Recomendaciones para manejo por problemas sanitarios en los rumiantes luego de la sequía

Aspectos nutricionales y sanitarios se deben tener en cuenta para el ingreso al otoño.

El Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), presentó un resumen de los problemas sanitarios que pueden aparecer con mayor frecuencia en rumiantes luego de una seca y compartió algunas recomendaciones o herramientas prácticas que permitan al productor estar alerta y ante cualquier sospecha que se presente, consultar al médico veterinario de referencia.
Las dificultades sanitarias abordadas tienen que ver a parásitos gastrointestinales, saguaypé, coccidiosis, garrapata, clostridiosis, carbunco y las provocadas por las plantas tóxicas. En todos los casos se debe consultar al médico veterinario.
Como se recordará, el pasado 9 de marzo el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), declaró emergencia agropecuaria por déficit hídrico en 800.000 hectáreas de Montevideo, Canelones, Lavalleja, San José y Maldonado. Posteriormente, el 20 de marzo, se añadió a esa zona parte de los departamentos de Florida, Rocha y Colonia, totalizando 2.000.000 de hectáreas.
Sin embargo “sabemos que, además, se viven puntualmente situaciones de déficit hídricos severos en otras zonas del país”, expresó el INIA en su informe.
Frente a situaciones climáticas adversas como las sequías, se debe tener presente que además de atender los problemas de escasez nutricional, se debe tener presente los potenciales problemas sanitarios asociados que pueden surgir.

PARÁSITOS GASTROINTESTINALES

Es bien conocido que los parásitos gastrointestinales producen pérdidas en la producción, ocasionando principalmente pérdida de peso y muertes.
En ovinos, el nematodo gastrointestinal más importante es el Haemonchus contortus (Lombriz de cuajo), el cual produce anemia, pérdida de estado y muerte en aquellos casos de infestaciones graves.
También en los sistemas de producción ovinos en nuestro país, están aquellos parásitos de intestino delgado, (Trichostrongylus spp) que producen trastornos digestivos que se manifiestan fundamentalmente en pérdida de peso, diarrea y muertes.
En los vacunos, los géneros más importantes son: Cooperia spp, Haemeonchus placei, Trichostrongylus spp y Ostertagia ostertagi. Las pérdidas por parásitos gastrointestinales en vacunos para carne se han estimado entre 30 a 45 kilos por año.
Como los parásitos gastrointestinales necesitan de ciertas condiciones de humedad y temperatura para continuar su ciclo biológico, en los veranos secos disminuyen los desafíos de larvas infestantes en las pasturas. Sin embargo, se mantienen las formas de refugio: huevos sin eclosionar las heces ovinas y vacunas y larvas infestantes del estadio 3, en forma hipobióticas en los animales. Generalmente, los parásitos gastrointestinales afectan a todas las categorías de ovinos y a los bovinos jóvenes menores de 2 años.
Por lo tanto, se debe tener en cuenta que tan pronto como aparecen las primeras lluvias, dichos parásitos continuarán su ciclo normal, pudiéndose presentar altos desafíos parasitarios que, sumado a los problemas nutricionales, pueden ocasionar parasitosis clínicas tanto en ovinos, como en categorías jóvenes de bovinos.

RECOMENDACIONES

Es importante tener presente que Haemonchus spp. en nuestro país tiene su pico de eclosión en marzo-abril. Por lo tanto, se debe prestar especial atención en momentos en que se retoman las precipitaciones.
También es importante monitorear las cargas parasitarias ya sea mediante análisis coproparasitarios, métodos Famacha© y/o condición corporal, y contar así con un criterio objetivo para decidir la dosificación con antihelmínticos.
Adicionalmente, llegado el momento de definir las dosificaciones para los parásitos gastrointestinales, es importante conocer la eficacia de las drogas en cada establecimiento.
Para ello, la herramienta disponible es el conocido lombritest o test de evaluación de eficacia de las drogas antihelmínticas, tanto para ovinos, como para vacunos.

SAGUAYPÉ

El Saguaypé, también conocido como Fasciola hepatica, en aquellos lugares donde es endémico, provoca una de las enfermedades más importantes de los rumiantes conocida como fasciolasis.
Algunos síntomas que el productor puede observar en los animales son: desmejoramiento del estado general y edema submandibular (animales “paperudos”) y en ocasiones la muerte, sobre todo, en ovinos. Tanto los vacunos como los ovinos se infestan al ingerir pasturas contaminadas por la larva infestante del parásito.
La larva se desarrolla en el interior de un caracol (Lymnaea viatrix) que se encuentra en zonas húmedas (tajamares, manantiales, pequeñas corrientes de agua estancada). Al encontrarnos en una situación de sequía, los animales modifican su conducta de pastoreo, a tal punto que se concentran en aquellos potreros más bajos y con un porcentaje de humedad más elevado, esto hace que aumenten las posibilidades de que ingieran las larvas del Saguaypé.

COCCIDIOSIS

En condiciones de sequía, el potencial hacinamiento de los animales en zonas de comederos, puede aumentar el desafío a las infecciones por Coccidias sobre todo en las categorías jóvenes (terneros o corderos).
Las coccidiosis se ven muy favorecidas por las condiciones de hacinamiento que se dan por ejemplo al realizar la suplementación con granos, henos, ensilajes, etc. Es un parásito microscópico que, si no es tratado a tiempo, puede ocasionar la muerte de los animales, ya que provoca un grave deterioro de la mucosa intestinal, con pérdida de sangre a través de las materias fecales.

GARRAPATA

Controlar la garrapata del ganado (Boophilus microplus) no sólo es importante por el hecho de que es un parásito externo que se alimenta de la sangre de los animales debilitándolos, sino también porque es la que transporta los agentes que causan la enfermedad conocida como “tristeza bovina” (Babesia spp y Anaplasma spp).

RECOMENDACIONES

Para el control de la garrapata existen varias opciones de principios activos y presentaciones comerciales: baño, aspersión, pour-on o inyectables. La mejor opción será aquella que surja del asesoramiento del productor con el veterinario de confianza y que se adecue a las posibilidades económicas y de infraestructura del establecimiento. Aquellos productores que estén comprando animales de zonas con garrapata y llevando a zonas limpias, verificar con su médico veterinario y el Servicio Veterinario de su zona que los animales no tengan garrapata para evitar propagar la enfermedad, pero sobre todo evitar muertes por tristeza bovina.

CLOSTRIDIOSIS Y CARBUNCO

Estas enfermedades no tienen una asociación con períodos de sequía, pero se deben tener en consideración cuando se deben hacinar a los animales para realizar suplementación o concentrar en potreros por disponibilidad de las aguadas. Por lo tanto, se debe tener presente la inmunización que deben tener los animales para evitar dichas enfermedades.
Recordamos brevemente los aspectos más relevantes para el caso de sospecha de estas enfermedades:
Para el caso de Carbunco, el productor encontrará los animales muertos, por lo general en decúbito dorsal (“patas para arriba”) e hinchados y, en ocasiones, con sangrado por orificios naturales (nariz, boca, recto). Estos síntomas pueden ser ocasionados por otros problemas y no son específicos.
Debemos recordar que esta enfermedad es una zoonosis, entonces será imprescindible que nunca se abran los cadáveres de animales que aparezcan muertos en estas condiciones hasta tanto no sea confirmado el diagnóstico por un médico veterinario. Ante la duda, incinerar estos cadáveres o enterrarlos profundamente rociándolos con cal viva. Las formas de resistencia de estas bacterias (esporas) tienen la particularidad de permanecer en el suelo e ingresan a través de la mucosa del sistema digestivo cuando los vacunos u ovinos ingieren suelo o pasturas infectadas.
Para el caso de las Clostridiosis, especialmente la mancha, la muerte de los animales también sobreviene rápidamente (12 a 48 horas). Las esporas de estas son ingeridas por el animal y permanecen en los tejidos animales, las que ante cualquier evento traumático que disminuya el oxígeno a nivel muscular (golpes, vacunas mal aplicadas, castraciones), eclosionan y se desarrolla la enfermedad.

RECOMENDACIONES

Tener presente el calendario de vacunaciones al realizar los manejos que cada establecimiento defina para afrontar la sequía. En general, es recomendable vacunar al menos 20 a 30 días antes del período de mayor riesgo de aparición de la enfermedad.
Recordemos que las vacunas comerciales disponibles contra las Clostridiosis generalmente protegen al ganado durante seis meses y para el caso del Carbunco, la protección brindada es anual.

PLANTAS TÓXICAS

Las plantas tóxicas en condiciones normales no son consumidas por los animales, salvo raras excepciones. Sin embargo, ante situaciones límite, estas plantas se transforman en un recurso forrajero y por ende en una potencial causa de muerte. De esta manera, resulta imprescindible su reconocimiento para evitar el consumo.
Ejemplo de las más comunes son: El senecio es una maleza muy difundida en el país. Si bien no produce una muerte aguda, su consumo traerá aparejada una disminución productiva futura y por ser hepatotóxica, puede llevar a la muerte del animal. Los animales presentan tenesmo rectal (intentan defecar y no lo logran), cola estirada y vientre agrandado, adelgazamiento, desmejora del estado general hasta que sobreviene la muerte. La única medida para prevenir la enfermedad es evitar el pastoreo de los animales sobre esta maleza.
Otras plantas a tener en cuenta son: duraznillo negro y duraznillo blanco. Como prevención se aconseja la revisión de los potreros u otros lugares accesibles para el ganado y el reconocimiento de las plantas para detectar su presencia y así evitar el consumo.
La escasez de lluvias es también un factor determinante para que haya niveles de nitratos en la planta superiores a los normales, los cuales son altamente tóxicos para los vacunos Los verdeos como avena, raigrás, trigo, y algunas malezas de verano como Amaranthus quitensis o “el yuyo colorado” y Chenopodium album o “el yuyo blanco” son los más propensos a acumular nitratos.
Los altos niveles de nitrógeno en el suelo ya sea por fertilización, mineralización, zonas de pastoreo intensivo o que han recibido grandes cantidades de estiércol (salidas de tambos, huertas abandonadas, callejones) son condiciones del suelo que favorecen la acumulación de nitratos en planta. El color verde oscuro y un aspecto vigoroso son comunes en plantas con altos niveles de nitratos. Los síntomas son: dificultad para respirar (respiración rápida y dificultosa, incoordinación para caminar, temblores, orinan frecuentemente y el color de las mucosas es de color café y el de la sangre, marrón.