Parece rutinario, y en cierta manera lo es. La vida es en realidad bastante rutinaria. Pero no por eso deja de haber cierta magia en el asunto. Seguramente ha habido muchos brindis realizados en ese momento en que el fin de año se convierte en comienzo de año. Pero cada uno es especial. Por quienes nos acompañan. O por quienes faltan.
Ya estamos viviendo otro año flamante, con muy poco uso. El 2020. También iniciamos otra década, la de los años 20. ¿Tendrá algún parecido con aquellos años 20 del siglo pasado?
Tuvo cosas que bien se recuerdan, como la música que invadió los países ganadores de la Primera Guerra Mundial que fue muy influyente, como la profundización del jazz y el surgimiento del charleston. Se hizo famosa la moda de Coco Chanel, con faldas a la rodilla y amplios escotes, a la garçon pasó a ser el corte de cabello “revolucionario” en las mujeres. Comenzaron o se hicieron famosos Dalí, Picasso y Marx Ernst por nombrar algunos pintores fuertemente influyentes en las décadas siguientes. Ocurrieron cosas que nadie quiere que se repitan también, como los genocidios en Armenia y el menos conocido de la República del Ponto.
Como sea, la vida sigue su curso y estamos ya a un siglo de aquellos años veinte. Esta década del veinte será el Decenio Internacional de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible y el Decenio Internacional de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas. Este año la celeste volverá a hacernos vibrar, con la Copa América de Selecciones, que por primera vez tendrá por sede dos países, Argentina y Colombia. Dentro de dos años, a dos brindis de fin de año de distancia, en 2022, será el Mundial en Qatar, primera vez que la FIFA lleva el certamen a un país del Medio Oriente.
El próximo 1º de marzo la democracia renovará sus votos en el país, al asumir el nuevo presidente de la República, Luis Lacalle Pou. Y más allá, por el norte, Donald Trump tratará que los estadounidenses vuelvan a elegirlo presidente, el 3 de noviembre.
El mundo está de estreno con la llegada de 2020. Tiene fecha de caducidad, pero mientras mantenga la vigencia, habrá mucho por vivir. Lo haremos como siempre, casi sin darnos cuenta. Pero vayamos en la dirección de nuestros sueños y vivamos la vida que hemos imaginado, parafraseando a Henry David Thoreau, el multifacético estadounidense, autor de “La desobediencia civil”. Por nuestros sueños, por la vida que imaginamos y merecemos, ¡que vaya otro brindis!
