Problema en dos ruedas

En toda Latinoamérica es masivo el uso de motocicletas para el transporte de personas, lo que ha aumentado y facilitado la capacidad de traslados pero también engrosado las estadísticas de accidentes y la mortalidad, dado que los motociclistas son los más vulnerables.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Brasil cuenta con la mayor cantidad de motos en su parque vehicular pasando en los últimos años de 4 millones en 2001 a más de 20 millones de unidades en la actualidad. En Colombia, de acuerdo con el Registro Único Nacional de Tránsito, actualmente hay más de 6 millones y medio de motos. En Argentina la cantidad de motos también supera los 6 millones y constituye el 50% de los vehículos en circulación.
No es un dato menor que en nuestros países de América Latina y el Caribe, los siniestros de tránsito en motocicletas representan la principal causa de muerte en niños entre 5 y 14 años, y la segunda entre la población de 15 a 44 años, según un informe presentado el año pasado por la Fundación Gonzalo Rodríguez.
Con la idea de sensibilizar y prevenir otros países están buscando ideas y soluciones innovadoras para promover el uso seguro de motocicletas.
Una reciente publicación del BID llama la atención a la situación de Paraguay, donde en los últimos 15 años la dinámica de los siniestros de tránsito ha cambiado notablemente.
En 2003 las muertes de motociclistas representaban menos del 5% del total de las muertes por siniestros de tránsito y actualmente representan más de la mitad. Entre el 2011 y el 2017, el parque automotor total se ha duplicado y el parque motocicletas se ha triplicado, más que de cualquier otro tipo de vehículo, pasando de 270 mil a 700 mil motos en apenas 6 años.
Según estadísticas del 2013 de la Policía Nacional del vecino país, las motos estuvieron involucradas en cerca del 90% de los siniestros de tránsito que resultaron en fallecimiento y lesiones graves.
En este contexto, el BID está llevando adelante en Paraguay una iniciativa de innovación social enfocada en mejorar la seguridad vial de los motociclistas. En concreto se está desarrollando un concurso de innovación llamado I-Lab Paraguay “Rodando Ideas”, que convoca al sector de la economía creativa y del ámbito de la tecnología a postular propuestas de solución a varios desafíos relacionados a la seguridad vial de motocicletas.
Los desafíos presentados al concurso están agrupados de acuerdo a las fases de una colisión: la previa, la del choque mismo y la posterior. Por ejemplo, estos retos tienen que ver con generación y uso de datos, formación de conductores, educación vial, factores de prevención del vehículo, factores de protección del conductor, entorno seguro, atención inmediata al choque y seguimiento de lesionados, entre otros. La idea es impulsar plataformas y procesos de innovación social orientados a generar soluciones para problemas sociales que no están siendo atendidos por el mercado, involucrando a los beneficiarios (los ciudadanos) en la identificación y priorización de los problemas.
La iniciativa resulta interesante, justamente por trascender el habitual ámbito de las campañas de información y concientización a través de los medios de comunicación, procurando involucrar a los ciudadanos como forma de sensibilizarlos y comprometerlos en la mejora del tránsito.
Muchas de las actividades que se desarrollan este mes en Uruguay tienen la misma finalidad. Con el diagnóstico –incambiado en los últimos años– que los motociclistas son los más vulnerables en el tránsito nacional y que, por otra parte, los jóvenes son los principales protagonistas de los decesos por esta causa, en nuestro país se desarrolla la movilización anual llamada Mayo Amarillo, que apunta a cambiar la forma de actuar en el tránsito para que, como dicen sus organizadores “2.500 jóvenes no mueran en los próximos 10 años”.
En el lanzamiento de la presente edición de Mayo Amarillo, su referente nacional, el jefe del Departamento de Emergencia del Hospital de Clínicas, doctor Fernando Machado, planteó el desafío de adoptar cambios de conducta y formas de pensar respecto a cómo manejarnos ya que advirtió que las campañas “no van a tener efecto si no logramos impactar en el comportamiento en el tránsito”.
Este año se eligió a los motociclistas como tema de campaña, porque representan más del 50% de fallecidos en el tránsito. “Vamos a enterrar a 2.500 jóvenes en los próximos 10 años si no atacamos este problema nacional que trasciende a los partidos políticos”, alertó Machado.
En este sentido, cabe recordar que el 45,7% de los fallecidos en 2016 a nivel nacional –exactamente 204 personas– circulaban en motos y, de acuerdo al último Informe de Siniestralidad Vial, la mitad de los motociclistas fallecidos eran jóvenes entre 15 y 29 años.
Los siniestros de tránsito constituyen un problema de salud pública y tienen graves repercusiones sociales y económicas, además de las consecuencias físicas y psicológicas que suelen padecer las víctimas.
Como planteaba recientemente la licenciada Eliane Suhr en una conferencia realizada por Mayo Amarillo en Salto, es mucho lo que se pierde en un siniestro de tránsito porque aún cuando no se pierda la vida quedan secuelas importantes.
En este sentido señaló que “cuando intentamos medir la calidad de vida posterior a un siniestro, nos encontramos con personas que tienen alteradas muchas funciones físicas, como comer o bañarse solos; funciones psicológicas que tienen que ver con las emociones; funciones cognitivas, porque no pueden hacer un razonamiento o recordar; y funciones sociales, ya que es muy difícil volver a las actividades que hacían antes”.
Esos son los dramas diarios de los cuales no hablan las estadísticas y con los cuales muchos uruguayos tienen que convivir a diario tras haber resultado involucrados en un accidente de tránsito. Preocupa también el riesgo al que se somete a los niños cuyos padres o responsables utilizan ese medio de transporte y no toman en cuenta la normativa nacional al respecto.
A nadie se le ocurriría en Uruguay o cualquiera de los otros países con similares problemas prohibir la circulación de motos dado que tienen una importancia socioeconómica muy importante al permitir que diariamente las personas lleguen a sus lugares de trabajo o de estudio siendo también medios de transporte utilizados como herramienta de trabajo. No obstante, hay conductas elementales de seguridad vial que deben ser respetadas. Porque así lo obligan las leyes vigentes pero también por una cuestión básica de salvaguarda de la propia vida y la ajena. Como todos somos parte del tránsito, la responsabilidad de su mejora es también de cada uno de nosotros.