Antes de asumir Magnano dejó conceptos

En la disputa de la próxima ventana eliminatoria para el Mundial de básquetbol de China 2019, Uruguay recibirá en Montevideo a Puerto Rico el jueves 29 de noviembre mientras que el domingo 2 de diciembre llegará Estados Unidos. Después, ya en febrero, el viernes 22 para ser más precisos, Uruguay será visitante en México y tres días después cerrará las eliminatorias jugando también de visita ante Puerto Rico.
Cuatro juegos cruciales para la clasificación de un Uruguay que tiene chance, y que afrontará estos compromisos con un nuevo director técnico, Rubén Magnano, el laureado entrenador argentino que condujo a su selección a un vicecampeonato del mundo y al oro olímpico en Atenas 2004.
Magnano llegará a Uruguay en los próximos días con el desafío de intentar clasificar a Uruguay al Mundial de China, luego de 36 años de ausencia de los certámenes ecuménicos. De un reportaje realizado por Ovación al técnico argentino, hemos extraído conceptos vertidos por Magnano, precisamente con referencia al concepto que tiene del basquetbolista uruguayo, el porqué de este desafío, lo que se necesita, entre otros puntos.
“Acá hay una cosa puntual, si las matemáticas jugaban en contra, yo seguramente no hubiese aceptado, o no me llamarían. Es muy desafiante el hecho de que podamos ubicar a Uruguay en un Mundial después de 36 años, algo que me traía a colación un poco el desafío que tuve en Brasil. La palabra compromiso me parece fundamental a la hora de tomar una determinación”. Sobre lo que a su entender puede rendir el jugador uruguayo expresó que “la cuota de coraje, la garra charrúa, son cosas que para mí no son nuevas porque lo veo cada vez que un equipo uruguayo sale a la cancha en cualquier deporte y la verdad me saco el sombrero. Ahora tenemos que trabajar para canalizar eso, porque solo con esos aspectos no alcanza. Hay que tratar de jugar un buen básquetbol y vuelvo a repetir que eso se logra con actitud. Nuestra calidad de preparación tiene que ser con compromiso. El esfuerzo lo tienen que hacer todos, hay que embanderarse detrás de un objetivo y que los jugadores, entrenadores y dirigentes persigan algo tan hermoso como poner a Uruguay en un Mundial. A los jugadores te diría que conozco al 90 por ciento. A muchos los enfrenté desde jovencitos, yo como entrenador y ellos comenzando, pero nunca tuve la oportunidad de convivir con ellos. A los más jóvenes no los conozco y por eso ya me puse a trabajar y a mirar materiales para ver qué potencial hay. Ya estoy en acción porque ese es un detalle que no es menor”.
Y agregaba “la conducción va a pasar por los valores, entender del esfuerzo, de la humildad que se tiene que tener para saber dónde y en qué situación está Uruguay, qué es lo que se necesita y cuáles son las herramientas que precisamos. Cada uno debe poner algo a disposición del equipo buscando el resultado final, por eso hago hincapié en el tema de la humildad.
El talento que se tenga hay que ponerlo al servicio del grupo y no esperar que el equipo te dé cosas, sino todo lo contrario, darle cosas al equipo. Esa es mi política de trabajo siempre. Ser solidario, que nadie juegue con el esfuerzo del compañero, son elementos que hacen que las posibilidades crezcan. Se dio así y tendremos que hacer un curso intensivo por decirlo de alguna manera”.
Preguntado sobre qué se necesita para llegar al Mundial, dijo que “si los jugadores reciben el mensaje y son lo suficientemente humildes sin dejar de producir lo que saben o son capaces de hacer para entender que las normas y las reglan son las que te llevan a un resultado, se puede”.