Conservar y usar

El Paisaje Industrial Fray Bentos, cuyo corazón es el exfrigorífico Anglo, acaba de cumplir cinco años de haber sido declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco. Si uno piensa que sus productos, en particular el conocido “Corned Beef”, hicieron que esta pequeña localidad uruguaya fuera conocida mundialmente, bien merecido tiene Fray Bentos el eslogan de “la cocina del mundo”.
Esta fábrica de alimentos se convirtió en la primera transnacional de la industria cárnica del mundo y el primer enclave de la Revolución Industrial en el Río de la Plata. Funcionó como frigorífico hasta 1979 y después fue cerrado. En junio de 1989 la parte central del frigorífico fue declarada “Monumento Histórico Nacional”. En 2015, luego de un largo proceso en el que participaron varias instituciones con apoyo del gobierno nacional, el Paisaje Industrial Fray Bentos pasó a integrar la lista de sitios patrimoniales denominados por la Unesco como “Patrimonio de la Humanidad”.
La historia de la producción de carne en la zona se remonta a mediados del Siglo XIX, dado que en 1858 Ricardo Hughes inició la construcción del saladero entre los arroyos Laureles y Fray Bentos, en las inmediaciones de la entonces Villa Independencia (hoy Fray Bentos). Cuando la industria saladeril comenzó a decaer debido a la imposibilidad de conservar la carne en los largos viajes a Europa, una atractiva solución fue ideada por el químico alemán Justus Von Liebig, considerado el “padre de la Química Orgánica”, al crear el “extracto de carne”.
Si bien hasta la segunda mitad del Siglo XIX la producción uruguaya de carne sólo se exportaba en forma de charque o tasajo (carne seca y salada), el extracto de carne y el “corned beef” enlatado abrieron nuevas posibilidades, que se ampliaron enormemente con la aparición de los barcos frigoríficos, que por primera vez permitieron vender carne fresca al exterior. La Liebig’s Extract of Meat Limited fue registrada en Londres el 4 de diciembre de 1865.
La promoción de sus productos hizo que la Liebig’s Company –que tenía conformación empresarial con capitales anglo-belgas– arrasara con los primeros premios de todas las exposiciones internacionales de la época, mientras que en la guerra franco-prusiana los franceses sitiados en París consumían extracto de carne. Posteriormente, otras crisis bélicas serían abastecidas con el alimento anglo-fraybentino.
A este establecimiento le tocó desarrollar la novel tecnología de la industria frigorífica y hacer frente a los compromisos de producir para dar de comer al viejo mundo, sumido en las conflagraciones de la II Guerra Mundial y la Guerra de Corea. Llegó a elaborar 100 especialidades de conservas y a emplear a más de 3.500 trabajadores.
El Paisaje Industrial Fray Bentos es hoy un sitio para la memoria pero también para el turismo, la educación, el intercambio cultural y el disfrute. Una parte se convirtió en museo, y el resto de las instalaciones se transformaron para albergar educación terciaria, y empresas.
Se trata de un conjunto de bienes culturales y naturales vinculados en el territorio a partir de una actividad productiva y en relación a la comunidad en que la misma se desarrolló. Este sistema patrimonial industrial involucra en este caso a todo el ciclo productivo de la carne, que va desde la cría del ganado en las estancias hasta su etapa de mayor industrialización en el establecimiento industrial y disposición al mercado.
Comprende las instalaciones del exfrigorífico Liebig’s Anglo propiamente dichas, así como sus instalaciones y equipamiento administrativo, el Museo de la Revolución Industrial, la Casa Grande, el puerto y barrio Anglo, corrales y campo de golf, además de paisaje costero, entre otros componentes.
En estos primeros cinco años desde su declaración como Patrimonio de la Humanidad se han realizado grandes logros en temas de conservación, rehabilitación de edificios, reconstrucción de memoria con los extrabajadores del frigorífico, entre otros.
En ese sentido, el intendente de Río Negro, Guillermo Levratto, mencionaba en estos días la consolidación del polo educativo (UTEC, Casa de la Universidad-UdelaR) rescate de la memoria obrera (testimonios registrados de los trabajadores del exfrigorífico), construcción del Centro de Visitantes, musealización del laboratorio Liebig y conservación de registros fotográficos. Pero además se trabaja en obras de pavimentación, iluminación y jerarquización del paisaje, la implementación de los senderos interpretativos de ruta panorámica, entre otras que se suman a la recuperación del muelle del frigorífico y la ampliación de la UTEC con la utilización de espacios para nuevas aulas.
“Hay un conjunto de cosas hechas durante estos 5 años que celebramos”, expresó el intendente al reconocer especialmente a quienes impulsaron este proceso. “A alguien se le ocurrió dejar de utilizarlo como parque industrial y empezar a valorizarlo como patrimonio”, lo que generó una serie de hechos que comenzaron a ser visualizados a nivel de Estado, tanto departamental como nacional, dijo.
Ese cambio de mirada ha sido el que, precisamente, ha posibilitado el desarrollo que hoy está teniendo el sitio y la valorización de su gran potencial para aspectos claves del desarrollo local y regional como la cultura y el turismo.
“Es un atributo patrimonial, que transmite el valor universal excepcional de una época del país en un contexto mundial, que nos identifica y que nos pertenece, como también a la comunidad internacional. Será restaurado, recuperado y puesto en valor, por una política de Estado que hoy ya es un hecho sin marcha atrás”, manifestó el jerarca.
El viejo frigorífico Anglo constituye una clara demostración que el turismo cultural tiene un gran potencial de aportar al desarrollo local y a la reactivación y rejuvenecimiento de áreas e infraestructuras históricas.
Es también un buen ejemplo sobre las ventajas de la visión que aúna los intereses de conservación y uso de un bien con valor patrimonial en base a nuevos modelos de entendimiento y vinculación de los espacios e instituciones. Una visión moderna que da cabida a la planificación y colaboración en la ejecución, a nuevas prácticas integradoras y políticas de gestión que contemplen intereses locales y nacionales, y permitan a uruguayos y visitantes una aproximación a sus valores históricos y patrimoniales, pero también a las señas de identidad de la comunidad en la cual el sitio está inserto.