Una ruta, muchas expectativas

¿Qué tienen en común la mousse de corned beef, de Fray Bentos, el cordero al tannat y jugo de naranjas, de Salto, las miniaturas de pescado dorado, boga y surubí del río Uruguay, el postre Chajá de Paysandú, y los vinos de la zona de Carmelo? La sola mención de estos productos tan típicamente nuestros provoca un despliegue de memoria visual, olfativa y gustativa pero además, se trata de los más excelsos representantes de la gastronomía local en cada una de las ciudades, departamentos o regiones mencionados, que ahora forman parte de una propuesta de identidad gastronómica llamada Ruta de los Sabores del Corredor Pájaros Pintados.
Las rutas turísticas temáticas son itinerarios que vinculan lugares que por algún motivo se consideran valiosos. En este caso, la propuesta es que los visitantes recorran el litoral uruguayo del río Uruguay para disfrutar sus exquisiteces gastronómicas pero también conocer los sitios de importancia natural, cultural, histórica o productiva existentes en la región.
En este sentido la Organización Mundial del Turismo ha puesto en relieve el papel de las rutas turísticas en beneficio de la integración y el desarrollo de las regiones, lo que suele traducir en un mayor desarrollo económico y de infraestructuras, mencionando entre los factores fundamentales para el éxito de la creación de rutas turísticas algunos como la mejora de las conexiones de transporte, una mayor capacidad de asociación entre los sectores público y privado, la coordinación del andamiaje del sector público y el posicionamiento de marca.
A eso se refería la ministra de Turismo, Liliam Kechichián, al señalar que la iniciativa en cuestión permitirá diversificar la oferta del sector a través de esa identidad que ha logrado la gastronomía en el litoral oeste uruguayo, a la vez que permite actuar en conjunto a diferentes intendencias e instituciones de esta región del país, entre ellas la Comisión Técnico Mixta de Salto Grande, que participa en el marco de su política de responsabilidad social.
La idea general es poner en valor la gastronomía, las cocinas y los productos de la región litoral oeste del Uruguay y ofrecer oportunidades de desarrollo a los emprendedores vinculados, impulsando la integración entre actores turísticos públicos y prestadores de servicios privados, en torno a las cocinas y producción local “a fin de consolidar y posicionar en el mercado productos que hoy se encuentran dispersos y no convocan a la demanda por sí mismos”, añadió la secretaria de Estado.
Se trata de una propuesta interesante y necesaria para el Corredor de los Pájaros Pintados, que integran los departamentos de Artigas, Paysandú, Salto, Río Negro, Soriano y Colonia, aún en etapa de consolidación pero que es el tercer destino turístico del Uruguay y recibe cada año a medio millón de visitantes, que dejan unos 130 millones de dólares en la región.
Por otra parte, estar situado junto a uno de los principales destinos turísticos de naturaleza y termas de Argentina, como es la extensa provincia de Entre Ríos, abren la posibilidad de sinergias beneficiosas para ambos lados del río Uruguay que habrá que saber aprovechar rompiendo definitivamente con una tradición histórica de barreras burocráticas que han dificultado el desarrollo de planes conjuntos fronterizos tan esperados como necesarios.
A la interna, cabe señalar que la cristalización de iniciativas como la integración de la oferta de atractivos de los distintos departamentos del litoral en rutas turísticas requiere inversiones en infraestructura y mejora de servicios insertas en una adecuada planificación y promoción a nivel de la región.
En este sentido, cabe recordar que el Programa de Apoyo al Sector Turístico del BID ha destinado 38,5 millones de pesos para el desarrollo de infraestructura en el Corredor de los Pájaros Pintados con el objetivo de mejorar la competitividad territorial a partir de la integración de la oferta turística, construir infraestructura para el turismo y apoyar los emprendimientos de las pequeñas localidades asociándolos con ofertas más consolidadas existentes en el territorio.
No obstante, la experiencia mundial indica que, más allá de los apoyos estatales iniciales, el éxito de una ruta turística depende fundamentalmente de las empresas del sector, dado que deben ser capaces de generar productos y servicios de calidad que permitan a los visitantes tener una buena experiencia en el destino elegido. Esto indudablemente implica mucho más que los productos gastronómicos estrellas que funcionan como atractivo principal para conocer la región. Es fundamental la existencia de empresas y emprendedores locales que pongan carne a esa experiencia con una oferta complementaria de atractivos culturales, históricos, productivos o de facilitación del disfrute de la naturaleza de cada lugar.
Se trata ni más ni menos que agregar valor a los destinos y ofrecer experiencias singulares, lo que redundará en la generación de oportunidades de empleo e ingresos tanto en destinos consolidados como en pequeñas localidades donde el turismo se ha convertido en una actividad económica de relevancia, vinculada al desarrollo local.
Actualmente nueve proyectos –entre ellos dos de Paysandú–, de un total de 20 postulados, fueron seleccionados en la primera edición del Fondo Concursable Corredor de los Pájaros Pintados, organizado por el Ministerio de Turismo y la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE). Los mismos recibirán un aporte económico no reembolsable (de hasta 19.000 dólares para emprendedores y 25.000 para empresas) con la finalidad de apoyar a emprendedores de los departamentos que integran el área para la puesta en marcha, fortalecimiento y crecimiento de sus acciones, de forma de ampliar y fomentar la oferta turística del litoral del Río Uruguay.
Se trata de un tipo de instrumento necesario en la actual etapa de desarrollo del Corredor y que se espera contribuya al desarrollo de un sector muy dinámico de la economía nacional que genera trabajo e ingresos y que para su consolidación a nivel regional y local demanda planificación a largo plazo y los recaudos necesarios para la sostenibilidad de las acciones. Degustar un corned beef en un sitio que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad, el emblemático Postre Chajá o un vino producido en la región y premiado internacionalmente es, indudablemente, un atractivo interesante que genera muchas expectativas. Ser capaces de que ello resulte una experiencia positiva y memorable para el turista es parte del camino que resta trabajar con ahínco.