Participantes de Uruguay Trabaja Rural gestionan un vivero en Lorenzo Geyres

El Programa Uruguay trabaja tiene una modalidad rural, que ha tenido diferentes experiencias en el departamento de Paysandú, con grupos en colonia 19 de Abril y en Lorenzo Geyres. En esta última localidad se ha puesto en marcha un vivero que están gestionando varios de los participantes del grupo que trabajó en la localidad.
Rossana Quintana, coordinadora de la organización CPP, Centro de Participación Popular, indicó que el programa “tuvo 20 participantes, se desarrolló desde el mes de agosto hasta diciembre de este año, culminando con un proyecto que tuvo que ver con un proceso de construcción de un vivero, donde ellos están desarrollando el emprendimiento”. Una vez concluido el programa Uruguay trabaja, la experiencia pasó a estar en la órbita de del programa Ruralidad del Mides, quienes realizan el acompañamiento “para que ellos puedan seguir desarrollando los conocimientos y las habilidades adquiridas durante todo el proceso”, señaló.
Marcelo Montero, licenciado en trabajo social del equipo técnico del programa Ruralidad, indicó que una de las debilidades que le planteaba al programa Uruguay Trabaja era la continuidad del proceso luego de terminado el tiempo de intervención. Esta experiencia en Lorenzo Geyres busca dar respuesta a esa circunstancia.
“El Mides, teniendo la Dinesil (Dirección Nacional de Empleo e Inclusión Laboral) planteó hacer este ensamblaje, entonces en una primera etapa hubo una intervención más profunda de Uruguay Trabaja, ensamblado con el programa Ruralidad, y luego la idea era que quedara seleccionado un grupo para llevar adelante un emprendimiento y ese emprendimiento continuará bajo el seguimiento del programa de Ruralidad”. De esta forma, el emprendimiento que se desarrolla en la localidad de Lorenzo Geyres “es un vivero, en principio de flores ornamentales, pero la idea es seguir diversificando la producción y seguir”.

SE PUEDE

Daniela Núñez, una de las integrantes del grupo que lleva adelante el emprendimiento productivo, dijo que “fue una experiencia muy buena para todos, porque fue desde abajo: nos entregaron el terreno y tuvimos que empezar nosotros a trabajar, entre el desparramo de tierra y la construcción del vivero, y nos fortalece mucho como personas saber que sí se puede”.
El grupo que ha quedado trabajando en el vivero está integrado por seis componentes. “Somos cinco mujeres y un varón que ahora seguimos trabajando con el equipo y la verdad que día a día nos capacitamos más en el tema del manejo de las plantas y en todo. Como personas se fortaleció mucho todo el grupo”, dijo.
La dinámica de trabajo se reparte entre todos los participantes. “Sorteamos entre nosotros, nos juntamos una o dos veces por semana todo el grupo, después repartimos el trabajo entre dos compañeros que se dedican al riego, a la siembra; esta semana que sembramos va todo el grupo a sembrar, después en la semana hay que regar todos los días, varias veces al día, y nos repartimos entre todos”, comentó Núñez.
Lo mismo ocurre en la tarea de la venta. “Algunos salimos a vender, otros quedamos, nos repartimos mucho el trabajo. Estamos vendiendo acá en Paysandú una vez al mes, más o menos del 7 al 10 de cada mes, estamos en la plaza Constitución, y después en el pueblo, tenemos en Facebook y en WhatsApp, y la gente de la localidad nos compra”, señaló.