriores techadas e interiores con aire acondicionado y un deck con sillones, tendrá una capacidad de 210 plazas. “La actitud con el edificio original de Garrasino es esconderlo, porque es inoperante para la propuesta. Solamente se ve desde la playa la estructura original”, indica el arquitecto.
Allí –de frente a la playa– se ubicará un kiosco adelante del que habrá también algunas mesas y sillas. Tendrá un servicio diferente, con los artículos de mayor demanda en la arena. Para uso de quienes concurran a la playa, se instalará una caseta con baños químicos. La inauguración se realizará en dos partes. El servicio a la playa de manera simultánea con la inauguración de la temporada 2017-2018 y la principal a mediados de diciembre. “Creemos que a los sanduceros les gustará y va a acompañar”, resume Mónica Laurino.