Concretaron en Paysandú la primera compra directa del Estado a cooperativa de apicultores

En una experiencia de negocios que favorece claramente a las dos partes, se concreta en Paysandú la primera compra directa del Estado a una cooperativa de apicultores. En las instalaciones de Calapis, representantes del INDA y del programa de estrategia de ruralidad del Mides, observaron el trabajo que realizan los apicultores sanduceros.
“Era bueno conocernos e intercambiar experiencias de como recibimos la miel y como se distribuirá”, señaló a EL TELEGRAFO Nicolás Minetti, representando a la dirección Nacional del INDA, acompañado por el representante local del Mides, Carlos Damico, e integrantes de proximidad laboral, del programa de estrategia de ruralidad del Mides.
“Hace algún tiempo se hizo un encuentro de productores familiares en Salto, donde se dio el primer acercamiento entre las partes, y quedó la posibilidad de que INDA le compre miel a Calapis”, recordó Damico, aclarando que “INDA es quien distribuye alimentos a todo el país”. Explicó que esto surge “debido a los problemas generados por la sequía el año pasado, que determinó que por ejemplo no hubiera tanto dulce de membrillo. De ahí que se procura la compra de miel y Calapis es la única organización registrada en el marco de la Ley de compras públicas, por lo que ya estaba habilitada”.
En las instalaciones de Montecaseros al sur de la ciudad, se observó el proceso, “intercambiándose los problemas y fortalezas de lo que tenemos, además de corregirlos y mirar hacia adelante”, dijo Minetti.
Junto a la cooperativa 18 de Julio de Salto, se compraron 19.000 kilos de miel, de la que más de la mitad pertenece a Calapis. Ya se entregaron 4.000 kilos de Calapis, en tanto fueron 800 kilos los entregados este martes y hay otro en proceso.

MUCHO VALOR
Margarita Castro, del programa de estrategia de ruralidad del Mides, señaló a EL TELEGRAFO, que “le damos mucho valor a esto, porque está dentro de la línea de trabajo del departamento de ruralidad, en el área de facilitación de comercio”.
Se entiende que la comercialización para los productores familiares “es parte del ejercicio del derecho al trabajo. Si las personas trabajan, obtienen un producto y no lo saben comercializar, o lo venden en posición de desventaja frente a otros competidores más grandes, ven restringidos su ejercicio de derecho al trabajo”, dijo.
Respecto a los apicultores de Calapis, “se inscribieron en el Registro Nacional de Organizaciones Habilitadas, requisito de la Ley 19.292 para las compras públicas a la agricultura familiar”. Por tal motivo es que en este negocio, “el Estado obtiene un buen producto a buen precio, y ellos un mejor precio que si lo vendieran a un intermediario, y todos ganamos”, precisó Castro.
Y agregó que “necesitamos gente produciendo y el Estado debe comprar lo mejor posible. Por eso acá nos beneficiamos todos”.
Indicó que los problemas “oscilantes de los mercados”, hacen que a veces “exportar sea un buen negocio y en otras no, como es el caso actual. Ello determina que hoy los productores tengan sus tarrinas llenas de miel, y no tienen en donde volcar su cosecha de este verano”.
“Y cuando venga abril se les va a juntar aún más kilos de productos”, sostiene, por lo que “esta pequeña venta es un buen inicio y esperemos que todos valoren las propiedades nutricionales de este noble producto”.
También se visitó a mujeres de la zona de la Cuchilla que crían gallinas y procuran vender huevos, además de pequeños productores que plantan hortalizas en Cerro Chato y las venden en la cercanía, “pero que también queremos incorporar a la cadena del Estado”, dijo Castro.

GRAN ASPIRACIÓN
Darío Monroy, de Calapis, manifestó que “era una gran aspiración del sector apícola poder venderle al Estado. Siempre se habla que el gobierno no apoya, y aquí se abre una puerta cuando el sector está más necesitado”, puntualizó.
La muy mala zafra pasada y las dificultades para colocar Uruguay su miel en el exterior, con el retorno de algunas partidas ante denuncias de glifosato en la miel, “es lo que nos llevó a movernos para buscar otras opciones”, dijo.
“Si esto continuara y en Uruguay mejorara el consumo de miel, en donde todos consumamos un poco, como ser las escuelas, comedores y hospitales, se vería beneficiada la producción”, sostuvo Monroy.
Enfatizó que para este negocio “no hay problemas de stock”. El cuello de botella estuvo en el envasado, porque la primera partida se mandó a envasar a un apicultor que tenía envasadora en Canelones, y ahora la estamos haciendo nosotros”.