Las impresiones italianas de Silvano Rodi

Con el concierto titulado “Italian impressions”, el organista italiano Silvano Rodi dio continuidad a la temporada 2018, que organiza la Comisión del Órgano Histórico de la Basílica Nuestra Señora del Rosario y San Benito de Palermo. Un buen número de sanduceros se acercó al templo para disfrutar de una velada de altísimo nivel musical, que en esta oportunidad, por compromisos del artista visitante, tuvo lugar un jueves y no un domingo, como suele ser.
El inicio fue con palabras de homenaje para Héctor “Chiquito” Beceiro, recientemente fallecido, quien fuera un gran impulsor de la restauración del histórico instrumento. “Junto con su señora esposa, trabajaron incansablemente para mantener este instrumento y para organizar conciertos, y de esta forma propagar la música organística en nuestra comunidad”, expresó desde el micrófono la profesora Laura Sarlo, en nombre de la Comisión. Hubo también palabras de agradecimiento, por su apoyo incondicional, para las empresas que colaboran con la Comisión, la Intendencia Departamental de Paysandú, EL TELEGRAFO, y los socios colaboradores.

Un recorrido histórico
Silvano Rodi llegó a Paysandú pocas horas después de actuar en Atenas, Grecia. Desde allí tomó un vuelo directo a Montevideo, desde cuya terminal de ómnibus se trasladó a Paysandú. Permaneció en la ciudad unas pocas horas, ya que apenas finalizado el concierto, tomando en cuenta el paro general de transporte interdepartamental del sábado, viajó nuevamente a Montevideo para actuar el sábado. Se trata de un músico de enorme trayectoria, que suele ofrecer conciertos en toda Europa.
Es organista en la Iglesia de Santa Devota, en Mónaco, y en la Basílica de San Giovanni Battista di Imperia, en Oneglia. Más allá de su rol de ejecutante es también inspector honorario del Ministerio de Patrimonio Cultural de su país –actividad desde la que trabaja en la protección de los órganos antiguos–, y curador de los órganos históricos de los Valles de Roya y Bévera. Como parte de esa tarea ha publicado una docena de monografías sobre la restauración y conservación de estos instrumentos. El órgano de la Basílica sanducera “le causó una gran impresión”, dijo Susana Goncalves, integrante de la Comisión. “Comentó que es un excelente instrumento, de una sonoridad maravillosa”.
El músico ofreció un bellísimo concierto, en el que recorrió la música creada por compositores italianos entre los siglos diecisiete y veinte. El inicio fue con una fluida interpretación del Concierto en si menor LV 133, de Antonio Vivaldi (1678–1741), transcripto para órgano por Johann Gottfried Walther. Se escucharon luego el Adagio del Concierto para oboe en re menor, de Alessandro Marcello (1673–1747) –obra que se hiciera muy conocida en los años 70 como parte de la banda sonora de la película romántica “Anónimo Veneciano”–; Sonata VIII, de Niccolò Moretti (1764–1821); la Sinfonía de la ópera “Horacios y Curiacios”, de Domenico Cimarosa (1749–1801); Elevación en re (recitativo, andante, allegro molto), de Felice Moretti (Padre Davide da Bergamo, 1791–1863); Ave Maria Op. 104 Nº 2, Canción de la tarde Op. 92 Nº 1, y Entrada pontificia Op.104 Nº 1, de Marco Enrico Bossi (1861–1925); Aria, de Ottorino Respighi (1879–1936), y Concierto festivo, de Antonio Ascenso(1850–1938). Con su depurada técnica y su fina sensibilidad artística, el artista brindó una clase magistral de cultura musical organística e hizo vibrar al público asistente, recibiendo entusiastas aplausos.