En Punta del Este vuelven a destruir dunas, esta vez para un estacionamiento

PUNTA DEL ESTE, (Por Daniel Hardy Coll).- Una protesta ambientalista de vecinos en el inicio de la temporada estival acapara la atención de los turistas a la altura de la playa en la parada 50 (kilómetro 162) de la ruta 10 entre Manantiales y Bikini, desde hace una semana. El tema: la movilización de una duna por parte de la intendencia de Maldonado –que tendría autorización de la Dinama–, para abrir un estacionamiento en plena faja de defensa de costas. Dos máquinas estuvieron trabajando durante 48 horas y decenas de camiones con arena salieron del lugar sin conocerse su destino final.
Pero debemos remontarnos a diciembre de 2016, cuando los organizadores de la megafiesta internacional playera Corona Sunset, estuvieron haciendo los preparativos en la misma faja de defensa de costas para levantar un escenario, lo que terminó con una denuncia y multa de la Dinama de mil Unidades Reajustables (unos U$S 35.000 a la cotización actual) y un juego subido de tono de dichos y entredichos entre el jerarca de dicha repartición del Mvotma, Alejandro Nario y el intendente fernandino Enrique Antía.
Este estacionamiento que eliminó parte de una duna, se abrió cerca de donde se realizó la movida el año anterior, pero la destrucción fue distinta: enorme en el presente al lado de lo sucedido el verano anterior si se comparan. En las acciones emprendidas por los organizadores del Corona Sunset que sacó de su agenda a Punta del Este no se denunciaron camiones sacando arena de la playa, como sí ocurrió con el nuevo estacionamiento y no se eliminó ninguna porción de duna, por más que se registró maquinaria trabajando en la propia playa y hasta la ruta.
Después de una movilización de vecinos de la zona manifestándose en contra hace ya una semana, sólo uno de ellos decidió sentarse bajo unas sombrillas para condenar el hecho.
José Pablo Salgado tiene 44 años, se dedica a trabajar en todo lo que salga, es padre de dos hijos y está casado. No es ni ambientalista cerrado ni protervo, no se considera rebelde pero se opone disgustado a lo sucedido.
No tiene ningún protocolo, vive el día a día lejos de su familia, sentado en la arena o en una sillita, tratando de esquivar al sol con tres sombrillas y protector solar. Algunos vecinos van y vienen para no dejarlo solo, está en una especie de huelga de hambre, analizando en el día a día el hecho.
Unos metros más abajo, el estacionamiento de la discordia, con pocos autos, ya que no es una de las playas más concurridas de la zona, ni mucho menos, por lo que no entienden los vecinos y turistas ocasionales la alteración de la faja de defensa de costas protegida por el Código de Aguas vigente. No llegará jamás a ser ni Bikini ni Montoya.
Este carolino de piel curtida por los rayos solares, está soportando lo insoportable, aguantando sin saber hacia dónde va el barco del desarrollo, ¿será el paso previo para construir un nuevo parador?
Salgado por voluntad propia y al costo de perder horas y días de trabajo, se instaló con lo necesario el pasado miércoles y de arranque nos aclara que no es pariente del Presidente de Cutcsa y asesor comercial del Dr. Vázquez.
Cree en la prosperidad pero no al vil precio de la destrucción o alteración del medio ambiente costero, donde anidan muchas aves.
Si el eslogan de “Uruguay Natural” es precisamente invitar a los turistas a descubrir y disfrutar la naturaleza del país “bajar una duna para un estacionamiento no se entiende”, manifestó a EL TELEGRAFO, José Salgado.
Mientras aclara que es la primera vez que toma una medida de estas características, ya registrada por las autoridades de la PNN y de la policía, explica que defender al medio ambiente para las futuras generaciones no “es una mala acción”.
“Acá estoy sentado amigo, protestando en silencio, sin grandes manifestaciones más allá de lo que podés documentar”, comenta.
Durante el tiempo que acompañamos a Salgado, para realizar esta entrevista, un dron no dejó de filmarnos.
Los vecinos entienden que esta vez la Dinama y la Intendencia se dieron la mano como sistema político, para saldar la discordia de la fabulosa multa a la fiesta de la Corona Sunset, que tanto irritó a Antía.
Dos retroexcavadoras y una decena de camiones bajaron a la duna y levantaron esta plaza de estacionamiento entre el jueves 21 y el viernes 22. El intendente de Maldonado se expresó públicamente manifestando que era una playa muy ancha que presentaba dificultades a los turistas para acceder a la costa. Sin embargo, a lo largo de la ruta, al pie de los médanos se siguen viendo los autos estacionados, como siempre ha sido y a las personas caminando.
Entre Altos de Montoya y Manantiales, en el kilómetro 162,500 de ruta 10, está conviviendo con la naturaleza don Salgado. No está solo, ya que el resto de vecinos enojados con lo sucedido, molestos y preocupados por la llegada de más emprendimientos a orillas del agua, se reúnen con abogados, con el CURE y la Dinama.
“No me pueden mover de acá porque no existen argumentos sólidos, estoy en la playa como cualquiera, pero de este lado de la duna mirando los autos pasar, con algunos carteles y pocas cosas más. ¿A quién molesto? A nadie” se excusa.
Sabe que, como trabajador independiente está perdiendo muchos jornales en plena temporada, pero su familia lo respalda y lo acompaña.
La organización del festival internacional Corona Sunset se fue del país, pero Salgado resistirá hasta que “nos den soluciones”. Entiende que sólo hay una, cerrar el estacionamiento y esperar que el clima y la propia naturaleza hagan su papel regenerador con el correr del tiempo.
Antía denunció a Salgado como “activista”, así que debió presentarse en la PNN a dar su testimonio: “pura intimidación como si fuéramos niños”, exclamó.
Consultado por qué los demás vecinos, unos 60 que se movilizaron el fin de semana de Navidad no lo acompañan en esta acampada, explicó que todos están trabajando, es temporada, pero siempre hay uno u otro, y así lo corroboró EL TELEGRAFO. “Además me cansé de las quejas de almacén, en las redes, hay que movilizarse y punto”.
Salgado entiende que el mejor acceso a las playas es construyendo pasarelas de madera como las que ya hay, y que los autos sigan estacionando donde siempre lo hicieron, a la vera de la ruta.
De todas formas no es el único estacionamiento que se abrió en la faja de protección de costas en los últimos 20 años, ya hay más de una docena.
“Yo repudio esto, por un lado hablan del Uruguay Natural, es el eslogan del Ministerio de Turismo, y por otra parte los gobernantes hacen todo lo contrario. Además, los turistas jamás dejarán de bajar a la costa por más obstáculos que haya, entonces, dejemos de destruir y conservemos nuestro patrimonio natural”, apuntó.
Esta movilización vecinal no pudo frenar la obra, pero presuntamente la Intendencia de Maldonado habría congelado la apertura de otros dos espacios para vehículos en otras playas.
EL TELEGRAFO intentó conseguir la palabra del director de la Dinama, Alejandro Nario, pero fue en vano hasta el momento. Los vecinos ya hicieron la denuncia en la web de la Dinama y la noticia fue divulgada por todos los medios fernandinos.