Quienes pagan el Impuesto a la Enajenación de Semovientes pueden recuperar ese dinero

Los productores agropecuarios que paguen el impuesto al control o enajenación de semovientes, pueden recuperar ese dinero a través de un crédito que básicamente lo descuentan de su pago al Banco de Previsión Social (BPS).
“Es un impuesto bastante viejo, de hecho se estableció en el año 1960 por la Ley 12.700”, explicó a EL TELEGRAFO el contador Ruben González. “En su momento se estableció como una forma de contribuir a la intendencia con el mejoramiento de camino, que era en principio el espíritu que lo creó”, puntualizó.
A través de los años, este impuesto “sufrió algunas modificaciones de las cuales la más básica se dio en parte de la década del 90, en el cual se le bajó la tasa de una aportación que tenía de 3% se le baja un 1%. Y la otra gran modificación es en el año 2012, en la cual se estableció en acuerdo con el congreso de intendentes, que los productores pueden recuperar ese dinero”, dijo el profesional.
Sostuvo que “pasa muchas veces, que los productores cuando hacen la venta y hacen las declaraciones juradas no informan bien su número de Dicose o incluyen su número de Rut y eso hace a que no vaya la información a pasar por DGI y llegar al BPS para acceder al crédito fiscal”.
Explicó que es un impuesto “del 1% sobre el precio de la enajenación de semovientes que se tenga. Ese impuesto lo retienen los consignatarios de ganado, o lo retienen los frigoríficos, o lo paga directamente el productor en la intendencia, cada vez que hace una enajenación de ese bien”.
El plazo se extendió. “Inicialmente era de 35 días y hoy está hasta 60 días el plazo para el pago de ese impuesto cada vez que se realiza la enajenación del semoviente y como ya dije, se paga un 1% sobre el valor total de la enajenación”, señaló.
González precisó que se debe tener especial cuidado, que “cuando se hace ese pago en la intendencia figura el número de Dicose del productor y el número de Rut del productor. Porque en base a eso es que la Intendencia mensualmente informa a través de la DGI, cuánto es el total de las ventas que se tuvieron en el mes, y cuánto es el impuesto que pagó el enajenante de ese bien semoviente”.
Sostiene que “tiene una doble función. Por un lado sirve para recaudar y por otro lado sirve para que la DGI obtenga información de cuánto son las ventas de ganado que se hacen o que hace cada productor en particular”.
Ese crédito lo recauda la intendencia, se paga ahí, y mensualmente lo informa la DGI.
“A través de la DGI, la información va a dar al BPS y se descuenta de los aportes patronales, cuatrimestrales que los productores agropecuarios realizan al BPS. Muchas veces se encuentran con que ese aporte no se realiza o no figura en el BPS y por lo cual no se realiza el descuento tampoco”. Ahí se debe presentar a la oficina y hacer el reclamo correspondiente.
“Lo principal a tener en cuenta por el productor, es que para hacer un buen aprovechamiento de ese impuesto que es un 1%, pero que cuando lo tiene activo lo termina recuperando para hacer una buena gestión de ese impuesto, lo importante es que cada vez que vaya a la intendencia, a través del rematador o a través del consignatario ganado, que se vaya a ser la retención, es indispensable que quede claramente identificado el número de Rut del productor agropecuario y el número de Dicose”.
Agregó que de esa forma, “la intendencia informa todo correctamente y es simplemente un cruce de información después entre los organismos públicos”.