“No venimos a prometer cosas lindas, sino a comprometernos a hacer los cambios”

Durante su última visita a Paysandú el precandidato del partido Cabildo Abierto, Tte. Gral. (r) Guido Manini Ríos, descartó las versiones de que su postulación es asimilable al fenómeno Bolsonaro en Brasil, o a la de Chávez en Venezuela –que también suelen relacionarlo, según dijo–, al tiempo que aseguró que su propuesta en economía no es de cuño neoliberal, por cuanto no concibe al Estado como prescindente, sino como impulsor de la economía y creando las condiciones para facilitar la acción privada.
Destacó Manini Ríos que “la gente sabe bien que nosotros no venimos acá a prometer, no venimos a decir cosas lindas, como ocurre en todas las campañas electorales; nosotros venimos a comprometernos a hacer los cambios necesarios para cambiar el curso de la historia de lo que está pasando acá en el Uruguay. Venimos a comprometernos, y estamos dispuestos a hacerlo porque es parte de nuestra esencia, trazar objetivos. El gran objetivo ahora es recuperar muchas cosas que se habían perdido en este país, trazar un objetivo claro y caminar en ese rumbo con todos los medios disponibles en el Estado”.
Al señalársele que sectores de la ciudadanía y algún grupo político asocian su candidatura con lo ocurrido con el fenómeno Bolsonaro en Brasil, Manini respondió que “es un tema subjetivo y la gente puede hacer las comparaciones que entienda corresponden –también me comparan con el expresidente Hugo Chávez de Venezuela–. No es lo mismo Bolsonaro en Brasil ni tampoco Chávez en Venezuela, que Manini en Uruguay, porque son países totalmente distintos a Uruguay. Son realidades diferentes, son sectores que tienen una fuerza que en nuestro país no tienen, y creo que esa comparación a veces se hace intencionalmente para simplificar y decir por ejemplo que este es el Bolsonaro uruguayo y con eso se le pegan los errores que cometió Bolsonaro, o las cosas que dijo”.
Observó que “creo que más allá de que Bolsonaro es un militar –paracaidista, igual que yo–, las comparaciones no corresponden”, y que “tenemos fenómenos que han ocurrido en Brasil que acá también han pasado, a la escala uruguaya, y a veces son problemas similares porque la región tiene problemas similares, como en Argentina también, pero no necesariamente es válido decir que Manini es el Bolsonaro uruguayo. No acepto esa etiqueta, tenemos propuestas con elementos que son absolutamente diferentes”.
Dijo que su salida al ruedo político es un hecho nuevo, “porque hasta hace unos meses jamás hubiera soñado estar en esta carrera en este escenario. Hasta que dejé el cargo de comandante no tenía claro que fuera a incursionar en este escenario, más allá de que alguna vez he dicho que hay cosas que se cambian solo desde la política y no desde otro ámbito, pero no necesariamente me ponía yo en el centro de la escena”.
“Mis aspiraciones políticas surgen cuando dejo el cargo y tengo las manos libres para incursionar en la política, porque mientras estaba en actividad no lo podía hacer y este partido Cabildo Abierto al día siguiente me hace la propuesta de ser candidato, porque tenía muchos amigos ahí y coincidencias con los principios y lo que se había manifestado públicamente, por lo que no era cualquier partido que me lo ofrecía, sino un partido con el cual yo tenía más coincidencias”, evaluó el excomandante en jefe del Ejército.
Reconoció asimismo que en las semanas que mediaron desde que dejó el cargo y quedó con las manos libres para hacer política, “sí tuve contactos con representantes de distintos partidos, no solo los tradicionales, que me hicieron determinadas propuestas”.

NO A LA ETIQUETA DE NEOLIBERAL

Sobre su propuesta de política económica, señaló Manini que “siempre se trata de colocar etiquetas, de derecha o de izquierda, de neoliberal, para simplificar el análisis. En nuestro caso, no nos definimos como neoliberales, en muchos aspectos sostenemos que el Estado tiene que ser impulsor de la economía, tiene que generar –como lo hicieron los países que salieron de su estado de dependencia, como lo hicieron Inglaterra, Alemania, Estados Unidos, Japón– en base a un gran impulso estatal, orientado a generar las condiciones para poder marchar solos”.
“No soy por lo tanto partidario de ‘laissez faire, laissez passer’, (dejar hacer, dejar pasar) del Estado que se lava las manos y que deja todo a las leyes del mercado. Si ese es el neoliberalismo yo no soy neoliberal. Entiendo sí que hay que tener ciertos principios económicos que pongan el orden en las cuentas, hay principios que hay que respetar, porque tampoco sirve el voluntarismo puro que se ve en algunos países y que llevó a las peores crisis, que se ven incluso en la actualidad”, reflexionó. Observó que “cuando el Estado deja caer a Pili, deja caer a Caputto, deja caer el sector arrocero, deja caer a otros emprendimientos”, se omite decir que “el Estado permite que cientos y cientos de trabajadores queden sin trabajo, va a dejar de recaudar por aportes, va a tener un nuevo problema social que le va a generar otros gastos y al final del día, es mal negocio para el Estado haber permitido que eso caiga”.