Una fuente de inspiración

Ayer se celebró en todo el mundo el día internacional de la lucha contra el cáncer infantil, una batalla con enormes desafíos que afrontan los niños y adolescentes, así como los padres de esos chicos y los que trabajan para combatir esa dura enfermedad. La pelea se centra en que todos los niños, no importa dónde se encuentren, cuentan con acceso a un diagnóstico y al tratamiento adecuado.
Esta jornada fue creada por la Organización Internacional de Cáncer Infantil, una entidad que nuclea a 177 instituciones en 90 países de los cinco continentes, y comenzó a celebrarse en 2002 con un amplio apoyo global, para que los afectados tengan la mejor atención médica y psicológica posible, sin interesar procedencia, raza, nivel económico y social.
Además, si existe un diagnóstico temprano, sumado a la disponibilidad a los tratamientos y cuidados correspondientes, la muerte de niños con cáncer es evitable. De cualquier modo, siguen muriendo chicos y adolescentes con cáncer, incluso en naciones desarrolladas. En un niño no hay forma de prevenir el cáncer, aseguran los expertos, pero sí de hacer un diagnóstico precoz. Y ahí está la clave.
En Uruguay, mientras tanto, se realiza un gran trabajo al respecto de la mano de la Fundación Pérez Scremini, dirigida desde hace tiempo de forma efectiva y prudente por Alberto “Ney” Castillo. La atención tiene nivel mundial. Justo ayer, en conmemoración del Día Mundial contra el Cáncer Infantil, la fundación anunció que la tasa de supervivencia en el país alcanza el 80%, en comparación con los países desarrollados que se ubica en el 85%. Se trata de la tasa de mortalidad más baja de la región.
La Pérez Scremini recibe 8.000 consultas por año y aproximadamente se atienden 2.000 niños y adolescentes. El centro especializado en la cura por el cáncer infantil en Uruguay, tiene a su cargo el Servicio Hemato Oncológico Pediátrico del Hospital Pereira Rossell y atiende de forma gratuita.
La fundación subsiste a partir de los aportes que hace ASSE, para que los niños puedan atenderse y tratar su enfermedad sin costo, y de las donaciones que realizan todos los uruguayos y las empresas. A su vez, cuenta como padrino a la gran figura actual del fútbol uruguayo, Luis Suárez.
En una celebración realizada el jueves, Castillo –oncólogo y pediatra– y Marcos Carámbula, titular de ASSE, anunciaron que se comenzará a trabajar para extender la edad límite de atención de los jóvenes a 19 años (hoy se atiende hasta los 14 años). “Luchamos para extender a 19 años la edad de atención para los chicos con cáncer”, afirmó Castillo en una entrevista con La República.
En el Servicio Hemato Oncológico Pediátrico del Hospital Pereira Rossell, que la fundación tiene a cargo, trabajan 130 personas: médicos especializados en Hemato Oncología Pediátrica, licenciados y enfermeros, un equipo psico-social, auxiliares de servicio, laboratoristas, directivos y administrativos que, desde hace más de 20 años, “velan por el cumplimiento de una misión: la cura del cáncer infantil, ofreciendo un abordaje integral al paciente y su familia”, señala la página web de la Pérez Scremini.
La atención que se brinda, no tiene costo para las familias e incluye consultas médicas, estudios, tratamientos, medicamentos, internación, traslados, alimentación y apoyo psicosocial, añade el portal que dice también que se apoyan mucho en los voluntarios desparramados en todo el país, entre ellos los que conforman la comisión en Paysandú.
La infraestructura de internación también es otro aspecto a destacar de la Pérez Scremini, por sus buenas prestaciones, por la calidad del material del que se cuenta, de la atención brindada, del cariño con que asume la tarea el personal. En concreto, el área de internación funciona las 24 horas de los 7 días de la semana, con un total de 19 camas divididas en dos áreas.
Según la fundación, una de esas áreas es única en el país al permitir aislar a los pacientes con un sistema de seguridad para minimizar las infecciones transmitidas por partículas circulantes en la atmósfera. El aire es hiperfiltrado a través de filtros HEPA, termotatizado lo que hace que circule en ésta área a presión positiva. A su vez, dentro del área de aislamiento hay tres camas que se reservan para pacientes que necesitan trasplantes de médula ósea.
En otra entrevista, esta vez con La Diaria, Castillo dijo que trabajar para que las muertes de niños por cáncer no sucedan y que las secuelas del cáncer infantil incidan lo menos posible en la edad adulta, motivaron a “entusiastas” como el pediatra Alberto Pérez Scremini a crear en 1998 la Fundación Hemato Oncológica Infantil, que poco después pasó a llamarse Fundación Peluffo Giguens (FPG).
En 2012, por desavenencias con la comisión directiva de la FPG, Castillo y gran parte del equipo formaron la Pérez Scremini, para continuar con el legado del fundador. El director de la fundación comentó en esa entrevista que –revisando un discurso de Alberto Pérez Scremini–, los objetivos de la institución se mantienen: formar gente joven, crear un laboratorio especializado y curar más niños.
Y debe haber cosas peores que ver morir un niño, un hijo. Para eso están ellos y una población que colabora, para seguir creciendo y curando.