Barrio construido por Ministerio de Vivienda sufre filtraciones de agua de lluvia desde el techo

“Estamos ante premisas básicas, que marcan un antes y un después, empezando por la calidad del producto; porque no podemos hacer dos o tres tipos de arquitectura en base a lo que sean los ingresos de la familia, porque todas las familias tienen el derecho de acceso a una vivienda digna y esa vivienda digna tiene que tener determinada calidad de los materiales”, dijo el entonces ministro de Vivienda, Francisco Beltrame, al inaugurar el 17 de setiembre de 2013, apenas seis años atrás, el Complejo Éxodo del Pueblo Oriental, ubicado en calle Éxodo entre 33 Orientales y Setembrino Pereda.
Cuenta con 40 apartamentos de 2, 3 y 4 dormitorios distribuidos en 16 de 2 dormitorios, 16 de 3 dormitorios y 8 de 4 dormitorios. Un grupo de viviendas incluido en el programa Compra de Vivienda Nueva del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, dirigido a familias con menores o personas con discapacidad a cargo.
Empero, 6 años después los vecinos exponen una situación que dista bastante de lo que el exministro afirmaba en cuanto a la “calidad de los materiales”.
Ocurre que “las losetas sobre los techos de hormigón se han partido, filtrándose bajo ellas el agua de lluvia que permanece estancada. Con el tiempo eso ha provocado que esas filtraciones atraviesen el techo y durante semanas por goteo caen al suelo de los cuartos”, indicó un vecino a EL TELEGRAFO.
Como “ahora llueve muy intensamente en poco tiempo, el desagüe que tienen las viviendas no evita que se formen verdaderas lagunas en los techos. Esa enorme cantidad de agua solo encuentra salida por el propio techo hacia el interior de las viviendas y ahora tenemos, en varias habitaciones, esta situación permanente. Por semanas hay un goteo persistente al piso. Y como en esas semanas llueve nuevamente, digamos que no se interrumpe nunca”.
El vecino alertó que “por los cables que conducen energía eléctrica también se mueve el agua, llegando al propio tablero eléctrico; ni qué decir el peligro que eso significa”.
Por otra parte, “recientemente nos enteramos que a una vecina esta situación le ocurre desde el primer día. Le hicieron firmar un documento por el cual aceptaba la casa en el estado en que estaba, es decir ya entonces la Agencia Nacional de Vivienda (ANV) sabía del problema, que luego se fue extendiendo a prácticamente todo el barrio”.
Varias veces “hemos concurrido a la oficina local de la ANV, y nos hemos comunicado luego en forma telefónica con la arquitecta de la agencia. No se nos ha dado ninguna solución y solamente se nos informó que la situación había sido denunciada ante la empresa constructora, que es de Durazno”.
Mensualmente se debe pagar la cuota correspondiente “pago que tendremos que hacer por otros 19 años. Ahora, si no se arregla ésto, habrá otras roturas, eso es evidente. Pregunté si podía repararlo yo mismo y descontar el gasto del pago, pero se me negó. Al parecer solo esa empresa puede realizar esos trabajos, pero realmente estamos muy decepcionados, porque nosotros cumplimos. Debieron entregarnos una casa en buen estado y no una que se llueve sin interrupciones. Si la ANV no responde, los destrozos serán mayores. En la inauguración están todos y todos felices. Pero cuando hay un problema no aparece nadie. Eso sí, el pago de la cuota, lo exigen”, concluyó el residente en el barrio al que han renombrado “Aníbal Sampayo”, aun cuando el cartel de identificación mantiene el nombre original.