Balance muy positivo de la 10ª Conferencia Mundial Merino que se realizó en Uruguay

El presidente de la Sociedad de Criadores de Merino Australiano del Uruguay (Scmau), doctor Juan Carlos Tafernaberry, consideró “muy positiva” la 10ª Conferencia Mundial Merino realizada en Uruguay durante una semana, que concitó la atención de casi medio millar de personas de varios países.
“A los balances los realizo por los comentarios que me llegan y las opiniones que se recogen de los participantes de otros países y han sido muy buenos en general”, dijo el profesional y criador de la raza de lana más fina del país.
Se procuró mostrar al mundo, durante estos ocho días, “el potencial que tiene la Merino, a través de la exhibición de las majadas comerciales, lo que produce la cabaña que se mostró en la calificación realizada frente al hotel Altos de Arapey, y la investigación que se realiza en el Consorcio Regional de Innovación de Lanas Ultrafinas, además de la concentración de lanares”.
Precisamente respecto a la muestra de reproductores, el jurado Charles Merriam manifestó tras su tarea a EL TELEGRAFO que el desfile de animales fue “muy interesante”, con un número importante de animales “tanto machos como hembras de un nivel genético muy interesante, en términos de producción de lana, una calidad de lana y buena estructura del animal”.
Dejó en claro tras su tarea –que se extendió durante todo el lunes y la mañana del martes pasado– que en Uruguay “hay un porcentaje de muy buenos animales en cuanto a estructura, peso y calidad de lana como para progresar rápidamente en el futuro”.
Sumando a sus conceptos lo exhibido en el concurso de vellones, el experto indicó que en este congreso hubo animales “muy correctos estructuralmente, con muy buenas lanas, vellones pesados y una capacidad genética suficiente y buena como para pensar que en el futuro puede tener muy buenos resultados productivos”.
Tafernaberry sostiene que a lo acontecido en la muestra morfológica y de vellones, debe agregarse “la importancia que tiene la industria, que fue visitada el sábado anterior en Durazno, por lo que tratamos de caminar sobre por toda la cadena productiva”.
Se refirió al proyecto que se inició con el Merino fino y hoy continúa con el Crilu, un buque insignia en el país, ya que se ha trabajado en una articulación público-privada que nunca se había visto en Uruguay, en un proyecto de innovación que va a más. Añadió que ya se habló de transferencia (tecnología: adopción y adaptación de esas herramientas) “y hoy hablamos de innovación, que esperamos genere una buena imagen en quienes nos visitan y de lo que es el Merino en nuestro país”.
Para Tafernaberry, el uruguayo siempre tuvo la costumbre de mirar hacia afuera, pero ya es el momento de mirar hacia adentro y que también observemos que nos están mirando. Este es el momento para que nos empiecen a mirar. Mucha de la gente que participó en la conferencia se lleva una imagen de Uruguay que no es la imagen que tenía cuando llegó el sábado”.
Pero todo esto no es solo en cuanto a producción, consideró el titular de la institución anfitriona, porque “somos un país pequeño en superficie, pero muy grande en su utilidad”. Más allá de lo observado en la raza Merino australiano, Tafernaberry destacó que “también se vieron otras realidades del quehacer del sector agropecuario y su día a día. Necesitamos esos caballos criollos, como los que se vieron en estancia Pingo Viejo, de Carlos Parietti, o La Magdalena, de Diego Otegui, para trabajar en estos campos y traer esas ovejas Merino”.
Además se mostró la ganadería vacuna, “con el sistema de producción, y vieron el momento y la situación climático, el cambio climático como se vive en Uruguay, y en el mundo, y que fueron parte de las conferencias que se desarrollaron entre jueves y viernes en Montevideo”.
Recordó que cuando la Scmau decidió realizar la conferencia en 2014, “era un desafío, palabra que va de la mano con el compromiso y responsabilidad”. Y puntualizó que “en esto la cara visible soy yo o Diego Otegui como presidente del comité organizador, pero nosotros llegamos a los diferentes lugares y se nota que hay un equipo de trabajo atrás, con directivos y no directivos que trabajaron durante muchas semanas. Esto se resume en la pasión que todos tenemos por la oveja”. A esa pasión, “se le suma la familia, porque la oveja reúne a las familias y por eso en Uruguay la familia estuvo de fiesta”.
LA EMOCIÓN
Durante una de las cenas de camaradería de quienes asistieron al Mundial Merino en Termas del Arapey, se realizó una emotiva entrega de medallas de socios vitalicios a nueve socios de la Sociedad de Criadores de Merino Australiano. Los agasajados fueron Jorge Enrique Grasso, Daniel Juan Grasso, Carlos Correa, Beltrán Aguerre, Enrique Urioste, Antonio Otegui (no pudo asistir), Mirtha Jones de Pérez (no pudo asistir), Juan Miguel Silva y Rosas y el único sanducero del grupo, Jorge Hiriart Ayres.