Ayer se abrió el llamado a licitación para la venta de las dos plantas de PILI, la de lácteos y la de suero, por las cuales hay ocho inversores interesados en la compra, con capitales de Argentina, Brasil, México, Honduras, Australia, China, Francia y Guatemala. Según trascendió, uno de los más fuertes interesados es un industrial brasileño, aunque aún restan dos semanas para la presentación de ofertas, que vencen el 30 de noviembre y recién allí se sabrá si hay ofertas concretas e interesantes para la liquidación.
Con un costo operativo de alrededor de 1.200.000 dólares y una facturación que alcanzó los 900.000 dólares, la industria láctea sanducera está registrando una pérdida diaria de 10.000 dólares, según reconocieron los integrantes de la sindicatura a cargo de la Liga de Defensa Comercial (Lideco). Mientras tanto, las exportaciones de queso a México ya terminaron, y Brasil tampoco estaría comprando productos sanduceros. Así las cosas, los alrededor de 120 trabajadores de PILI tienen el seguro por desempleo asegurado hasta el 31 de diciembre de 2019, aunque no es una solución para esas familias.
En principio, y de acuerdo a los 64 millones de dólares que estaría debiendo PILI S.A., el único que estaría en condiciones de cobrar algo es el Banco de la República, por lo que los demás acreedores, tanto bancos privados como proveedores, y el mismo Estado por los servicios de UTE y Antel y los aportes al BPS y DGI, entre otros, quedarán como deuda impaga de la empresa.
