Niños y seguridad vial

Un reciente acuerdo firmado entre el Ministerio de Salud Pública y la Fundación Gonzalo Rodríguez establecerá un equipo de trabajo para elaborar y analizar datos de mortalidad y secuelas por siniestros de tránsito en niños.
La finalidad es avanzar en el diseño de políticas públicas que incluyan acciones intersectoriales con foco en rehabilitación y prevención, dado que casi un 10% de los niños de hasta 14 años que fallecen cada año en Uruguay lo hacen por lesiones externas, siendo la primera causa los accidentes de tránsito.
En este sentido, la responsable del Área Programática Salud de la Niñez del MSP, Claudia Romero, dijo que hasta ahora se contaba con algunos datos de morbilidad –cuántos niños resultan lesionados por siniestros de tránsito y qué significan esas lesiones– pero no había capacidad de analizarlos. “Los datos son importantes siempre y cuando los sepamos usar bien. Necesitamos datos, necesitamos analizarlos y que de ese análisis se generen políticas públicas porque lo que no queremos es que se lesione ningún niño más en los siniestros”, dijo.
Si bien a veces las lesiones son leves y no requieren ingreso a un centro de salud, otras pueden ser severas y dejar secuelas que demandan costos sanitarios importantes; no solo al sistema de salud sino a las familias. Más allá de los gastos de cama de CTI y tratamientos, hizo referencia al abordaje del niño que egresa del centro de salud con secuelas y la respuesta en servicios complejos y rehabilitación.
Las autoridades apuntan a generar espacios para trabajar este tema en la consulta médica y las escuelas con la finalidad de formar conciencia sobre la necesidad de que sus hijos viajen seguros en sus desplazamientos diarios, asesorando sobre los sistemas de retención infantil (SRI) e implementos de seguridad.
El uso de sistemas de retención infantil es una de las medidas más importantes que se pueden aplicar para evitar lesiones en caso de ocurrir un siniestro de tránsito con la participación de niños y es por Ley de uso obligatorio en Uruguay.
El Estudio Observacional de Conductas Viales en Zonas Urbanas realizado por Unasev en 2013, en el ítem “uso de elementos de seguridad” constató que apenas un 28% de conductores utilizaba SRI en pasajeros menores de 12 años. Los SRI desempeñan un papel muy importante en la reducción de la gravedad de las heridas sufridas y en el aumento de la probabilidad de supervivencia.
Sin embargo, en la Encuesta anual que realiza el Grupo Radar para Unasev, al plantearse a los entrevistados que conducen autos o camionetas una lista de conductas que pueden tener los automovilistas, un 56% dijo que no siempre sienta en sillita o booster a sus niños.
La situación con el transporte de niños en motos no es menos preocupante. Un estudio sobre las condiciones de traslado de niños en motocicletas en América Latina, realizado por la Fundación Gonzalo Rodríguez en colaboración con la Fundación UPS, el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el Banco Mundial y el Observatorio Iberoamericano de Seguridad Vial (Oisevi) que incluyó a 45 ciudades de varios países (entre ellas Paysandú) advierte que si bien Uruguay no es de los que está en peor situación, hay llamados de atención.
La Organización Mundial de la Salud señala que los usuarios de motocicletas están expuestos a mayores riesgos de colisión debido a que comparten el espacio de circulación con automóviles, ómnibus y camiones, porque son menos visibles, y además por la falta de protección física. Asimismo, los niños tienen más probabilidades que los adultos de sufrir consecuencias severas porque su cerebro y cráneo son más vulnerables que los del adulto, ya que no han alcanzado la maduración completa.
En América Latina y el Caribe los siniestros de tránsito son la primera causa de muerte en niños entre 5 y 14 años, y la segunda entre 15 y 44 años. En países como Uruguay, Brasil, Colombia y República Dominicana la motocicleta se lleva alrededor de la mitad de los fallecidos por siniestros de tránsito. Esto influye negativamente en la posibilidad de alcanzar la meta de reducir a la mitad el número de heridos y fallecidos por causa de siniestros de tránsito para 2020 que se estableció en los Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por las Naciones Unidas.
Los resultados del trabajo –emanados de la Fundación Gonzalo Rodríguez– dejan planteados algunos desafíos respecto a la seguridad de los niños en las motocicletas. En ese sentido, se observa en general un bajo uso del casco homologado en los niños más pequeños, en parte porque no existen cascos homologados para menores de 2-3 años, pero también porque no se contempla en las reglamentaciones o, en su defecto, no se fiscaliza.
Asimismo, es muy bajo el uso de otras medidas de seguridad como la vestimenta visible, incluso en países donde es obligatorio por ley, como el nuestro.
En referencia a los niños, un factor de seguridad fundamental es alcanzar el posapié; esto muestra resultados preocupantes incluso en Uruguay, donde está reglamentado.
Otra de las medidas que brindan seguridad a los niños en las motocicletas es la ubicación del ocupante; respecto a los niños lo que se observó es alarmante ya que la mayoría son traslados en ubicaciones no autorizadas.
Los usuarios de motocicletas resaltan la elección de ese vehículo como medio habitual de transporte por lo económico y la rapidez. Se trata, sin dudas de una oportunidad de movilidad para grandes sectores de la sociedad, por lo que es un medio de transporte que se instala y consolida. Sin embargo, resulta evidente que hay aspectos de la seguridad vial que no son respetados. A título ilustrativo y para tener en cuenta la magnitud que el problema puede estar asumiendo en nuestras propias calles, Paysandú cuenta con la mayor tasa de niños y adolescentes viajando en moto del país, un 10%. De ellos, el 39% de los niños hasta 12 años viaja sin utilizar el posapié.
La reglamentación vigente en Uruguay contempla elementos y medidas de seguridad para los ocupantes del vehículo y menciona algunos elementos especialmente enfocados en la seguridad del niño. Resulta imperioso trabajar para dotar de mayor seguridad al utilizar este medio de transporte de forma que no sean movilizados asumiendo riesgos importantes para su salud.