Progreso concretará el sueño del campo deportivo

De la mando de un comodato firmado con la Intendencia, el Club Atlético Progreso se beneficiará de un terreno para adoptarlo en canchas de fútbol y, de esa manera, concretar el sueño largamente incumplido de contar con un campo deportivo propio donde puedan entrenar sus diferentes planteles, desde el baby fútbol hasta la Primera División.
La firma se realizó el martes por la noche en la sede de Progreso, en Larrañaga y Batlle Berres, en la que estuvieron presentes el presidente del club, Gonzalo Garré, el intendente Guillermo Caraballo, el títular de Diálogo con los Vecinos, Gastón Giles, el director de Promoción y Desarrollo, Guillermo Acosta, y el director de Obras, Marcelo Romero; también acompañaron muchas personas vinculadas a la institución azulgrana.
A través del comodato, la Intendencia prestará a Progreso un terreno de 11.022 metros cuadrados de superficie ubicado en barrio Purificación, entre Antonio Estefanell y avenida Roldán vieja –bordeando el arroyo La Curtiembre–, donde antes se encontraba un asentamiento.
La vigencia del contrato concluye el 30 de junio de 2020, es decir, hasta el final de la actual administración.
Sin perjuicio de que la siguiente extienda el compromiso entre las partes.
“El Club Atlético Progreso es una institución deportiva que nuclea más de 180 niños en categorías de baby fútbol, más de 100 jóvenes en formativas y el plantel de Primera División; además esto es parte del programa que llevan adelante la Liga de Fútbol y la Intendencia que trabajan en tres grandes líneas: educación, salud y deporte”, señaló la escribana Marynes Van Cranembruk, encargada de supervisar y leer el contrato que a acto seguido rubricaron las autoridades de la Intendencia y Progreso.
El texto especifica que la adjudicación de ese espacio, además de ser destinado para la “práctica de fútbol”, apunta a “recuperar áreas para que se eviten nuevas ocupaciones” y para interver terrenos municipales “inundables o contaminados”.
También se señalan las obligaciones que contrae el club. “Cuidar y conservar el bien, no cambiar el destino, conservar la tenencia y no cederla a terceras partes, hacerse cargo de los consumos luz y agua, y demás servicios públicos. Queda obligado a devolverlo en similares condiciones. Las mejoras deben ser previamente acordadas con la Intendencia, que mantiene las facultades de inspeccionar el bien”, detalla el contrato.
Algo necesario
Garré, presidente de Progreso, se mostró “sumamente agradecido” por algo que “hacía tiempo” que estaban buscando “a través de varias formas”: “Tener nuestra propia cancha, nuestro propio lugar”. “A partir de ahora debemos empezar a trabajar para acondicionar el terreno y darle uso lo antes posible. Es algo que se necesitaba desde hace muchos años. Esta institución siempre careció de una cancha; ahora gracias a la Intendencia y a todos los que anduvieron en la vuelta se pudo conseguir y llegar a buen puerto”, añadió.
“Ganamos un espacio bárbaro”, enfatizó el intendente Caraballo. Haciendo un juego de palabras, dijo que con “Progreso progresamos en dos cosas”. Y pasó a enumerar. En primer lugar, “para el club es un progreso porque ahí van a practicar los gurises y chicos y los grandes”; y en segunda instancia, “lo es también para la ciudad”.
“Antes había un asentamiento. Cuando asumimos tomamos una decisión fuerte y derribamos las casas en ese lugar. Si no, se iba a generar el fenómeno nuevamente, había que cortar eso. A esto lo llamamos resignificar el espacio”.