El plantel de Boca Juniors llegó ayer por la tarde a Madrid, en tanto River Plate tenía previsto arribar esta mañana a la capital española. Los dos rivales de la superfinal de la Copa Libertadores afrontan así los últimos días previos a este partido, rodeado de caos y que se jugará fuera de Argentina y Sudamérica, el domingo 9 a las 16.30 horas de nuestro país. En la ida, jugada en La Bombonera, fue empate 2-2.
Los hombres de Guillermo Barros Schelotto aterrizaron en la tarde de ayer en el aeropuerto de Barajas, desde donde se dirigieron a su hotel, donde algunos hinchas se dieron cita para dar la bienvenida a su equipo. Boca empezará a preparar el partido del domingo hoy en los campos de la Ciudad del Fútbol, en Las Rozas, a una veintena de kilómetros al noroeste de Madrid, donde habitualmente entrena la selección española.
El equipo argentino espera a su rival, que partió ayer por la tarde de Buenos Aires despedido por un pequeño grupo de aficionados con rumbo a Madrid donde está previsto que llegue en la madrugada española. River se pondrá al trabajo en cuanto llegue, ya que tiene previsto un primer entrenamiento de cara a la final en las instalaciones del Real Madrid, en Valdebebas.
River y Boca empezarán así a preparar un partido que los hinchas esperan que tenga un ambiente festivo alejado de los incidentes que provocaron la suspensión del partido y su traslado a Madrid el pasado 24 de noviembre cuando un grupo de barras bravas de River atacó a pedradas al ómnibus que trasladaba a los jugadores de Boca.
El lunes, Boca y River pusieron a la venta las 5.000 entradas de las que dispone cada club para los residentes en Argentina.
En España, 20.000 entradas suplementarias para hinchas que viven en el extranjero se vendieron en pocas horas. Otras 20.000 para aficionados de Boca se pusieron a la venta el martes.
Sin embargo, las 81.000 localidades del estadio Bernabéu no estarán todas ocupadas, ya que habrá una zona vacía para separar ambas aficiones.