Solicitada

¿Qué nos está pasando?Paysandú está teniendo un serio y grave problema con el abandono de animales y el maltrato que se les dispensa en otros casos, y el remedio llega generalmente tarde, por azar o por alguna aislada e infrecuente denuncia.
A diario se constata que tiran varias crías de gatitos y perritos, muy pequeños a veces, es decir, con mínimas posibilidades de supervivencia, y sin las respectivas madres, lo que resultaría en el beneficio invariable de poder castrarlas y cortar con la reproducción a futuro. Por día se está recogiendo y asistiendo a más cachorros que los niños que nacen en Paysandú. Existen otros tantos que crecen entre los pastizales, a orillas de las rutas o entre las calles no delimitadas de los barrios más pobres y vulnerables de la ciudad.
Decenas de animalitos que hacen correr a la protectora y movilizar las mismas personas para llevarlos a transitorios, al refugio (con el riesgo de contraer enfermedades virales) canino o felino (una sola persona se está haciendo cargo de los gatitos) desgastándonos en pedidos de ayuda, ya sea material o logísticamente, y por qué no, sintiéndonos impotentes e invariablemente incapaces de incidir para modificar esta triste realidad.
Ni que hablar lo penoso que resulta levantar un animalito malherido, agusanado, afiebrado, deshidratado, todo (y solamente) producto de la desidia y crueldad humana. Dejar cuentas en las veterinarias y todas las gracias del mundo, no son suficientes para reconocer la asistencia que se les brinda resignando el presupuesto del médico veterinario.
Las dos situaciones que nos están desbordando tienen muchas connotaciones, culturales, de inhumanidad, de irresponsabilidad, de conductas mal aprendidas y peor repetidas, pero solo una lectura lineal: la sociedad es el conjunto de todos los habitantes regulados y conducidos por normas de convivencia. Cuando éstas se pervierten todos salimos mal parados. No importa cuánto me desentienda del tema ni como yo crea que el problema no es mío y no me puede o me debe afectar. O que “hay tantas cosas más importantes de que preocuparse…”
Tampoco es de recibo salir al cruce con “están las castraciones gratis”, o que venga la perrera. Pueden venir a castrar a mi puerta que si mi voluntad no me lo indica, no voy a castrar a mi fémina animal. Algo similar sucede con las vacunas a los niños y adolescentes: si el carné no se exigiera para la escuela o el liceo, dudo que las madres, todas, los llevarían a vacunar. Como es un requisito ineludible, los niños se vacunan; ahora pregunten a las madres qué vacunas tiene el certificado esquema de vacunación por edad y renieguen de las respuestas. ¿Qué quiero ejemplificar? Que hay que tomar otras medidas no optativas para controlar la reproducción animal y en forma paralela contar con un organismo firme donde derivar las denuncias y que sea de pronto, rápido y seguro accionar.
El maltrato animal está penado por la ley N° 18471, Tenencia Responsable de Animales, cuyo fin es la protección de los animales en su vida y bienestar, promulgada el 27/03/2009 y publicada el 21/4/2009 en el Diario Oficial. Es extensa, pero no deja ningún cabo suelto. Sin embargo, no podemos hacer que se cumpla.
“Estoy a favor del derecho de los animales, al igual que del derecho de los humanos. Ese es el camino de un ser humano completo”.
Abraham Lincoln.
Graciela Ruth Paz