Casi la tercera parte de los desfibriladores automáticos (DEA) que hay en Paysandú están ubicados en un perímetro de pocas cuadras en el centro de la ciudad. La ubicación de estos aparatos es obligatoria en lugares donde circulen diariamente más de 1.000 personas mayores a 30 años, según determina la Ley número 18.036, del año 2008. En nuestra ciudad se encuentran en centros comerciales, centros educativos terciarios, algunas dependencias públicas y sobre todo en centros de salud.
Así como el aparato es importante, hay otro factor clave en la cantidad de personas que estén al tanto de cómo operar este instrumento. Desde el año pasado funciona en Paysandú un centro de Cerca, para la capacitación de instructores, en el marco del un ambicioso programa que pretende masificar cuanto sea posible la formación de la comunidad en el uso del DEA. De hecho, la ley obliga a que en los lugares donde se ubica un desfibrilador al menos el 50% del personal esté capacitado en su utilización. Siempre deben estar ubicados en lugares que puedan ser de fácil acceso al público durante las 24 horas, ya que no tiene sentido ubicarlos en oficinas bajo llave o con horarios limitados. La empresa propietaria es además responsable de su mantenimiento y funcionamiento. (Más información en edición impresa)