Tenfield va por todo y quiere su campeonato

Antes del congreso elector, el en ese entonces futuro presidente de OFI, Mario Cheppi, lo había dejado en claro a EL TELEGRAFO: “Hay que tratar que los campeonatos que se propongan tengan cierto financiamiento”.
Y, en ese sentido, dejó constancia que “no hay otra que la televisación”.
Estaba claro que la gran apuesta sería esa. Y que, lógicamente, sería además la apuesta de la empresa Tenfield, que tiene una conflictiva relación con el fútbol profesional de nuestro país, y que en más de una ocasión tentó al fútbol del Interior, justo cuando salió a la luz que el ingreso de OFI en el estatuto de la AUF era una exigencia de FIFA. Pura casualidad.
Este año, la empresa tiró algunos pocos dólares a los 20 clubes que jugaron la Copa Nacional de Clubes de la Divisional A, que los aceptaron gustosos explicando que era mejor algo, que nada.
Así, los clubes hicieron firmar a sus futbolistas una cesión de derechos, a lo que los grandes protagonistas del espectáculo accedieron sin problemas, y se mostraron gustosos de mandar saludos a la familia por la TV.
Ahora Tenfield va por más. Sabiendo, lógicamente, que “no hay otra que la televisación”.
Pero ahora la empresa quiere todo el fútbol de OFI (“le interesan todos los torneos”, dijo un dirigente”). Y para empezar, también quiere establecer su formato de competencias, otro torneo de clubes, según dejó constancia a los dirigentes de OFI que se reunieron con sus directivos.
El propio presidente del fútbol del Interior brindó en la última reunión de OFI un informe sobre lo que se ha dialogado. Y dejó constancia que la empresa pretende un torneo de 32 clubes, con la idea de que estén contemplados todos los departamentos y, sobre todo, aquellas plazas que son consideradas fuertes por la propia empresa.
Por lo tanto, tal como dejó constancia ayer el portal futbolflorida.com, la Copa Nacional de Clubes dejaría de contar con dos divisionales, en procura de conformar a la empresa y que ésta aporte algunos dólares. Y la idea seduce a no pocos dirigentes.
Lo que era de esperar, está cerca. Mientras el fútbol uruguayo intenta alejarse de aquella venta de espejitos de colores, y el hincha deja de manifiesto su rechazo a lo vivido en las últimas décadas, el Interior no piensa en la pérdida de autonomía y de decisión sobre sus propios asuntos. Y espera de brazos abiertos, por seguramente unos pocos dólares, ser colonizado definitivamente.