Actuación de la Comisaría Sexta por agresión derivó en taller sobre bullying en Quebracho

La Justicia formalizó a un adolescente de 14 años que fue hallado responsable de lesionar a un estudiante de 12 años, que venía soportando una situación de acoso (bullying) desde hacía varios meses. La pronta respuesta de la Comisaría Sexta permitió identificar al agresor y además ser articulador de un taller que posteriormente la Policía Comunitaria realizó en el centro educativo de Quebracho donde concurren los menores.
De acuerdo a información recogida por EL TELEGRAFO, una señora de 31 años se hizo presente en la Comisaría y dio cuenta que su hijo, de 12 años, venía siendo hostigado, mediante maltratos, amenazas verbales y golpes por un alumno dos años mayor. Asimismo, indicó que los hechos ocurrían dentro del centro educativo y la situación había sido informada a la dirección. Los acosos a que la víctima era sometido por el otro y sus secuaces –prevaleciéndose de la timidez de la víctima– incluían insultos mediante apodos, lo rodeaban para quitarle la merienda, lo amenazaban con cortarlo con una trincheta y, en al menos una ocasión, el principal agresor lo golpeó delante de sus amigos y demás compañeros que, en lugar de evitar la situación, la promovían.
El día de la denuncia, en tanto, el menor se retiraba hacia su hogar cuando fue abordado por el insurrecto y sus primos, frente a la estación de nafta de Ancap. Lo interceptó, lo tiró al suelo con suma violencia –pese a la resistencia del niño a participar de la contienda– y una vez que logró doblegarlo, le dio tres golpes de puño en la boca y la cabeza. Mientras esto pasaba, los espectadores hacían de “campana” para evitar que alguien se acercara. En determinado momento, el adolescente se zafó de su agresor y corriendo se guareció dentro del local de la Escuela 23. La madre del niño fue notificada de lo ocurrido y se dirigió a buscarlo. Por su parte, la directora del centro educativo al que asisten los involucrados, que recibió la queja del nuevo caso, le sugirió que radicara la denuncia policial porque el hecho había sido en la vía pública. Llevado a un centro asistencial, el adolescente fue diagnosticado con “hematoma en cuero cabelludo, erosiones lineales en cuello y cara posterior”.
El caso fue puesto en conocimiento inmediato del juez de Paz de la Cuarta Sección, Daniel Campot, que dispuso que se consultara si la institución podía abordar este tema o bien se le diera intervención al equipo de Policía Comunitaria.
Por su parte, el caso continuó en la vía penal, y la doctora Jimena Rosas –dados los antecedentes del caso– resolvió la comparecencia de todos los involucrados y posterior formalización de la investigación respecto al agresor imputado por la presunta comisión de una infracción a la ley penal tipificada como un “delito de lesiones personales”. Asimismo, se acordó la suspensión condicional del proceso bajo la prohibición de acercarse y mantener cualquier tipo de contacto con la víctima, así como a su domicilio, por el término de 60 días. Y la obligación de “someterse a un programa de orientación y apoyo a través de Promosem de INAU en Paysandú, con especial énfasis en aspectos sicológicos para abordar sus impulsos, trabajar la asunción de responsabilidad por sus acciones y el respeto a los derechos de los demás”.

TALLER DE LA COMUNITARIA
En tal sentido, coordinado por el encargado de la Comisaría Sexta, suboficial mayor Roberto Alvez, se coordinó un taller con la Policía Comunitaria de Paysandú dedicado al tema del bullying. El grupo, encabezado por el suboficial mayor Oscar Naglieri, concurrió al local educativo. Luego de ahondar sobre los perjuicios que el bullying acarrea, la prevención, la importancia de hablar de las razones que llevan a una acción agresiva, de la función primordial de los docentes para detectar este tipo de situaciones, los padres, docentes y alumnos entendieron la gravedad del caso registrado.
El taller fue interactivo. Se utilizaron imágenes, videos explicativos y tres grupos de alumnos expusieron sobre la temática y la importancia de la concientización. Padres que asistieron quedaron satisfechos y algunos expresaron que la charla movió emociones profundas, como la empatía, el perdón, la aceptación de los defectos en el otro, que los seres humanos son únicos e irrepetibles.