El Niño intervendrá este verano trayendo más agua de la habitual

Varios informes de distintos países sudamericanos advierten sobre la posibilidad que se registre un nuevo evento de “El Niño”, y aunque viene acompañado de mayores precipitaciones, nada hace pensar -hasta ahora- que pueda haber inundaciones o desmadre de ríos y arroyos.
El Niño es un fenómeno meteorológico que consiste en un calentamiento de las aguas del océano Pacífico que tiene lugar periódicamente pero sin fecha fija, y que influye en el comportamiento del clima en diversos lugares del mundo. En Uruguay se recuerdan algunas fechas donde este fenómeno mostró una de sus peores caras, presentando casos de precipitaciones muy abundantes en lapsos cortos que determinaron inundaciones y el efecto conocido en nuestro país como “enchorrada”, que es cuando un cauce, aunque sea muy pequeño, se sale de madre durante algunas horas causando inundaciones donde normalmente no se registran. Entre las fechas de peores registros, están 1972-73, 1982-83 y 1997-98, en este último caso con graves consecuencias -incluso una muerte por la fuerte corriente de un pequeño arroyo- en el vecino departamento de Salto. Técnicamente, este fenómeno es un cambio en los patrones de movimiento de las corrientes marinas en la zona intertropical provocando, en consecuencia, una superposición de aguas cálidas procedentes de la zona del hemisferio norte inmediatamente al norte del Ecuador sobre las aguas de emersión muy frías que caracterizan la corriente de Humboldt; esta situación provoca estragos a escala zonal (en la zona intertropical) debido a las intensas lluvias, afectando principalmente a América del Sur, tanto en las costas atlánticas como en las del Pacífico.

Que se espera para este verano

Un informe del Instituto Nacional de Meteorología (Inumet) establece que las probabilidades de tener un evento El Niño en verano están entre 70 y 75%. No obstante, aclara que “dado que se espera que el Niño sea entre débil y moderado, va a haber que estar atento a señales intraestacionales como la oscilación de Madden-Julian que pueden tener su impacto en la precipitación, afectando nuestra región”.
El manejo de las probabilidades que hacen los técnicos, establece que durante el trimestre noviembre-diciembre-enero se espera que la precipitación en Uruguay sea por encima de lo normal, aunque sin llegar a los registros de, por ejemplo, 1997-98. Para ser más precisos, se separa al país en dos regiones: región sur y región norte. En la región sur se asigna 40% de probabilidad para el tercil superior, 40% para el tercil medio y 20% para el tercil inferior. Para la región norte, por otro lado, se asigna un 45% de probabilidades para el tercil superior, 35% para el tercil medio y 20% para el tercil inferior.
Las perspectivas respecto a la temperatura para este trimestre difieren entre el norte y sur del país. En la región sur se esperan que la temperatura esté entre normal y por encima de lo normal, con una probabilidad de 40% para el tercil superior, 40% para el tercil normal y 20% para el tercil inferior. Para la región norte no hay señal clara que favorezca ninguno de los terciles, por lo que se asigna igual probabilidad a cada uno, 33%. Esta situación se especifica como climatología.

Como lo ve Argentina

Una nota publicada en la publicación argentina Perfil, da cuenta que se prevé un verano con más lluvias que lo habitual, y que “el fenómeno se presentará a finales de la primavera y traerá más precipitaciones que lo normal en el litoral, norte y centro del país”, referido a Argentina, pero que coincide lo previsto para el litoral del vecino país y la zona de Entre Ríos con Uruguay.
La nota firmada por Cecilia Farré establece que, según el meteorólogo del Sistema Meteorológico Nacional (SMN) Ignacio López Amorín, “los modelos climáticos globales pronostican que en diciembre comenzará un fenómeno de El Niño, por lo que desde el SMN esperan que influya en especial en un aumento de las lluvias en la región de la Mesopotamia, el Litoral, el centro y en el norte del país. Más allá de la presencia de este fenómeno, la tendencia climática del SMN para los meses de noviembre, diciembre y enero confirma el pronóstico de lluvias.
Por su parte, el especialista argentino en agro clima, Eduardo Sierra, en el último Informe Climático Estacional de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, establece que “sólo el Océano Pacífico Ecuatorial continuó calentándose muy lentamente, aunque sin llegar a un nivel de El Niño. Contrariamente, la mayor parte de Pacífico Sur se enfrió levemente, debido al ascenso hacia el norte de la corriente marina fría de Humboldt, permaneciendo en el rango neutral”, dijo Sierra.

Esperan lluvias moderadas

En la Cuenca Atlántico, tanto corriente fría de Malvinas, como la corriente cálida del Brasil, redujeron sus intensidades, haciendo que el Océano pasara a un estado prácticamente neutral. “Esta tendencia favorece la posibilidad de que la campaña 2018-2019 se desarrolle en un escenario moderado, con precipitaciones algo por encima de lo normal y con una distribución espacial muy heterogénea, pero sin alcanzar valores extremos, capaces de producir inundaciones, como sucedería en escenario de El Niño”.
Según el analista, los cambios de tiempo no serán tan intensos como en un episodio de El Niño, pero alcanzarán un vigor algo por encima de lo normal, “comenzando con prolongados lapsos cálidos y húmedos, seguidos por precipitaciones tipo tormentas localizadas severas, con riesgo de aguaceros torrenciales, granizo y vientos y finalizando con marcados descensos térmicos”.
“Al analizar todos los modelos climáticos de predicción hay una probabilidad bastante alta de tener precipitaciones abundantes en todo el este del territorio nacional, y en la zona central desde Córdoba y Santiago del Estero hacia el este”, informó.