Más premios internacionales por su calidad para vinos finos de Bodega Falcone

Variedades de vinos finos de la bodega sanducera Leonardo Falcone se hicieron acreedores a distinciones internacionales que incluyeron medallas de oro y de plata en concursos de fama mundial, lo que reafirma la trayectoria de reconocida calidad del emprendimiento vitivinícola, que trasciende fronteras.
Leonardo Falcone, Rosa Cernicchiaro de Falcone y la enóloga Carolina Falcone, dieron cuenta a EL TELEGRAFO de los productos que obtuvieron premios en el 2018, tratándose de vinos finos que fueron distinguidos este año tras haberse presentado en varios concursos internacionales. El más destacado fue el Tannat Abuelo Domingo, “que es el vino más clásico de la bodega, junto a otros vinos que reúnen parte de la historia y de los diferentes concursos en que se ha participado”.
También ha sido distinguido el rosado Abuelo Domingo y el vino tinto Syhra, además del Marcelan, “que es uno de los vinos más nuevos de la bodega y del mundo, que recién está entrando a participar en concursos, y es uno de los pocos vinos que existe a nivel monovarietal en el Uruguay, es decir elaborado solamente con un tipo de uva”, explicó la enóloga.
El Marcelan “obtuvo medallas de oro en un concurso muy nuevo, el denominado Sub 30, tratándose de degustaciones que se hacen con gente joven, de hasta 30 años, con planillas electrónicas, en tanto el Abuelo Domingo Tannat obtuvo la mayor distinción del año en el concurso de Nemzetkozi, en Hungría, y en Brasil. El de Hungría es uno de los concursos más exigentes a nivel mundial, todos organizados por la Organización Mundial del Vino y la Viña, y obtuvo la medalla de plata en ese concurso, en tanto en Brasil obtuvo la de oro”, precisó.
Es de hacer notar, indicó Carolina Falcone, que las tendencias a nivel mundial van variando, y se van exigiendo nuevos sinónimos de calidad. En el caso de la bodega Falcone se está trabajando con particular énfasis en la parte de fríos, “que es un factor de gran importancia porque le da unas características excepcionales y a nivel de elaboración también es preciso estar con las últimas tendencias”.
En este sentido, “tratamos de obtener mucho frío, es decir elaborar los vinos con muy bajas temperaturas, por más que estemos en enero y en febrero. Se trabaja en base a cámaras y de equipos de frío, lo que permite mantener y potenciar la calidad en la parte aromática”. Trajo a colación que “antes los vinos se trabajaban con mucha madera, con mucho roble. Se ha ido cambiando y la gente ha evolucionado hacia el sabor de la fruta, en una tendencia que se viene manifestando desde hace años y que ha tardado algo en darse a nivel regional. Pero ahora en toda la región se está trabajando mucho con los vinos con crianza en botellas y como que la barrica, el roble, ha mermado mucho, ha dejado de participar tanto en el proceso de elaboración de vinos”.
En lo atinente a la materia prima, Leonardo Falcone acotó por su parte que hay gran incidencia “en la manera que uno encara los cuadros de viña para poder sacar uva de calidad, porque debe usarse una uva de calidad, que esté a punto la cáscara, la semilla, la madurez, bien madurada desde la poda, bien trabajada en el correr de todo el año, porque uno le tiene que entregar al enólogo la mejor fruta para el proceso de elaboración”.
“Es así que tratamos de esperar la maduración natural de la uva, hasta lo máximo, lo que tiene por supuesto además sus riesgos desde el punto de vista de los inconvenientes climáticos”, apuntó Leonardo Falcone.