“Entre las 4 y las 4.30, según los datos que pudimos recabar después, pararon dos autos, uno blanco y el otro de color oscuro, en la zona de Baldomero Vidal detrás del Anfiteatro. Se bajaron algunos muchachos y se pusieron a romper las cosas desquiciadamente y con toda intención de hacer daño.
No solo rompieron los árboles y las guías, sino que se empezaron a pegar entre ellos con los palos blancos, y después se subieron a los autos y se fueron”, dijo a EL TELEGRAFO el coordinador del Plan de la Costa, Daniel Andrusyszyn.
En total, según el relevamiento realizado durante la mañana, “rompieron unos 30 árboles y seis bancos en diferentes lugares, cuatro en el mismo lugar detrás del Anfiteatro y otros dos más adelante. Y en el cantero frente al Guyunusa, donde los árboles ya habían sido vandalizados dos veces, también volvieron a romperlos”. Según Andrusyszyn, “cuando entramos a las 6, nos encontramos que también habían destrozado varios bancos”.
HAY SOLAMENTE UN GUARDIA
En esa zona del balneario sanducero hay un guardia que está recorriendo permanentemente durante la noche la avenida de los Iracundos y el Anfiteatro del Río Uruguay, tiene un celular y está en contacto permanente con la Policía, porque el patrullero pasa seguido por allí, pero “no puede controlar todo”.
A juicio del responsable del Plan de la Costa, “es un tema cultural, porque pasa también en otros espacios públicos.
Y no se puede poner un cuidador en cada lugar”. Como una posible solución, o al menos algo que minimice los riesgos, Andrusyszyn considera la posibilidad de solicitar que se instale alguna cámara de video, considerando que las instaladas en avenida de los Iracundos lograron eliminar los actos vandálicos que se registraban en ese lugar.
Otro de los problemas que reconoció el coordinador fue el referido a la presencia de caballos sueltos, que nuevamente se los ve en toda esa zona.