Soja es la mejor de las alternativas pastoriles para corderos destetados

El ingeniero agrónomo Gianni Bianchi, señaló que son diversos los ejemplos de por qué la soja es mejor que otras alternativas pastoriles propuestas para los corderos destetados. Y precisó que en primer lugar “porque es casi la única opción para manejar el suelo sin comprometer la siembra del próximo componente, hecho no menor y destacable frente a cualquiera de otras alternativas”.
En segundo lugar, el profesional indicó a EL TELEGRAFO “porque aporta con creces la proteína que la categoría corderos requiere para su crecimiento; a diferencia del sorgo forrajero, por ejemplo, que debe suplir sus carencias con al menos 100 gramos de PC a través de suplemento. En el caso de ser pellet de harina de soja constituyen hoy de costo en el eje de U$S 4,5 por cordero, además del costo del propio cultivo, su problemático rastrojo y su restringida “ventana de pastoreo”: por encima de 20 centímetros para evitar posibles intoxicaciones y por debajo de 50 cm para evitar la pérdida excesiva de calidad del cultivo”.
Agrega que “mientras que el pastoreo de nabo forrajero, si bien muestra resultados muy buenos en el tratamiento mejorado (corderos que en el encierro se les suministraba fibra, habida cuenta del déficit de este cultivo al respecto), los datos se restringen a un solo año. Independientemente de ello y a pesar de la información de mayor envergadura que existe en el país con esta alternativa (SUL, INIA), existen limitantes de suelo y sensibilidad de algunos cultivares a gran variedad de insectos (pulgón, langosta)”.
Sostiene que más allá de que el pasto “es la mejor herramienta para el engorde de corderos (y la más económica), la forma de usarlo resulta siempre clave. En este sentido e independientemente de la especie mejorada el pastoreo restringido a la noche, controlando el tiempo de acceso al pasto, no sólo no limita el crecimiento individual, sino que permite aumentar la carga, aumentar la vida útil de la pastura y contrarrestar el efecto del estrés calórico en verano”.
Pero además, cualquiera de las alternativas forrajeras mejoradas requieren el uso de cuadros chicos y por tanto el manejo de altas cargas instantáneas, determinando que el acceso al agua sea complicado en un momento del año que resulta clave para el crecimiento del cordero. Un cordero puede consumir hasta el 30% de su peso vivo en agua diariamente, de lo contrario limitará su consumo y por ende su crecimiento. El pastoreo nocturno con encierre diurno permite solucionar este problema. Además de brindar agua ad libitum y de buena calidad y obviamente sombra en el encierro, se puede suministrar hasta el 1% de su peso vivo con granos energéticos para mejorar la terminación.
La última alternativa alimenticia que resta tratar es el confinamiento y si bien no se plantea como una alternativa estructural, al menos en todos los sistemas de producción del país, pueden existir circunstancias donde su implementación resulte viable.
En ese sentido y de acuerdo al precio de la reposición y del kilo de carne de cordero pesado en frigorífico, “no constituye una opción económicamente viable aun contemplando la mayor ganancia diaria y conversión alimenticia que muestran los corderos de razas carniceras y sus cruzas, salvo que se encierren corderos chicos o se obtenga por el producto un precio significativamente superior que el del cordero pesado tradicional”.
En este sentido y “de acuerdo a nuestros resultados, el confinamiento constituye una excelente alternativa en situaciones de corderadas desparejas (“colas de parición” y/o muchos mellizos), no solo para terminar machos durante el verano, sino también para mejorar el peso de la recría hembra, dado que al dejarlos en el campo se ocasionarían pérdidas de animales o invernadas ineficientes. En ese escenario el resultado de nuevo es más favorable en razas carniceras”.