Sequía determina que chacras de ciclo corto de soja, sembradas más temprano, se cosechen antes

En esta zona del país, se vienen cosechando algunas chacras de soja, a pesar de que el grueso de la zafra comenzará a partir de la segunda semana de abril. “Se trata de chacras que fueron sembradas en forma más temprana y de ciclos muy cortos de soja”, de acuerdo con lo indicado por el ingeniero agrónomo Edgardo Nasta a EL TELEGRAFO.
Pero la situación se vio acelerada a causa del importante déficit hídrico de esta año, en especial porque hubo zonas del departamento y la región donde pasaron varias semanas sin precipitaciones, lo que causó problemas hídricos a las plantas y un notorio descenso de rendimiento.
Las chacras sembradas en forma más temprana y con ciclos muy cortos de soja “obtuvieron rendimientos que oscilaron entre 1.200 y 1.300 kilos, apresurándose también la cosecha por las condiciones de sequía”, aclaró el responsable del departamento técnico de Copagran, filial Paysandú. También hay chacras que están muy pobres, “con potenciales por debajo de 1.000 kilos y otras que están mejores con potenciales por encima de los 2.000 kilos por hectárea”.
Entiende que, con ese rendimiento, es conveniente la cosecha, “porque no creo que ningún productor haciendo la cuenta deje de cosechar en esa situación”. Nasta sostiene que “cada productor sabe cuándo toma la decisión de no cosechar, pero teniendo de 700 a 800 kilos para arriba, es prioritaria la cosecha”.
Más allá de reconocer que los cultivos de soja se recuperaron gracias a la última lluvia, sostuvo que los agarró en una etapa de cultivo muy tardía, donde lo único que se puede revertir en cuanto a rendimiento es lograr, en las sojas de segunda, un buen llenado de grano, en los casos en que todavía hay por llenar”. A pesar de no ser fácil recuperar el rendimiento perdido, para el profesional, “se logrará un buen llenado de grano y de aquí al final del ciclo de cultivo se mantendrá el potencial de rendimiento que hay hasta el momento. La cooperativa estima que cuando se consolide el arranque de la cosecha, que será a mediados de abril, se podrá comenzar con chacras mejores y los rindes suban”.
Otro caso es que previendo que no llegarían al mínimo del potencial, hay productores que optaron por picar la soja para el ganado o enfardarlas. Incluso, hay otras están en una situación muy crítica, que genera incertidumbre sobre que medidas adoptar. En las zonas del departamento de Paysandú donde llovió bien, como en ruta 26 o al norte del departamento, los productores llegarán a rendimientos aceptables, pero también habrá otros cultivos con rendimientos de 800 kilos por hectárea.
DE SEGUNDA
Edgardo Nasta expresa que “las siembras de segunda se están comportando mejor que las de primera, en especial los ciclos largos, debido a que recibieron más agua con las últimas lluvias registradas en la región”. El aspecto más importante “ha sido el ciclo del cultivo al momento en que están recibiendo el agua y no tanto por la variedad”.
Para el profesional, el gran tema es cómo mitigar los inconvenientes que enfrentan zafras, como la de este año, donde el déficit hídrico es tan importante. “Aspectos como la densidad de planta, época de siembra, la ubicación de cada grupo de soja y la distribución espacial que funciona mejor para estas situaciones de estrés” son los principales puntos a tener en cuenta.
En cuanto a qué tipo de medidas tomar, ante la eventualidad de sequía –que no fue la actual, porque los pronósticos no indicaban que las lluvias serían tan escasas–, “sembrar en aquellas chacras que presentan mejor reserva de agua o las características del suelo, que por la rotación que traen o la historia del cultivo permiten afrontar mejor la seca”, recomienda.
Los cultivos que mejor se ven y que seguramente tendrán mejor rendimiento, “son aquellos en donde se viene realizando una rotación del cultivo con praderas; el suelo presenta mejores condiciones y mejor estructura. Las plantas se arraigan mucho mejor al suelo”, dijo Nasta. También consideró utilizar las variedades según el grupo, y en su época de siembra es fundamental, “viendo la posibilidad de separar la siembra, abarcando un período largo de siembra”.
Otra medida es no utilizar poblaciones demasiado altas en la soja. “Sabemos que hasta 170.000 o 180.000 plantas es bueno, pero por encima de eso, no. Muchas veces buscamos 300.000 plantas que son innecesarias y en un año tan extremo como este, las altas poblaciones se han visto afectadas”. La distancia entre hileras es otro factor a tener en cuenta. “Hay que buscar distancia entre hileras más cortas, que el cultivo se cubra sin un excedente de plantas”, finalizó el técnico.