El caos se apoderó de la final

La violencia se apoderó ayer de la final de la Copa Libertadores de América entre River Plate y Boca Juniors y obligó a la postergación del partido para hoy tras ser suspendido por un ataque al ómnibus xeneize. En la ida en La Bombonera empataron 2-2.
El presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, aseguró que sus homólogos de River, Rodolfo D’Onofrio, y de Boca, Daniel Angelici, acordaron “un pacto de caballeros” para suspender la inédita final entre los clubes más populares de Argentina.
El ómnibus que transportaba el plantel auriazul al Estadio Monumental fue atacado con piedras, palos y gas pimienta por cientos de hinchas de River que esperaban en una curva de una calle cercana al escenario.
Varios jugadores de Boca, entre ellos el capitán Pablo Pérez, resultaron con laceraciones en los rostros y los brazos producto de los vidrios rotos y los artefactos peligrosos que ingresaron al micro.
Tras el anuncio de la postergación del partido para hoy, varios incidentes entre hinchas de River con la policía se registraron en las afueras del Monumental.